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Alimentación de un minero:

Cómo enfrentar las condiciones geográficas y otros factores

miércoles, 15 de noviembre de 2017


Ediciones Especiales
El Mercurio

Las directrices de una alimentación saludable deben siempre ir acompañadas de actividades que promocionen la salud en el entorno laboral y familiar, utilizando estrategias atractivas para destacar los beneficios de adoptar estilos de vida saludables.



Burgos Fonseca, nutricionista del Programa de Calidad de Vida Laboral,

Dirección de Asistencia Técnica, Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile.

El desarrollo del rubro minero en nuestro país se encuentra en su mayoría emplazado en condiciones geográficas adversas, ya sea por estar a una gran distancia de una región urbana o bien por ubicarse en lugares expuestos a una altura geográfica que supera los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Esto último presenta un efecto fisiológico sobre el cuerpo humano, donde la altura geográfica impacta el funcionamiento del sistema digestivo con algunos efectos como hinchazón, vómitos, dolor de cabeza y fatiga, entre otros.

Por otro lado, están los horarios y la frecuencia en que se realizan los principales tiempos de comida, los cuales se ven interferidos por las jornadas de trabajo que superan las ocho horas diarias y que, en algunos casos, se desarrollan durante la noche. Los tiempos de traslado y el sistema de turno que conlleva el trabajar en minería implica el estar fuera del hogar por cuatro, siete y hasta 10 días en algunos casos, dificultando el adquirir como hábito las recomendaciones que entregamos en un contexto distinto al que desarrolla un minero.

La experiencia que hemos tenido a través del trabajo realizado por el Programa de Salud y Calidad de Vida Laboral del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile indica que las directrices de una alimentación saludable deben siempre ir acompañadas de actividades que promocionen la salud en el entorno laboral y familiar, utilizando estrategias atractivas para destacar los beneficios de adoptar estilos de vida saludables.

Consejos importantes

Para aquellos trabajadores que realicen labores en faenas mineras emplazadas en altura geográfica se aconseja:

1.El día previo, antes de subir a faena, es necesario preparar el cuerpo siguiendo una alimentación liviana a base de verduras, frutas, lácteos sin azúcar y carnes blancas o rojas bajas en grasa. Es importante limitar el consumo de alimentos muy condimentados (ají, ajo, cebolla) y aquellos que contengan elevado aporte de grasa como frituras o productos de repostería.

2.Durante el primer y segundo día, se produce el periodo de adaptación, por lo que hay que seguir una alimentación que ayude a evitar la molesta hinchazón. Para esto se debe excluir los alimentos altos en grasas saturadas y muy condimentadas; las legumbres y algunas frutas y verduras como la cebolla, coliflor, brócoli, repollo, coles de Bruselas, pepino, rabanito, pera, melón y sandía.

3.Otra recomendación, es no consumir bebidas estimulantes como café, mate y bebidas energizantes, ya que sus efectos secundarios pueden alterar los parámetros de presión arterial. Hay que tomar en cuenta que pese a que se utilicen para combatir los efectos de fatiga y sueño durante los turnos de noche o extensas jornadas, la presión arterial ya puede estar alterada en condición de gran altitud y su consumo puede tener consecuencias adversas, peor aún en quienes ya tienen alguna alteración cardiaca.

4.Respetar los horarios de comida. Este punto es un desafío para el trabajador minero, ya que no siempre tiene cerca un casino, o "choquera" en el lenguaje minero, lo que dificulta manejar los tiempos de alimentación. Para cumplir con esto, sugerimos siempre llevar una colación saludable extra para consumirla en caso de que los tiempos entre comidas sobrepasen las cuatro horas. Esta colación puede ser a base de frutos secos sin sal, fruta, barra de cereal sin azúcar o un lácteo.

5.Aumentar el consumo de agua en un 50% (2,5 litros al día) y evitar las bebidas gaseosas. Ingerir agua es importante para mantener la temperatura y la eliminación de desechos corporales, además de oxigenar nuestro cuerpo y reducir los efectos de fatiga y somnolencia. En condiciones de altura geográfica, el cuerpo se adapta a los cambios de presión atmosférica, lo que genera un aumento de la frecuencia respiratoria y, en consecuencia, produce mayor pérdida de agua.

Excesos de calorías

Por último, la obesidad, el sobrepeso, las enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y dislipidemia, lamentablemente, predominan en quienes trabajan en este rubro. Son consecuencias de un exceso de calorías presentes en su alimentación y el sedentarismo predominante en las tareas que desempeñan que, por lo tanto, no justifican el consumo de grandes volúmenes de comida.

Es importante mantener una alimentación, cuidando el tamaño de las porciones y la calidad nutricional de los alimentos, en el que predomine un consumo de frutas, verduras, lácteos, legumbres y carnes, por sobre alimentos de alta densidad calórica y procesados como son galletas, chocolates, jugos y bebidas azucaradas que preocupantemente son una alternativa real de colación en la actualidad.

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