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Cecilia Fierro, presidenta de la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar:

"Fortalecer la convivencia es fortalecer la educación"

lunes, 16 de octubre de 2017

Margherita Cordano
Educación
El Mercurio

En una región marcada por la distribución desigual de recursos, aprender a controlar la violencia y la desconfianza entre los alumnos es crucial para obtener mejores resultados a futuro.



Poco antes de aterrizar en Chile para participar en una serie de discusiones sobre convivencia escolar, la investigadora Cecilia Fierro decidió darse una vuelta por el estado mexicano de Guanajuato. Hasta ahí llegó convencida de que las averiguaciones sobre este tema también corresponde hacerlas en terreno. "Visité una escuela dentro de una zona que se considera socialmente complicada. Pero resulta que uno ve que en este establecimiento no existe el matonaje", explica.

En este caso particular, la fórmula para lograr una comunidad cohesionada se basa en talleres: la institución ofrece una amplia selección de actividades extracurriculares e invita a sus estudiantes a explorar y conocer más de eso que les interesa. A los profesores, además, se les alienta a participar en redes docentes, lo que "los empodera y les permite desahogar sus preocupaciones, volviéndolos más fuertes".

Como académica de la Universidad Iberoamericana León y actual presidenta de la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar, gran parte de la labor de Fierro consiste en averiguar qué tipo de acciones propician que un establecimiento educativo tenga un buen clima escolar. La tarea no es menor, si se considera que este factor ha mostrado ser clave en los resultados académicos que obtiene un establecimiento: la última prueba PISA concluye que los estudiantes que sienten que son parte de un grupo afiatado tienden a desempeñarse mejor y se motivan mucho más por aprender. Entre los evaluados, quienes manifestaron no tener una gran conexión con su colegio promediaron 22 puntos menos en la medición que se hizo sobre Ciencias, por ejemplo.

"Fortalecer la convivencia es fortalecer la educación", destaca la investigadora, quien esta semana estuvo en el país invitada por el Diplomado de Convivencia Escolar que el Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (Cedle) está impartiendo en Santiago y Talca. El centro está formado por las universidades Diego Portales, Alberto Hurtado, de Talca y Católica de Temuco, en colaboración con el Ministerio de Educación y la Escuela de Graduados de Educación UC Berkeley.

Sociedad diversa

Cuando en 2008 se formalizó la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar que Fierro preside y que en ese entonces tuvo como principales impulsores al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente de Guadalajara, las universidades Iberoamericana de León, de Costa Rica y Católica de Chile, los comentarios a la investigadora no se hicieron esperar.

"Colegas estadounidenses, canadienses y españoles empezaron a cuestionar que se les hubiera dejado fuera. Pero la decisión no pasó por excluirlos, sino por fortalecer la experiencia de investigación y el conocimiento desde nuestra realidad. Y desde ahí dialogar con otros", plantea Fierro. "Desde Latinoamérica veíamos que en temas de educación de valores y convivencia teníamos una tremenda colonización de productos generados desde otras latitudes y condiciones. Sentíamos un peso muy grande a través de propuestas de formación y esquemas de intervención que estaban hechos desde realidades muy distintas".

Con el paso de los años, la investigación mostró que entre los principales problemas de la región -algo que no se veía de forma evidente en naciones europeas o asiáticas- estaba la distribución inequitativa de recursos, lo que supone altos niveles de exclusión y que en ocasiones desata violencia y desconfianza. "La tarea entonces pasa por saber corregir eso. Porque puede que una maestra que quiera corregir al niño que rompe el cuaderno de su compañera lo jale, lo deje fuera del aula y punto. Pero está también la opción de hacer a ese niño reflexionar en torno a lo que a hecho, preguntarle de qué forma se lograría solucionar el problema", indica Fierro en referencia a la necesidad de generar capacitaciones docentes.

"La buena convivencia en sí misma es formativa. Un profesor que corrige a sus alumnos de forma considerada y atenta está construyendo personas que saben que tienen derecho a recibir un trato respetuoso. Personas que entienden que a veces se pueden cometer errores, pero que saben que eso es un recurso para aprender".

En este mismo sentido, educar con respeto permite abordar de mejor forma temas en torno a la diversidad, otra de las áreas que irrumpen en la región. "Hay que saber manejar la diferencia, que puede ser de talentos, intereses, género, religión, condiciones de vida, o de cultura y origen".

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