jueves, 14 de febrero de 2008
CAROLINA GUTIÉRREZ U.
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Mientras las exportaciones se han cuadruplicado, la entrada de nuevos miembros a la UE aumenta el potencial comercial.
"Chile negoció el tratado cuando eran sólo 15 países, pero hoy son 27", afirma José Aravena, director ejecutivo de EuroChile (Fundación Empresarial del Estado chileno y la UE), para reflejar el crecimiento del mercado de nuestro socio, desde el 1 de febrero de 2003, día en que entró en vigencia el Acuerdo de Asociación con la UE.
Y su optimismo también se refleja en los resultados comerciales. En cinco años, las cifras han ido aumentando anualmente 26% en promedio, en donde las exportaciones a la UE se han incrementado de US$ 4 mil millones aproximadamente el 31 de diciembre de 2002, a más de US$ 16 mil millones a fines de 2007.
Pero, según Aravena, este mismo crecimiento insta a resolver temas pendientes para aprovechar todas las potencialidades del acuerdo que abre nuevos desafíos para Chile.
-¿Quedó chico el tratado?
"El tratado nos quedó chico por las potencialidades que tiene, sin duda. Chile hizo un excelente negocio, ya que la UE son 27 países y Chile cerró el tratado cuando eran sólo 15, lo que ha abierto nuevos mercados. Todavía se puede hacer mucho más y probablemente sea necesario ampliar algunas cosas que alguna vez se conversaron".
-¿Qué opina de la petición de Chile para aumentar la cuota de 1.400 toneladas de carne y las de aceite de oliva?
"Parecen bastante razonables, porque cuando se negociaron, la UE eran 360 millones de habitantes y hoy son 500 millones, por lo tanto es natural suponer que se requieren cuotas mayores. Al comienzo el problema no se planteaba, porque Chile no era capaz de completarlas, pero estás se han ido alcanzando en ciertos productos, por lo que puede ser el minuto de negociar una ampliación".
-¿Cuáles son los principales límites que podría tener la UE para renegociar?
"No creo que el tema pase por volúmenes, sino más bien por algunas cosas que la UE quisiera obtener de Chile que hay que poner sobre la mesa para conversar, como por ejemplo, el tema de la propiedad intelectual, que es muy importante para ellos, o la pesca que siempre ha sido un tema".
"Otra cosa importante es que las cuotas están relacionadas con el cumplimiento de normas. Porque nos pasó al comienzo que teníamos cuotas, pero no se cumplían las condiciones mínimas para exportar. Por ejemplo, en todo lo que es carne, se requiere mataderos certificados, por lo que hay que ver si estamos en condiciones de cumplir".
-¿Qué ventajas de Chile se deben acentuar para potenciar el acuerdo?
"La UE es exigente y pide condiciones naturales de producción que Chile puede ofrecer, y que no necesariamente se pueden encontrar en otras partes del mundo. Ellos están muy conscientes de la alimentación sana, amigable con el medio ambiente, alimentación orgánica, etc".
"Entonces está por un lado la producción misma, y por otro el procesamiento. En esto último, Chile tiene un gran desafío: agregarle más valor a la exportación de alimentos, procesándolos más y ahí el tratado es muy importante. Porque el sistema arancelario europeo castiga este ítem y la ventaja del acuerdo es que esos aranceles también desaparecen, por lo tanto se abre la posibilidad de poder exportar productos con valor agregado, lo que será un gran desafío para los exportadores chilenos, que ya lo están haciendo, en el salmón y otros".
-¿Se ha superado el tema de la denominación de origen, exigencia fundamental de la UE?
"Las cosas que se acordaron se han cumplido. Ahí hay otro punto, que de haber una renegociación del acuerdo, querrían conversarlo, porque hay otros temas en los que la UE quisiera que se impusiera la denominación, y que no fueron acordados ni negociados en su minuto, pero que no significa que Chile no esté cumpliendo, como en algunos alimentos, como en los jamones o quesos, pero sí son cosas que hay que conversar".
-Chile quiere ser una plataforma para la región. ¿Qué posibilidad tiene de lograrlo?
"En la práctica, hasta ahora no se ha podido avanzar mucho y no lo veo tan fácil. Veo más factible que empresas chilenas se asocien a países vecinos, para que, produciendo en Chile, exporten a la UE, porque hay temas en los que existe complementariedad".
-¿Esta visión es compartida por los productores?
"No, es bastante particular. Los empresarios tienden a ser bastante individualistas y la cooperación entre ellos es bastante difícil. Más aún si se les habla de cooperación con países vecinos. Lo ven siempre como competencia, más que una oportunidad. Pero cuando estamos hablando de mercados tan grandes como el de la UE, no existe ese riesgo. Por lo que lograr un acuerdo de producción y de exportación conjunta podría ser una posibilidad muy auspiciosa".
