domingo, 19 de noviembre de 2017
Constanza Capdevila de la Cerda.
El Mercurio
Desde automóviles, propiedades inmobiliarias, usos de la marihuana medicinal, juegos en línea, hasta labores filantrópicas y culturales. Así de amplio es el rubro donde invierte este empresario de sangre azul, que navega a sus anchas por todo el mundo.
"No me interesa tener un cargo monárquico. Me gusta tener mi privacidad y he preferido darme a conocer por ser empresario". Así de directo contesta Francisco de Borbón cuando se le pregunta por sus títulos nobiliarios (ver recuadro). El hombre es todo un personaje. Tiene 38 años, es soltero, le gusta la adrenalina en todas sus formas y se autodefine como un emprendedor, en el más puro sentido de la palabra. "Desde un comienzo me di cuenta que el mundo empresarial, como tal, no me gustaba. Lo mío es el emprendimiento y quise aventurarme y crear mis propias compañías. Obviamente, tuve mucha suerte, nací con dinero y ayuda, pero nunca quise vivir de mis padres ni de mi familia. Yo quería lo mío", reconoce De Borbón. Fue uno de los primeros inversionistas -hace cinco años- en Cabify, la primera startup española que superó el billón de dólares, donde hoy tiene el 2% de la propiedad. "Me ofrecieron invertir en Uber, pero no me gustó su filosofía agresiva, en cambio hablando con el fundador de Cabify me sentí más cómodo con el proyecto. Me encantó la plataforma e invertí US$ 100 mil", recuerda. Actualmente, son varias las iniciativas que lidera, ya sea en forma individual, con socios o con su familia. Entre la larga lista se cuentan Graf Hardenberg GMBH, el mayor distribuidor automotor del grupo de marcas Audi Volkswagen en Alemania; Alpha Trading, Neftan, World Poker Fun Holdings, Allcot Group y Padre Azul Tequila. Asimismo, dedica bastante de su tiempo a la filantropía. Hace un mes fue nombrado miembro "Gran Maestre" de la histórica Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro, y junto a su amigo y socio Sergio Fernández de Córdova lideran la Fundación Pvblic, que desarrolla iniciativas con entidades de la talla de Naciones Unidas y la Casa Blanca. Como buen noble, no pueden faltar algunas excentricidades en su vida. Destacan su participación en un reality show de la televisión estadounidense -"Príncipes secretos"- en 2012, y tener tatuado el número 44 en 10 zonas de su cuerpo. "Siempre he tenido una afinidad con ese número, desde pequeño. No sé muy bien por qué, pero he leído que significa "rodeado de ángeles"", comenta. Pasa más de la mitad del tiempo viajando por el mundo, desarrollando nuevos negocios y apoyando diversas causas, pero asegura que su hogar está en Madrid. De empresario deportivo a tecnológico Francisco de Borbón nació en la capital española en 1979. Tres años después, su familia se trasladó a vivir a Estados Unidos, porque su padre -Francisco de Borbón y Escasany- fue nombrado presidente del Banco de Miami. Al poco tiempo, el matrimonio se separó y Francisco se fue a vivir con su madre a Santo Domingo, República Dominicana, una etapa que recuerda con mucho cariño. Posteriormente, en 1988, regresó a Madrid, a terminar la educación escolar, mientras los veranos los pasaba en Marbella, donde hizo entrañables amigos. Como es un fanático de los deportes -"los he practicado todos, pero mi favorito es el fútbol y soy un hincha acérrimo del Real Madrid"-, entre 1997 y 2001 estudió Administración Deportiva en la Barry University, en Miami, Estados Unidos. Tras su paso por esa casa de estudios trabajó como agente en IMG -entonces, la mayor agencia de representación de deportistas- en Estados Unidos, y el 2005 decidió volver a España. Ahí fue director deportivo de la firma CMG y obtuvo el título oficial de agente de la FIFA. Ese mismo año decidió crear su propia empresa: AsapSports, que cerró en 2011, producto de la crisis económica. "Organicé el torneo Copa de la Paz, en junio de 2009, en España. Participaron los 12 mejores equipos del mundo y marcó el debut de Cristiano Ronaldo jugando por el Real Madrid", rememora. El 1 de diciembre parte con su fondo de inversiones Tras su primer emprendimiento, hoy la lista de compañías en que De Borbón está involucrado es larga. La primera que destaca es Alpha Trading, una empresa que partió el 2012 en Nueva York, con US$ 3 mil, y hoy supera los US$ 100 millones, con oficinas en Madrid, Miami y Dubái. Se dedica a todo tipo de intercambio de commodities a nivel mundial y con fuerte presencia en África y Sudamérica, además de minas de cobre en México. Sus dueños son Francisco de Borbón y Ketan Seth, en partes iguales. "Bajo esa empresa hoy estamos creando un fondo de inversiones, Alpha Phnisu, que arranca el 1 de diciembre, con US$ 25 millones de capital, pequeño aún, pero creciendo. El plan es involucrarnos en temas tecnológicos, que es lo que más me gusta. Hemos comprado seis empresas dentro de este fondo, dos son startups ", detalla. En 2016 entró en la propiedad y es miembro del directorio de World Poker Fund Holdings (WPFH), compañía dedicada al desarrollo de juegos en línea, fundada en abril de 2011 en Los Angeles (California) y que cotiza en bolsa. También participa en el directorio de AllcotGroup, firma internacional con foco en energías sustentables, proyectos forestales y bonos de carbón en Europa, Asia Pacífico, Estados Unidos y Latinoamérica. Dentro de su portafolio, es uno de los dueños de la marca Padre Azul Tequila, licor de alta calidad, con un valor de US$ 100 la botella. Se involucró en el negocio hace dos años, cuando hasta el restaurante mexicano que tiene en Madrid, "No Mames Cantina" -en el barrio de Salamanca-, llegó un conocido a ofrecerle ser parte del proyecto. "Michael Zyla trajo una botella de un tequila que había creado con Hans Peter, un austriaco y su mujer mexicana, y necesitaba un socio para lanzarla al mundo. Hoy es una empresa mundial, hemos invertido US$ 250 mil y estamos levantando 10 millones de euros de capital para potenciar la marca. Este año hemos ganado dos premios al mejor tequila reposado del mundo, todo un logro", cuenta entusiasmado. Además, Francisco de Borbón es miembro del directorio en Walltech España, empresa que desarrolla proyectos de vivienda social, con presencia en África, América del Sur y Asia; director de Keka S.A. España, grupo de desarrollo de proyectos inmobiliarios. También es socio y director de VXL Soluciones de Pago, plataforma global de procesamiento de pagos con base en Suecia y miembro del directorio de Gulf Gold Refinery Dubái. Su filosofía de negocios es simple: la idea siempre es vender. "Yo me encariño con los proyectos, pero no me agarro de ellos. A menos que sea algo que yo haya empezado desde cero, como el caso del tequila, al que le tengo mucho afecto. El plan es hacer crecer la empresa y venderla", explica. La enfermedad de su madre que lo llevó a mirar el negocio farmacéutico Así como tiene sus proyectos individuales, Francisco de Borbón es socio de Graf Hardenberg GMBH, el mayor distribuidor automotor del grupo de marcas Audi Volkswagen en Alemania. La empresa la creó su abuelo materno, Günther Graf von Hardenberg, "el máximo emprendedor que he conocido. Después de la guerra, toda la fortuna de la familia quedó mermada y él creó un imperio. Era un militar e hizo muy buena amistad con Henry Porsche -creador de Porsche- en la guerra, y ahí surgieron los primeros concesionarios en la época de la reconstrucción en Alemania", relata. Se trata de una empresa que factura más de 1.000 millones de euros al año. "Esa empresa no se toca porque crea el fondo que es para toda la familia", explica. Como es un alma inquieta, De Borbón no se permite respiros. "No puedo parar, me encanta crear empresas, proyectos nuevos. Me apasiona. Siempre he sido una mente muy inquieta. Por algo estoy soltero (se ríe)", aclara. Hoy tiene en la mira invertir en compañías del área farmacéutica, especialmente relacionadas con el uso de marihuana con fines medicinales, que a su juicio son el futuro. De hecho, ha viajado a California para visitar en terreno algunas compañías que están desarrollando el tema y en las que podría invertir. "Mi madre sufre de EPOC, una enfermedad pulmonar crónica obstructiva, y estamos buscando soluciones. Encontramos una empresa que, al parecer, podría tener la cura, pero no puedo entregar más detalles, porque estamos en plena negociación", precisa. Algo que lo tiene muy orgulloso es que hoy, a sus casi 40 años, trabaja con su padre a través de Neftan -con sede en Dubái-, la empresa que montaron hace dos años juntos y cuyo objetivo es financiar proyectos gubernamentales, fundamentalmente en Sudamérica y África. "Ayudamos a los gobiernos que tienen déficits y les entregamos recursos para desarrollar obras. Hemos destinado más de US$ 20 mil millones para la ejecución de proyectos concretos, que se financian contra garantías soberanas. Mi padre es el CEO y él se maneja con las autoridades mucho mejor que yo", concluye. "Lo mío es el emprendimiento y quise aventurarme y crear mis propias compañías. Obviamente, tuve mucha suerte, nací con dinero y ayuda, pero nunca quise vivir de mis padres ni de mi familia".
"Yo me encariño con los proyectos, pero no me agarro de ellos (...). El plan es hacer crecer la empresa y venderla".
