Fondos Mutuos
Una medicina indirecta podría terminar actuando en contra de la espiral inflacionaria de los últimos meses: el bajo tipo de cambio. Si bien la disminución del valor del dólar es un fenómeno que partió hace tiempo, sus mayores efectos sobre los precios recién estarían sintiéndose ahora.
"Parte de la caída del tipo de cambio registrada en estos dos meses reflejó una puesta al día del ajuste pendiente de 2007", dice un informe de Inversiones Security.
La lógica detrás es que si el dólar desciende, también lo hacen los bienes importados y otros productos o servicios relacionados.
El economista jefe de la entidad, Aldo Lema, comenta que este factor cambiario no pudo servir el año pasado como una buena válvula de escape a la inflación porque había otros elementos que pesaron más, como el shock de oferta -altos precios de los alimentos- y las mayores presiones de costos -remuneraciones y combustibles-, así como una inicialmente expansiva política monetaria.
Según el economista, actualmente el peso se sobreapreció en 5%; es decir, está más fuerte de lo previsto. Ello podría atribuirse al diferencial de tasas de interés entre el Banco Central y el resto del mundo.
"El bajo tipo de cambio sí puede ayudar a neutralizar algunas presiones inflacionarias, pero sólo en el corto plazo. La verdadera medicina debe venir por controlar el gasto privado, a través de una tasa de política monetaria más restrictiva, y del gasto fiscal, por el lado del Gobierno", afirma el economista Andrés Passicot, de Gemines.
Con todo, el experto de Security considera que la inflación en marzo medida en 12 meses será "inefablemente alta", quizás perforando el techo del 8%. Entre las razones están la base de comparación, y el que los valores de las matrículas de colegios y universidades y, en general, la temporada escolar, siempre llevan al alza el indicador de precios.
El efecto secundario
Pese a esta neutralización provocada por lo que Lema llama el "atraso cambiario" -que el bajo dólar contribuya a la reducción del IPC-, existen efectos secundarios por usar este fármaco económico: el crecimiento.
Ello, porque suele impactar la actividad de los sectores transables, que son todos aquellos cuyos productos pueden exportarse. Además, reseña Lema, hace más competitivas las importaciones, por lo que perjudica a los sustituidores de bienes internados.
Si bien la inyección de recursos fiscales para reducir el valor de los combustibles también ayuda en el enfriamiento de la inflación, es un alivio de corto plazo, lo mismo que un cambio en los impuestos específicos. "Al principio, ayuda para reducir las expectativas de inflación, pero en el largo plazo provoca un aumento del gasto fiscal (por su política de subsidios al fondo) o bien del consumo privado (si el impuesto cae)", sostiene este experto.
Dólar cae a $463,8, nuevo mínimo en diez años
A un nuevo mínimo en diez años llegó ayer el tipo de cambio, el que abrió la semana con una caída de 0,24%.
La divisa norteamericana retrocedió $1,1 respecto de su cierre del viernes, en una jornada en la que el mercado estadounidense permaneció cerrado por el feriado conmemorativo del Día del Presidente.
El dólar cerró la sesión con valores de $463,5 comprador y $463,8 vendedor, impulsado por el comportamiento de los mercados bursátiles, así como también por el alza de 1,85% en el precio del cobre. Este último trepó ayer a su mayor valor de los últimos cuatro meses: US$ 3,60 la libra.
Durante la jornada, la moneda llegó a caer incluso a un valor de $462,4, precio del que logró repuntar al cierre. Los montos transados alcanzaron los US$ 639 millones.