Dólar Obs: $ 982,38 | 0,07% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.072,05
IPC: 0,60%
Karen Santa María la mujer tras Marcelo Díaz

"Esto no es el fin de nada"

martes, 17 de octubre de 2017

Por Muriel Alarcón Luco. Fotos: Nadia Reyes
Entrevista
El Mercurio

En su primera entrevista, la abogada de 37 años habla de su carrera y del apoyo incondicional a su marido. Esta es una conversación en dos momentos clave: cuando Díaz fue marginado de la selección y luego de la derrota camino al mundial. Aguerrida, dice de la eliminación a Rusia 2018: "Chile abusa en la crítica. En los momentos malos terminamos sacando lo peor".



-Con Marcelo somos de conversar mucho. Y tenemos una visión en conjunto de que no es el fin de nada. Soy muy crítica respecto de las opiniones que se han dado de que "es el fin de la generación dorada". ¿El fin de qué? La mayoría de los jugadores de esta selección tiene mucho que dar. Algunos están en la plenitud de su carrera. Otros están incorporándose. Es lo que me molesta. ¿Por qué hay que decir que es el término de algo? Chile se acostumbró a criticar mucho.

Son poco más de las once de la mañana en el D. F. de México y Karen Santa María (37 años, abogada), mientras toma desayuno en el comedor de un hotel de lujo de la zona sur del DF, analiza, al teléfono, la reciente eliminación de Chile al mundial. A esta hora, su marido, el futbolista chileno Marcelo Díaz, está entrenando con su nuevo equipo, Pumas de la Unam de México.

Karen guarda silencio y retoma la conversación:

-Yo creo que es el comienzo de una reestructuración necesaria, pero también el inicio de un camino dirigido a triunfos y a logros, y a lo que ellos están acostumbrados a hacer.

Desde que Díaz llegó a México, tras su paso por ligas de fútbol profesional en Suiza, Alemania y España, Karen y sus hijos -Maximiliano (8) y Colomba (1 y medio)- residen en un hotel a la espera de una casa donde vivir. Ahí, en su habitación, vieron la derrota de Chile ante Brasil.

-A Marce le gusta ver los partidos con tranquilidad, estar concentrado. (Y vivimos juntos) la ansiedad previa, la tristeza durante el partido y la frustración posterior cuando ya se acabaron los noventa minutos y Marce se dio cuenta de que Chile no iba al mundial. No ha sido fácil -dice y agrega:

-Pero es un tema que ya está, que ya fue, ya se tomaron las decisiones, ya se jugaron los partidos y ante eso Marce no puede hacer nada. Solo seguir preparándose para lo que viene: ser el mejor en lo que él sabe.
 
Mujer de carácter

Dos semanas atrás, antes de los partidos contra Ecuador y Brasil, una tarde de un viernes, Karen Santa María, durante su paso por Chile, quiso dar una entrevista por primera vez.

Desde la terraza de un restorán en Nueva de Lyon, Karen Santa María -de pelo liso y largo y extensiones de colores- contó que con Marcelo Díaz se conocieron el 14 de febrero de 2006 en la discoteca sala Murano.

Hoy llevan nueve años casados. Para ese entonces, Marcelo tenía 19 años y Karen, 26.

Marcelo -hijo de un constructor y de una empaquetadora en una fábrica- provenía de la comuna Padre Hurtado y era un futbolista primerizo que estaba por debutar. Karen -hija del dueño de una flota de buses en La Florida, que partió siendo chofer de una micro, y una dueña de casa- ya había egresado de Derecho. Se había criado prácticamente arriba de las micros, acompañando, de adolescente, a su padre.

-Soy una mujer que es muy difícil de pasar a llevar. El mismo hecho de involucrarme en algo tan masculino me hizo el carácter. Mis papás me formaron con la intención de que fuese más que ellos. Me criaron para ser una mujer independiente, que no tuviese que depender de ningún hombre, que se valiera por su esfuerzo, por su sacrificio. Para ellos siempre el título profesional fue lo más importante.

Karen entró a estudiar Derecho en 1998, a la Universidad Andrés Bello.

-¿Cómo se imaginaba que sería su vida cuando estaba en la universidad?

-Enfoqué siempre mi carrera al área penal. Mis mejores calificaciones son en derecho penal y en derecho internacional público. Me preparé para ser la mejor. Fui ayudante. Hice clases con defensores penales públicos, con fiscales. Traté de tener las mejores notas. Mi sueño era ingresar a la fiscalía. Y en eso estaba cuando apareció Marcelo. Trabajaba en el Ministerio de Justicia en el Departamento de indulto.

-Cuando conoció a Marcelo, ¿se proyectó con él en una relación?

-Jamás pensé vincularme a un futbolista. Somos de ámbitos completamente diferentes, y también en parte por los prejuicios que tenía.

-¿Cuáles?

-Que era el típico mujeriego, de inteligencia media, sin aspiraciones. No era el prototipo de persona con la que quería compartir mi vida. Entonces me dice que es futbolista y que tiene 19. Para mí fue imposible el tema de la edad. Eran 6 años. Fue como un bloqueo.

Marcelo Díaz la conquistó a través de mensajes que le envió durante seis meses.

-¿Cuándo dejó atrás sus prejuicios?

-Cuando no nos vimos. No era el (típico) galán ni se creía el David Beckham de Chile. Era sencillo, humilde, bajo perfil. Y un tipo muy caballero, muy educado, muy romántico. (...) En esa época ganaba muy poco dinero. Me quería invitar al cine y no podía. Al final o lo invitaba yo o íbamos cuando se podía, entonces, claro, esos pequeños detalles, me fueron encantando y yo, sin apego al dinero ni a lo material, ver a una persona en la misma, siendo futbolista, más me enganchó. Marcelo es como el anti-futbolista. El ser futbolista te permite muchos accesos y beneficios, dinero que a lo mejor a los 22 años una persona que trabaja no tiene. Para él su foco era tener su auto, que lo tuvo, y su departamento, que compró. No le interesaba derrochar el dinero con los amigos ni andar de fiesta. Tenía claro que su carrera era un medio para poder forjar un futuro con tranquilidad.

La marginación de Marcelo

Karen y Marcelo tenían planificado viajar juntos a Chile para los partidos contra Ecuador y Brasil. Karen llegaría un día antes junto a sus hijos, pero Marcelo no fue seleccionado en la nómina oficial para los partidos clave ante las clasificatorias a Rusia 2018 y su viaje a Chile se canceló el mismo día que su mujer aterrizó en Santiago, el jueves 28 de septiembre. Marcelo Díaz se enteró por Twitter y así, por un pantallazo con su celular, se lo contó a su mujer por WhatsApp. También le dijo que era bueno que regresara luego a México. Quería estar con ella.

Tras descargos de Díaz -quien, por Twitter, dijo estar "totalmente sorprendido y triste" por el anuncio-, Karen publicó en la misma red social una carta dirigida a él que se viralizó, con un mensaje a quienes criticaban su desempeño en la cancha: "Esta situación no es fácil porque sé cuánto amas a tu Selección, y más aun cuando has sido objeto de muchas críticas, (...) pero aún así le pongo el pecho a las balas", dijo.

El viernes 29 de septiembre, cerca de las siete de la tarde, mientras hablaba con revista Ya, desde la terraza del restorán en Nueva de Lyon, y cuando habían pasado solo horas tras su misiva virtual, su celular no dejaba de sonar. Eran llamadas, correos y mensajes de familia y amigos. Todos sumados al cuestionamiento público surgido ante la decisión del técnico Juan Antonio Pizzi. Entonces, Karen dijo:

-A mí me cuesta la crítica destructiva y la poca empatía. Él ama a la Selección. Y te encuentras con gente que no mide. Redes de contención en México no tenemos. Marcelo necesita que estemos nosotros.

-¿Por qué decidió hablar usted?

-Es una forma de manifestar la molestia de un modo más inteligente y educado. Y una forma de decirle a la gente que Marcelo es una persona especial que no merece este trato. (...) Ocupé mi red social para decirle a mi marido que no está solo, que es increíble como jugador y como persona. Que más allá de lo que pase, estamos orgullosos de él. Detrás de un jugador hay una familia con hijos que sufre.

-Usted siempre se había mantenido al margen.

-Sentí que estaban siendo injustos con él.

Karen dijo que no "criticaba el fondo, sino que la forma" en la decisión de Pizzi sobre marginar a su marido de la Selección.

-Entiendo si te dan una explicación de rendimiento. La educación y el respeto hacia una persona deben ser en todos los ámbitos. En lo bueno y malo. No hubiese sido peor que el director técnico (Pizzi) tomara el teléfono y le hubiera dicho a Marcelo: "Tomamos la decisión y por este motivo no vas a estar en la nómina". Pero no que mi marido se entere por la prensa.

Y agregó:

-Hay que hacer las cosas bien. Más cuando has tenido un jugador presente en los mayores éxitos de la Selección, titular indiscutido de tres técnicos. Y por una cosa de calidad de persona. Es el mínimo gesto que puedes tener con un seleccionado, un bicampeón de América. Un tipo que participó en las copas que dices que ganaste. Puede que Marcelo no tenga el rendimiento que (Pizzi) quiere, pero son las formas.

Contra la crítica destructiva

Karen dice que desde siempre su relación con Marcelo ha estado basada en la honestidad.

Al año y medio de pololeo supieron que serían padres. Y se casaron en 2008 cuando ella tenía 6 meses de embarazo. Marcelo quería ser padre joven. Según Karen, tras duros episodios que tuvo que enfrentar en su vida (como el suicidio de su hermano mayor, Gonzalo, quien lo incentivó a jugar fútbol y la partida de su padre), tuvo que madurar muy rápido.

-Yo creo que recién alrededor de cuatro años atrás, empezó a decantar un poco lo que significó la partida y la pérdida de su hermano. Ser papá influyó.

-¿Qué le gustó de él?

-Es muy resiliente. Tiene una inteligencia emocional que pocas personas tienen. Siempre me ha demostrado que quiere ser más. Marcelo lee los diarios. Sabe de política, de cultura internacional y nacional. Quien dice: "Quiero ir a la universidad" para mí es "Guau". Teniendo lo que tiene, a pesar de eso, ¿quiere ir? Es un orgullo impresionante. Muchos pueden hablar, pero pocos concretan. Él tiene programada su vida. Termina su carrera futbolística, quiere estudiar Periodismo y ser gerente técnico. Tiene la inteligencia y ganas para hacerlo. Buscar esos dos complementos hace que en parte yo también vea un poco mi vida reflejada en él. En ser la mejor en lo que hago, en no haberme quedado con ser la estudiante de Derecho, sino en ser la mejor.

Karen se dio cuenta del despegue de la carrera de su marido, dice, cuando Jorge Sampaoli tomó las riendas de la U. Le siguieron campeonatos, copas, y las ofertas para integrar planteles internacionales en Suiza, Alemania y España. Ella no conocía Europa. Y cuando ella tenía 29 años y él 23, pasaron de vivir en un departamento en la calle Antonio Varas a una casa en Suiza.

-En Suiza (vives) con una calidad de vida, una educación. La lengua materna de mi hijo Maxi es el inglés. Mi norte siempre ha sido la educación. Y Maxi es un niño brillante. Siempre le digo a Marce: 'Pase lo que pase ya nos sacamos la lotería'. La educación que le damos a Maxi es impagable. He tenido costos súper altos. En la parte profesional y emocional, como mujer, pero ver a mi hijo, en ese ambiente, desenvolviéndose así, que sea trilingüe, porque habla alemán, inglés y español, me doy por pagada.

-¿El lujo puede nublar?

-Absolutamente. Pueden correr millones alrededor tuyo, pero mientras tengas los pies bien puestos en la tierra y las cosas claras, no creo que tengas que cambiar. Si cambias es porque tú quieres.

-¿Se han sentido tentados por el lujo?

-No. Marcelo sabe que el fútbol es su profesión y no un medio para adquirir.

Hace casi un año Karen Santa María dio su examen de grado, doce años después de haber egresado de la universidad. Aprobó, con distinción máxima y nota 6. Juró a principios de año.

-Era una deuda conmigo y con mi papá. Él me lo pidió. Y aunque me demorara cincuenta años sabía que me iba a titular. No lo iba a dejar inconcluso.

-En todo el tiempo que ha pasado desde que estudió, ¿ha cambiado su noción de la justicia?

-Muchísimo. Al estudiar te das cuenta de que todo en la práctica es diferente. Uno tiene ciertas concepciones (...) Y puede tener las herramientas y la inteligencia, pero no el poder de decidir. Cuando este poder lo tienen otros, llega un punto en el que la frustración (te gana) y ante eso no se puede hacer nada. Puedes ser una abogada brillante, armar una teoría del caso, tener los pros, y antecedentes, pero si te encuentras con un juez que tiene una visión diferente a la tuya, entiendes que, a lo mejor, tu trabajo no tendrá el resultado que esperaste. La universidad te prepara para todo un poco, pero no para la frustración de que mañana la decisión final no va a ser la tuya.

-¿Piensa ejercer?

-Es difícil proyectarse a futuro, porque no sabes lo que va a pasar con Marcelo. Tiene 30 años, jugará hasta los 36. Todavía me quedan seis años de ver dónde voy a estar y qué voy a hacer. Mi carrera no la puedo ejercer en otro país, solo en Chile. Pero yo sí estudio. Hago cosas por internet, soy facilitadora de señas, he hecho cuanto curso he podido y en el futuro mi idea es trabajar.

-Usted podría no haber buscado una profesión.

-¿Por qué hay que suponer que por un estatus económico o que por la vida que llevas no vas a poder hacer algo más? Las personas no cambiamos por la calidad social o económica o cultural. Los principios, valores y educación están y no cambian.

-Usted es una excepción entre las esposas de los futbolistas.

-Uno juega con los prejuicios. Hay muchas como yo. Se piensa que son todas unas barbies en la casa y no. Conozco a muchísimas que son profesionales, que trabajan, lejos del estereotipo. (...) ¿Por qué mejor no enjuician a los mismos (futbolistas)? ¿Por qué no dicen que los futbolistas no estudian? Nosotras no somos muebles. Pensamos, sentimos, estudiamos, nos perfeccionamos. Hay que luchar siempre contra los prejuicios de la gente.

-¿Tanto le molestan?

-Me molesta la crítica destructiva y sin fundamento.

 

Cuatro guerreros

Karen es una mujer de carácter y opiniones directas. No esconde la incomodidad que sintió cuando supo que su marido no integraría el plantel nacional. Karen reconoce que su ausencia dio cabida a suposiciones. Sobre todo gatilladas tras el error que Díaz cometió cuando Chile enfrentó a Alemania en la final de la Copa Confederaciones. Lo que se intensificó en la doble fecha contra Paraguay y Bolivia cuando, entre los dos partidos, Díaz criticó el planteamiento del técnico y después hizo la mano del penal ante Bolivia.

Meses atrás, Díaz, emocionado, admitió, tras la Copa Confederaciones, haber cometido "el peor error de su carrera". Su mujer recuerda ese momento:

-Ha sido una de las experiencias más difíciles. Lejos. Hasta hoy Marce tiene esa pena en el corazón. Y yo creo que la va a tener siempre y más por lo difícil que se lo han hecho. Si bien hubo un apoyo, te das cuenta que después, al poco tiempo, por a, b o c motivo te lo sacan en cara y no es de la misma forma con la que te apoyaban. Es con mala onda. (...) Y ahí uno tiene que ser racional para separar las cosas. Si no, te destruye.

-A raíz de la ausencia de Marcelo Díaz en la nómina se habló del "principio del fin de su carrera".

-Pero eso no es así. Lo tengo absolutamente claro y se lo dije a Marcelo. Él hoy está por sobre cualquier técnico. Su calidad no depende de un llamado a la Selección. Marcelo ha sido y seguirá siendo un jugador brillante. Hasta hoy no tiene reemplazante. No lo digo yo como señora. He leído titulares que dicen "el principio de (su) fin". ¿Fin de qué? Marcelo tiene 30 años. Yo pienso por qué con un técnico un grupo de jugadores fue maravillosamente exitoso, y con otro técnico no tanto. No creo que sea problema de los jugadores. Es un tema de contexto y de planteamientos diferentes. Pero no porque Pizzi no lo (hubiese llamado) significa que es el fin de Marcelo.

Bajo el reciente escenario de la eliminación de La Roja, Karen dice, al teléfono, desde el DF, que no cree "ser quien para juzgar" las declaraciones de Carla Pardo, la mujer del capitán Claudio Bravo -que acusó falta de disciplina dentro de la Selección-:

-Si tenía la necesidad de hacerlo, de dar un mensaje de apoyo a su marido, bien por ella. (...) Yo lo hice con el mío. No tenemos por qué acallar una necesidad. Las redes sociales se ocupan para criticar. Nosotras las ocupamos para otras cosas, como apoyar a nuestros esposos en su labor, y hay quienes no lo reciben bien. Pero más allá de lo que ella dijo (...) yo nunca he visto nada y quizá si lo hubiese visto, hubiese emitido una opinión, a lo mejor, no pública, pero sí de apoyo. Cualquier mujer que salga en defensa de su marido merece un respeto y mi admiración.

-¿No se acaba nada para ustedes con esta derrota ante Brasil?

-No. Para nada. Chile abusa en la crítica. En los momentos malos terminamos sacando lo peor. (Es natural) que exista una frustración, una pena, de los jugadores, de los chilenos, pero, a ver, hay dos opciones: Quedarte llorando y lamentándote, o tomar las medidas y hacer lo necesario para volver a brillar.

En su mano, Karen lleva el nombre de su marido tatuado. Marcelo lleva el de ella en la espalda, junto a una familia de leones. Karen dice que para Marcelo su familia siempre han sido cuatro guerreros. "Como seres imponentes ante el universo, leones que protegemos a nuestras crías".

-Conozco a Marcelo. No necesito que me diga nada. Y veo la tristeza en sus ojos. Veo su ansiedad, la frustración y, en parte, la impotencia de no haber podido estar. Pero ya está, ya fue, no pudo participar y es lo que conversé con él. Tiene que prepararse de la mejor forma para que sus ojos vuelvan a brillar.

"Soy una mujer que es muy difícil de pasar a llevar. Mis papás me formaron con la intención de que fuese más que ellos".

"(A Marcelo) no le interesaba derrochar el dinero con los amigos ni andar de fiesta. Tenía claro que su carrera era un medio para poder forjar un futuro con tranquilidad".

Este año juró ante la Corte Suprema como abogada: "Era una deuda conmigo y con mi papá. Él me lo pidió. Y aunque me demorara cincuenta años sabía que me iba a titular".

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia