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Participará en la cumbre AllBiotech en el centro de Innovación UC:

Ryan Bethencourt, el científico que quiere revolucionar las startups biotecnológicas

lunes, 09 de octubre de 2017

Pablo Tirado
Economía y Negocios
El Mercurio

El estadounidense es director de IndieBio, la mayor aceleradora de emprendimientos del rubro en el mundo, con 68 startups que suman una valorización de US$ 500 millones. Entre ellas, dos chilenas.



Ryan Bethencourt quiere cambiar el mundo a través de la biotecnología. De padres cubanos y nacido en Miami, este emprendedor devenido en inversionista es el director y socio de IndieBio, la mayor aceleradora de startups ligadas a la biotecnología del mundo, con 68 compañías bajo su alero.

Entre ellas están, por ejemplo, Memphis Meats, una compañía que está creando células de carne artificial -como, por ejemplo, albóndigas-, en la que han invertido personalidades como Bill Gates o Richard Branson o Catalog Technologies, una firma que transforma la información genética en código binario.

"Es difícil encontrar buenos proyectos en biotecnología. Uno de los problemas más grandes es que muchas veces los científicos piensan en problemas pequeños y para ser una compañía interesante tienes que pensar en grande", cuenta sentado en una de las terrazas del Centro de Innovación UC, lugar en el que ha estado dictando una serie de conferencias y donde esta semana será uno de los principales oradores en la cumbre AllBiotech, que reunirá a 100 jóvenes de 16 países de América Latina.

Con estudios científicos en la Universidad de Warwick, Cambridge, y en la Universidad de Edimburgo, Bethencourt se define como un inversionista "accidental". Partió su carrera trabajando en compañías como Pfizer o Johnson & Johnson, donde tuvo la oportunidad de ser parte de acuerdos multimillonarios, algo que terminó por frustrarlo, cuando se dio cuenta del poco apoyo que recibían los científicos emergentes. Fue entonces cuando creó el movimiento biohacker, que promueve el acercamiento de la ciencia a la gente común a través de laboratorios de bajo costo.

En paralelo y junto con un socio que padecía una enfermedad degenerativa similar a la esclerosis lateral amiotrófica -la enfermedad que tiene Stephen Hawking-, comenzó a trabajar en una startup que buscaba una cura. "Encontramos una molécula que parecía disminuir la enfermedad en un modelo, pero no pudimos levantar dinero para llevar la investigación a la fase clínica y eventualmente la compañía desapareció y tristemente mi cofundador falleció debido a la enfermedad", recuerda.

Con la desilusión de esa pérdida creó Berkeley Labs, un laboratorio para que científicos pudieran desarrollar sus productos.

Si bien ese proyecto aún existe, hace un par de años Bethencourt quiso ir un poco más allá y lanzarse al mundo de las inversiones para apoyar a más startups biotecnológicas. Así, comenzó a realizar pitchs frente a inversionistas, para conseguir el dinero suficiente para desarrollar una aceleradora. Fue en ese periplo donde se encontró con SOS Ventures, un fondo de US$ 250 millones que creyó en su idea y que le entregó los recursos para crear IndieBio.

Actualmente, los emprendimientos que apoya suman una capitalización de US$ 500 millones y, según cuenta, siguen creciendo. Con un modelo de negocios en el que se quedan con el 15% de la compañía, entre sus proyectos acelerados también existen compañías chilenas. Se trata de GEZ Enzymes, una empresa que desarrolla enzimas para procesos industriales, y The Not Company, firma que crea alimentos saludables utilizando inteligencia artificial.

"Estamos viendo muchas oportunidades en Santiago, queremos invertir en más compañías", afirma Bethencourt, agregando que la aceleradora se encuentra con postulaciones hasta el 4 de diciembre.

-Cuando se enfrenta a una posible inversión, ¿qué es lo primero que mira en la compañía?

"La idea y después el equipo. ¿Cuál es la idea? ¿Es una idea cool o interesante o llamativa? Luego en el equipo que va a ser el que ejecute la idea. Por un lado, tienes que tener a un científico que entienda el escenario y tiene que ser una persona creíble para hacer la parte científica y, además, necesitas a otra persona. Normalmente las startups no necesitan a una persona que venga del mundo de los negocios, pero sí a alguien que aprenda".

-¿En qué áreas en particular están buscando proyectos?

"En rubros como el terapéutico o la belleza. Por ejemplo, invertimos en una empresa de pezones. Como en EE.UU. hay cientos de mastectomías todo el año, el tema de la reconstrucción es crucial, ya que las mujeres quedan sin sus pezones. Entonces Bioestetics, que es el nombre de la compañía, desarrolló una manera para que volviera a crecer el pezón de la mujer. Toman las células de un cadáver y fuerzan a las células de la mujer viva a regenerar el pezón con su tecnología y, después de siete semanas, ha crecido nuevamente. Se trata de una tecnología transformadora, que debiese estar en el mercado en 12 meses".

"Junto con eso, también estamos interesados en alimentos y, en realidad, en cualquier área que sea rara o extraña. Si se trata de un área extraña, es interesante".

-¿Cuál diría que es la clave para sacar adelante una startup en el área de la biotecnología?

"Diría que es muy importante tener un cofundador, eso es clave. Si eres científico, tienes que tener a alguien fuerte desde el área de los negocios, alguien que te complemente, no que te copie. Y también que piensen en grande y que compartan esa visión global".

"El mayor problema que veo es que la mayoría de los científicos se centran demasiado en lo que les dice la academia y tienen que dejar de pensar en problemas pequeños".

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