miércoles, 13 de febrero de 2008
CAROLINA GUTIÉRREZ U.
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Álvaro Pizarro (Inst. Libertad) niega intransigencia de AquaChile y advierte que lo laboral será utilizado con fines electorales. Marcelo Albornoz, ex director del Trabajo, critica dualidad sindical, y llama a optar por el diálogo y no la violencia.
"Responsabilizar a los privados por intransigencia es un círculo cuadrado. ¿Intransigencia cuando se acepta la mesa de diálogo y se está dispuesto a sentarse a llegar a un acuerdo? ¿Intransigencia cuando uno hace que se cumpla el derecho y violan mi derecho de propiedad? Si eso es intransigencia, entiendo que la Presidenta cante la canción de los comunistas (en referencia a lo acontecido en el funeral de Volodia Teitelboim)".
Así de duro es Álvaro Pizarro, abogado y director del programa laboral del Instituto Libertad, ante las declaraciones del Gobierno que responsabilizan también a AquaChile de la escalada en el conflicto.
Aunque el experto cree que el Ejecutivo ha sido más activo con las salmoneras que en otros conflictos, como el de Pacific Nut o Agrosuper, opina que éste debe "dar un golpe de timón más fuerte" para defender el sistema que él mismo propició para llegar a acuerdos. "El Gobierno convenció a los empleadores salmoneros a que iniciaran una mesa con los trabajadores y llegaron a acuerdos en los que él mismo participó. El propio Osvaldo Andrade ha señalado que la industria salmonera ha cooperado notablemente con las políticas del ministerio (del Trabajo)". Afirma que si esto fracasa, se estará cometiendo un error: "Si el Gobierno cree que este sistema sirve para otras áreas, que demuestre su eficiencia. De lo contrario, estas mesas de dialogo son como hacer rayas en el agua".
Una percepción también crítica, aunque más referida al rol de los sindicatos, tiene el ex director del Trabajo, Marcelo Albornoz, para quien hay "dos almas" en este movimiento.
"Hay un alma que sigue creyendo en las relaciones laborales y el diálogo como instrumentos para ejercer sus derechos, y otra alma, de la confrontación, que cada vez más está creciendo, con una actitud de reivindicación extrema y con connotaciones de carácter político", dice Albornoz, actual consultor laboral. El experto rechaza la violencia como fórmula de negociación y opina que es imperativo que los dirigentes sindicales se definan respecto de si el curso de estrategia de negociación va a ser la confrontación o el diálogo.
Albornoz también pone en alerta a las autoridades y empresarios para hacerse cargo de esta ideologización creciente entre los trabajadores para conseguir sus objetivos: "Este es un tema que debe llamar la atención no sólo a los propios dirigentes sindicales, sino también a las autoridades y al sector privado, pues las empresas con una mala relación laboral -en donde los empresarios no invierten en sus trabajadores-, son más proclives a la entrada de movimientos sindicales ajenos a la actividad sectorial y mayor confrontación".
Otro tema que denuncia el experto es la debilidad del actual sistema para llegar a un acuerdo que aborde el tema empresa por empresa y en forma reactiva.
Según Albornoz existe una ausencia de instancias de diálogo permanente, "por lo que urge su creación". Plantea que una buena medida por parte de la autoridad sería adelantarse a los conflictos, con un catastro de las principales negociaciones que se van a producir en 2008, e instalar anticipadamente mesas de diálogo o mediaciones que permitan que cuando llegue la época legal de negociar colectivamente, ya se haya avanzado en lograr una relación entre las partes. "No puede ser que nos limitemos a reaccionar cuando el conflicto ya está desatado".
Lo que se viene
Ambos expertos coinciden que 2008 será muy sensible en materia de temas laborales. Albornoz señala que las empresas deben prepararse y cuidar sus relaciones, ya que en un contexto en donde el tema laboral se ha estado discutiendo, siempre se generarán mayores expectativas y esto es motivo de tensiones y conflictos. Por su parte, Pizarro afirma que no cabe ninguna duda de que el conflicto laboral será el vehículo de enfrentamiento para las elecciones: "El tema laboral es una moneda de intercambio electoral y la van a transar como puedan este año".
CPC y Sofofa reprochan la actitud del Ejecutivo
Dirigentes de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) reprocharon la actitud del subsecretario del Interior, Felipe Harboe, respecto de que la crisis en Aguas Claras responde a las malas relaciones laborales de la empresa con sus trabajadores. "No es posible endosar esa responsabilidad ni en el Gobierno (...) ni en las autoridades policiales", dijo el personero ante el cierre de la planta salmonera de Calbuco.
"Son inoportunas las palabras de Felipe (Harboe). Desconozco las razones de la huelga, pero nada justifica la violencia, que es algo que se ha estado repitiendo (...) Detrás de esto están la CUT y el Partido Comunista", critica el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura e integrante del comité ejecutivo de la CPC, Luis Schmidt.
En la mesa ejecutiva de la Sofofa, la inquietud se está acrecentando, comentan dos de sus integrantes, Juan Miguel Ovalle y Arturo Lyon.
"Este sindicalismo violento nos está llevando a un camino en que podríamos terminar muy mal", opina el titular de la Asociación de Productores de Aves y de Cerdos (Apa-Asprocer), Juan Miguel Ovalle. "No sé si hay un cambio de discurso del Gobierno, pero me sorprendieron las declaraciones del subsecretario del Interior", agrega.
Para Arturo Lyon, cabeza de la Asociación de Metalúrgicos y Metalmecánicos (Asimet), esto podría ocurrirle a cualquier sector productivo. "Que haya una huelga legal está bien, eso es legítimo, pero no las tomas y pasar por sobre la ley. Eso ni siquiera las autoridades pueden hacerlo", plantea.
Dice estar extrañado con La Moneda, pues ha sido el mismo Gobierno, y en particular el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, el que ha propiciado una mesa de diálogo para resolver estos conflictos.
