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Nuevo subsecretario del Trabajo defiende su nombramiento y reconoce su cercanía con Alvear

viernes, 18 de enero de 2008

CLAUDIA RAMÍREZ FRIDERICHSEN
Economía y Negocios, El Mercurio

A pesar de sus lazos con la actual directiva de la DC -incluso confiesa tener amigos entre las autoridades del partido-, piensa que su trayectoria centrada en políticas públicas y el recuerdo del trabajo que hizo con la Presidenta Michelle Bachelet en el Ministerio de Salud resultaron decisivos para su elección.


El nuevo subsecretario del Trabajo, Mauricio Jelvez, se anticipa a tocar los aspectos que se le han cuestionado desde su nombramiento, que fue apenas hace siete días. Adelanta, en la primera pregunta, el detalle de su trayectoria profesional, que no tiene relación directa con materias legales en el ámbito laboral, pero que de acuerdo con su visión le permite tener conocimientos sobre "temas del trabajo".

También admite su cercanía con la actual directiva de la Democracia Cristiana (DC), donde tiene "grandes amigos".

Entre sus prioridades en la Subsecretaría están establecer acuerdos entre el mundo empresarial y sindical, y al interior del ministerio, convertirse en "un colaborador muy cercano al ministro Andrade".

-¿Cómo asume la Subsecretaría del Trabajo?
"Es un desafío de envergadura, altamente estimulante. Considero que el mandato de la Presidenta supone un gran esfuerzo de mi parte y trabajar con una lógica de equipo y de máxima integración, tanto con el ministro como con el resto del ministerio".

-Su labor en el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) estaba más bien vinculada con la investigación.
(Se anticipa a la siguiente pregunta y enumera largamente su experiencia) "En los tres últimos años estuve a cargo de la dirección ejecutiva del CED y mi campo de acción eran las políticas públicas, pero en mi currículo académico y profesional tengo por lo menos doce años de trabajo constante en el sector público".

"Partí como asesor del gerente general del BancoEstado, luego fui asesor en el campo de la gestión de Carlos Massad en el Ministerio de Salud, donde coordiné equipos de gestión y salud".

"Después estuve en la Segpres trabajando en coordinación interministerial bajo la conducción de Juan Villarzú. Luego estuve dos años muy intensos como jefe de gabinete de José Pablo Arellano, y, por último, fui asesor de la ministra Aylwin; por lo tanto, tengo una trayectoria larga en el sector público".

-Precisamente, analistas han advertido sobre su poca expertise en los temas legales y laborales. ¿Cuál es la importancia de no tener esa experiencia?
"Acá hay un ministro abogado, y la Subsecretaría tiene un equipo de abogados altamente calificados. Yo no soy experto en Derecho, sino en políticas públicas y de gestión. Uno tiene que hacer un aporte desde sus mayores fortalezas, y donde están las debilidades hay que hacerse asesorar bien".

"Eduardo Frei Montalva enseñaba que el mérito de un hombre de Estado era rodearse de los mejores equipos, incluso de personas más calificadas que uno. Seguiré ese mensaje que me transmitió Gabriel Valdés".

Amigos DC
-¿Usted cree que su cercanía con la mesa que preside Soledad Alvear en la DC tuvo algo que ver con su nombramiento?
"A mí la única que me llamó para ofrecerme la Subsecretaría del Trabajo fue la Presidenta Michelle Bachelet, la única persona. No me llamó nadie más que ella".

-¿No hubo llamadas del partido?
(Risas)... "Ése es el dato duro y objetivo que tengo. Además, yo tuve la oportunidad de trabajar con la Presidenta en el Ministerio de Salud entre el 95 y 97. En ese entonces, ella era asesora del subsecretario Fernando Muñoz y yo del ministro Carlos Massad, y nos tocó en múltiples oportunidades trabajar juntos. Entonces no era un desconocido para ella; me imagino que habrá tenido algún recuerdo del trabajo que hicimos juntos para considerarme".

-Se le ha relacionado con la facción de los "chascones" al interior de la DC.
"En estricto rigor (porque mis amigos "chascones" me pueden desmentir) llevo 25 años en el partido. Fui de la generación de los 80, dirigente estudiantil, y en mi período de juventud fui parte de la "sensibilidad" chascona. Pero cuando se inició la democracia junto a otros amigos pensamos que no tenía sentido seguir perteneciendo a una facción del partido porque ya no estaba lo que le daba razón, que eran distintas visiones sobre cómo enfrentar a la dictadura de Pinochet; entonces me salí de ese grupo".

"Lo que no puedo negar es que en la actual mesa del partido tengo grandes, pero grandes amigos, entre ellos Sergio Micco, Eduardo Abedrapo, Ximena Rincón y Jorge Burgos".

-¿Y Soledad Alvear?
"Con Soledad Alvear considero que he sido un fiel y leal colaborador de su conducción a través de la secretaría técnica de la comisión económica y social del partido".

-¿Pero usted dice que eso no fue lo más influyente a la hora de darle el cargo?
"No lo fue, pero por cierto debo declarar que me siento muy apoyado por la actual conducción del partido, no sólo por la presidenta Alvear, sino también porque tengo cuatro grandes amigos en la mesa".

"Hay un trasfondo en su pregunta del que me quiero hacer cargo... Creo que la función de un jefe en el servicio público requiere un equilibrio entre el rol técnico y el político".




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