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Sergio Rubin, biógrafo argentino del Pontífice, invitado al encuentro de la Unión Social de Empresarios Cristianos:

"Francisco tiene una visión positiva del empresario, como figura clave del desarrollo"

viernes, 20 de octubre de 2017

Gabriel Pardo
Nacional
El Mercurio

"Creo que lo que a él le preocupa es una economía que no tenga siempre como centro al hombre", dice el autor de "El Jesuita", la primera biografía de Jorge Bergoglio, escrita cuando aún era cardenal.



El periodista argentino Sergio Rubin caminó junto a Jorge Bergoglio por la Plaza de San Pedro días antes del cónclave que en marzo de 2013 lo convirtió en el Papa Francisco.

Rubin -quien ha trabajado por décadas en el diario Clarín y es editor del suplemento Valores religiosos- dice que el actual Pontífice sigue siendo un hombre sencillo y cercano a la gente. "No es algo que inventó ahora que es Papa", afirma recordando sus conversaciones con él.

Junto a Francesca Ambrogetti, Rubin escribió la primera biografía de Bergoglio, "El Jesuita", cuando todavía era un cardenal, pero que había tenido un rol destacado en el cónclave que eligió como Papa a Benedicto XVI. Incluso, había sido uno de los papábiles.

Como uno de los principales invitados al encuentro organizado por la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC), que se realizará el martes en Santiago, el periodista profundiza en el rol del Papa Francisco en la Iglesia de hoy y adelanta algunas de las ideas que expondrá.

-Usted plantea en su libro que Jorge Bergoglio era un cardenal de bajo perfil, pero que con el tiempo se fue volviendo muy influyente.

-El era, digamos, un outsider en la Iglesia. En el 92, cuando el cardenal Quarracino lo elige para obispo auxiliar de Buenos Aires, él estaba en Córdoba. Siempre fue un sacerdote de perfil bajo. Como cardenal también. No solía conceder entrevistas. Su influencia internacional empieza a crecer luego del Sínodo de obispos de todo el mundo realizado en 2001, cuando tiene que tomar el lugar del cardenal Edward Egan, como relator general. Su rol fue muy valorado.

-Según relatan, como arzobispo en Buenos Aires, pese a tener bajo perfil, no se mostraba complaciente con las autoridades políticas. En el libro aparece que en el Tedeum del 2004 hizo un discurso crítico de la situación del país y Néstor Kirchner no volvió a asistir a un Tedeum.

-Nunca fue muy de ir a favor de la corriente si él consideraba que había cosas que objetar. Él le habla a toda la sociedad y a toda la dirigencia. Eso tuvo su parte que le tocaba al Presidente Kirchner. Era un gobierno muy confrontacional y a la Iglesia nunca le gustó tanta confrontación. La Iglesia estaba por buscar el diálogo.

-En el libro destacan que Francisco enfatiza en una Iglesia que, más que "reguladora de la fe", sea "transmisora y facilitadora" de la fe. ¿Eso marca su papado?

-Claro. Algunos hemos hablando de que él lleva adelante una especie de revolución cultural en la Iglesia. Hoy (ayer), el Papa hizo una declaración en que dio a entender que Dios no es un listado de normas, sino que es amor. Esto no significa que sea un abolicionista de la doctrina, sino que significa poner por encima de todo la caridad, la misericordia. Una Iglesia de puertas abiertas y que sale al encuentro de la gente.

-En "El Jesuita", el Papa Francisco, todavía siendo cardenal, valora mucho "la cultura del trabajo" y no solo de la dádiva. ¿Cómo se puede interpretar en el escenario actual?

-Eso es interesante, porque a veces a él se le acusa de populista, pero él defiende mucho la cultura del trabajo. En "Evangelii Gaudium", su primera exhortación apostólica como Pontífice, expresa que las ayudas sociales tienen que ser transitorias. Obviamente, la gente tiene que comer hoy y no puede estar esperando años. Pero la ayuda no puede eternizarse, porque eso atenta contra la dignidad de la persona, que tiene que ganarse su sustento.

-¿Cómo definiría su mirada respecto del empresariado y los emprendedores?

-Francisco tiene una visión positiva del empresario, como figura clave del desarrollo económico de una sociedad. El empresario que realmente emprende, que arriesga, que invierte, que da trabajo. Creo que lo que le preocupa a él es una economía que no tenga siempre como centro al hombre. Ese es el núcleo de la doctrina social de la Iglesia. Con una economía sana de mercado, con sentido social, él no tiene ningún problema. El problema es cuando una parte de la economía se mueve en base a la especulación financiera. Porque entonces la economía no está puesta al servicio de la producción, del trabajo y del hombre.

-En Chile, muchos se preguntan cuál será el mensaje del Papa y si incluirá alusiones a los juicios de Chile con Bolivia en La Haya o a la situación de La Araucanía en torno a las demandas mapuches...

-Yo no sé lo que dirá en Chile. Lo que puedo asegurar es que en cada lugar al que va llama a la cultura del encuentro. Ahora, la sociedad civil y sus representantes son los que tienen que ver cómo eso se plasma. Estuve con él en Colombia. Allá hay división por el tema del proceso de paz con las FARC. Y el Papa no dijo cómo tienen que ser los acuerdos. Los invita a que haya una reconciliación.

''Estuve con él en Colombia (en septiembre). Allá hay división por el tema del proceso de paz con las FARC. Y el Papa no dijo cómo tienen que ser los acuerdos. Los invita a que haya una reconciliación".

''Con una economía sana, de mercado con sentido social, él no tiene ningún problema".
SERGIO RUBIN
Autor de "El Jesuita"

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