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Problemas culturales que los especialistas proponen derribar:

Mitos y prejuicios coartan a los adultos mayores el disfrutar la sexualidad

lunes, 13 de noviembre de 2017

JANINA MARCANO FERMÍN
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Después de los 65 años, el erotismo está presente en ellos al igual como en los más jóvenes, concuerdan los especialistas. Sin embargo, la salud sexual de los mayores puede verse afectada por una sociedad que los encasilla como seres no sexuales.



"Ya yo no estoy para eso", "no debería hacer nada a esta edad", "el sexo no es un tema del que podamos hablar". Todas son frases que Ricardo Iacub, psicólogo y profesor de Psicología de la Vejez de la Universidad de Buenos Aires, dice haber escuchado de adultos mayores.

"Mucho de esto tiene que ver con que, en general, cuando vemos una imagen prototípica del anciano, lo que menos nos imaginamos es que pueda tener sexo. La sexualidad de ellos muchas veces está condicionada a nuestra propia dificultad para verlos como seres sexuados", dice Iacub, quien estuvo recientemente en Chile para hablar del erotismo en la tercera edad, invitado por el Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO). "Incluso, sucede que cuando pensamos en adultos mayores y sexo lo miramos desde la perversión o como el viejo verde. No es algo exclusivo de los viejos. También nos pasa con los discapacitados, por ejemplo", comenta.

Concuerda con él Daniela Thumala, psicóloga de la U. de Chile e investigadora de GERO, quien considera que, además, existe una "mirada infantilizadora" del adulto mayor que termina por deserotizarlo. "De partida, la idea de que los viejos son como niños es equivocada y los va restringiendo psicológicamente de algo que es una posibilidad y un derecho", comenta la especialista.

Más edad, mismo goce

Por ende, explica José Luis Díaz, psicólogo clínico de la Clínica Dávila, los adultos mayores tampoco se perciben a sí mismos como sujetos sexuales, lo que, acompañado de los cambios psicovitales propios del envejecimiento, supone el riesgo de una vida sexual nula o mermada.

Las estadísticas indican que a los adultos mayores sí les gusta disfrutar de la sexualidad y que sí creen que hay formas de vivirla, dice Iacub. En el caso de Chile, los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad de vida en la Vejez 2017, que incluyó por primera vez este año preguntas respecto de la sexualidad, arrojaron que 32,2% de los adultos mayores tiene una vida sexual activa. Respecto de la relevancia que esta tiene en sus vidas, el 65% declaró que sigue siendo muy importante.

Carlos Rothenburg, chileno de 84 años, está de acuerdo. La sexualidad es un elemento clave que se mantiene en su matrimonio con Elba Villegas, de 79 años, dice. "Eso no tiene por qué perderse. Hay muchas soluciones, uno se da besos, abrazos, caricias. Uno hace eso mientras se pone a recordar los tiempos de antes", cuenta Rothenburg. Lo que sí es cierto, admite, es que su cuerpo se ha vuelto más lento y que el deseo ha disminuido. "Uno siente que ya no necesita tanto sexo como antes y baja la frecuencia, pero eso nomás", expresa.

Transformaciones como esta, explica Iacub, se producen por la aparición de la ralentización de todos los procesos biológicos. Las caricias o el hecho de dormir abrazados son elementos que describen el erotismo en esta etapa de la vida, debido a que "la sexualidad va más allá del coito y, específicamente, en el caso de los adultos mayores, la capacidad genital suele reducirse".

Adaptación al cambio

"Pero estamos en un país donde el sexo es percibido como algo coital, como algo machista donde el varón domina", dice Díaz, de la Clínica Dávila. De allí, añade, la importancia de cambiar la mirada respecto de lo que significa la intimidad y de que los adultos mayores logren resignificarla a través de otras vías de contacto, para no creer que al perder la genitalidad pierden también su vida sexual.

Lo que también puede pasar, agrega Susana González, geronto-psiquiatra de la U. Católica (UC), es que el orgasmo a veces se presente y a veces no. "En esta etapa, el disfrute dependerá mucho de la capacidad que se tenga para adaptarse al cambio", dice González, quien abordó la temática en el VII Congreso Latinoamericano de Psicogerontología que culminó hace dos días en la UC.

Pese a las variaciones en el cuerpo, dice Thumala, de la U. de Chile, la sensación de placer es la misma en la vejez que en edades más tempranas. Por eso, la experta considera importante derribar el mito de que los adultos mayores no disfrutan el sexo porque "ellos terminan internalizando estas ideas erradas". Y agrega: "El orgasmo, en la tercera edad se experimenta con igual goce que en etapas más tempranas".

Se reduce el deseo, pero lo que no se reduce nunca, más allá de los límites biológicos que puedan aparecer o no, es el deseo erótico, concuerdan los expertos y aseguran que la cultura de cada país tiene un peso relevante al momento de analizar cómo viven la sexualidad los adultos mayores.

Iacub puntualiza: "Hay que construir una estética de la diversidad, desde la cual se pueda entender que no solo los más jóvenes y bellos son los únicos que pueden tener sexo".

"Mas allá de los limites biológicos, el deseo erótico no se reduce nunca".
RICARDO IACUB
Profesor de Psicología de la Vejez de la Universidad de Buenos Aires.

"Según el imaginario social, la sexualidad queda fuera en la vejez. Esto es algo que el adulto mayor internaliza y le incomoda".
DANIELA THUMALA
Investigadora del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO)

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