lunes, 28 de enero de 2008
Francisca Urroz
Economía y Negocios Online, El Mercurio
El ex ejecutivo del brazo inmobiliario de Enersis descarta que el ajuste en la venta de inmuebles pueda traducirse en un "frenazo" del sector.
Desde que Citigroup Venture Capital International (CVCI) y un grupo de empresarios tomaron control —a mediados de 2006— de la constructora Moller y Pérez-Cotapos (MPC) que los nuevos socios habían mantenido estricto silencio sobre sus planes.
Pero en esta entrevista, el presidente del directorio de la constructora, Ramón Yávar —ex ejecutivo de Manso de Velasco, brazo inmobiliario de Enersis— revela que la tradicional empresa está más activa que nunca, especialmente en la búsqueda de nuevos negocios. Las fichas están puestas en concesiones hospitalarias, viviendas sociales e, incluso, evalúan entrar al mercado de oficinas.
– Desde que concretaron la compra con el CVCI, ¿cuáles son los cambios que han hecho?
"Nos hemos dedicado a estructurar corporativamente esta compañía. MPC nació como una empresa familiar y esto los llevó a tener una administración muy de ese estilo. Esta empresa está pasando de una estructura familiar a una más coorporativa y hay que organizar toda la plana ejecutiva. Estamos buscando al gerente general, ya que yo he ido haciendo esas labores, por una opción personal. Quería entrar a la compañía, conocer todos sus negocios".
"En cuanto a la gestión, nuestra mayor preocupación ha sido buscar el reemplazo de todos los proyectos que la compañía tenía y que se estaban vendiendo. Hemos estado buscando terrenos, hemos comprado algunos, y ya en marzo y abrilvamos a empezar con nuevos proyectos".
– ¿A cuánto asciende la inversión?
"En total vamos a invertir apróximadamente US$ 25 millones, considerando los terrenos y las obras que se van a realizar. US$ 11 millones corresponden a terrenos que ya teníamos y US$ 8 a nuevos terrenos que hemos comprado, y tenemos en carpeta otros tantos".
"Hoy día estamos muy concentrados en la venta de departamentos para niveles socioeconómicos ABC1, pero para llegar a una meta de vender en el mercado inmobiliario alrededor de US$ 100 millones en 4 años vamos a tener que buscar segmentos de mercado en los que no estamos; vamos a tener que ir a construir a otras zonas de la Región Metropolitana, a nivel C1, C2, C3 en San Miguel, Ñuñoa, Macul y también vamos a tener que ir a otras ciudades de Chile".
Nuevos nichos
– ¿Qué otros mercados están mirando?
"Nos interesa el área de obras públicas. Queremos potenciarnos en esto y la empresa ha ido adquiriendo un know how importante en el sector de salud como, por ejemplo, la construcción de hospitales. Hay un área nueva que se está abriendo para la industria y que es la concesión de hospitales. Actualmente hay dos proyectos en marcha que son los hospitales de La Florida y de Maipú, que se van a licitar, y queremos participar en esos procesos".
– En estos días en que pareciera que la construcción viene de baja, ¿en qué rubros pueden protegerse?
"Una empresa como la nuestra debe estar en las tres áreas: obras públicas, vivienda privada y de vivienda social, con el objeto de disminuir los riesgos y la volatilidad. Las viviendas sociales nos interesan a través de los subsidios, pero aún no hay nada concreto".
–¿No está de acuerdo con que la construcción vivirá una fuerte desaceleración en 2008?
"Cuando decidimos (los nuevos socios de MPC) entrar a esta empresa, no lo hicimos pensando en algo de paso, y cuando uno se arriesga en una inversión de esta naturaleza no es al azar. Estoy seguro de que vamos a atravesar algún tipo de crisis a futuro, pero lo que estamos viviendo actualmente en el sector no es una crisis".
– ¿Y la alta inflación no provocará un frenazo en el negocio inmobiliario, como anticipan algunos?
"Naturalmente que va haber alguna disminución, pero yo no lo llamaría frenazo. Hoy día el stock de viviendas en Santiago es de apróximadamente 40 mil viviendas, y se están vendiendo trimestralmente alrededor de 10 mil. Es un stock grande, pero yo creo que el sector inmobiliario y las empresas ya lo internalizaron y han ido disminuyendo su actividad. Los permisos de edificación han bajado alrededor de un 20%; eso quiere decir que la gente está disminuyendo la velocidad con la que está construyendo. Es un proceso natural y no quiere decir que estemos en un problema inmobiliario".
