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Nobel de Medicina 2017 distingue a expertos en el reloj biológico humano

martes, 03 de octubre de 2017

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Los tres investigadores estadounidenses premiados aislaron un gen que controla el ritmo biológico diario en moscas de la fruta. Su trabajo permitió conocer más en detalle este mecanismo que alinea el tiempo interno del organismo con el tiempo externo, tanto en plantas y animales como en el hombre.



Han hecho un trabajo de joyería que hoy los tiene en la principal vitrina científica: tres investigadores estadounidenses son los nuevos ganadores del Premio Nobel de Medicina 2017, por sus descubrimientos de los mecanismos moleculares que regulan el ritmo circadiano, que "explica cómo plantas, animales y humanos adaptan su ritmo biológico para que esté sincronizado con la rotación terrestre".

Así lo destacó el Instituto Karolinska de Estocolmo, tras el anuncio realizado ayer por la mañana, en el que dio a conocer los nombres de Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash (ambos de la U. Brandeis de Boston) y Michael W. Young (de la U. Rockefeller de Nueva York).

El reloj biológico es aquel mecanismo interno que ayuda a adaptar los patrones de sueño, los comportamientos alimentarios, la presión sanguínea, los niveles de hormonas o la temperatura a las distintas fases del día. Es tal su importancia, que cualquier alteración en su funcionamiento puede afectar la salud de una persona.

"Este reloj biológico alinea el tiempo interno del organismo con el tiempo externo, determinado por el ciclo día-noche y otros factores, como la luminosidad, la temperatura y el ruido ambiental", explica la doctora Julia Santin, neuróloga y directora del Centro del Sueño de la Red de Salud UC Christus.

Lazos con Chile

Aunque se conocía de su existencia desde el siglo XIX -el astrónomo francés Jean-Jacques d'Ortous de Mairan observó cómo las hojas de unas mimosas se abrían y cerraban según la hora del día, incluso en una habitación a oscuras-, los investigadores premiados, usando como modelos moscas de la fruta, lograron aislar en 1984 un gen que controla el ritmo biológico diario.

Con ello demostraron que dicho gen codifica una proteína que se acumula durante la noche en las células y que es degradada durante el día, detallando el mecanismo que dirige el reloj interno de las células.

Por aquellos años, el chileno John Ewer realizó su doctorado en el laboratorio del doctor Hall y pudo conocer también a Rosbash, con quienes publicó algunos de los trabajos iniciales que contribuyeron a la obtención del galardón.

"Son polos opuestos de personalidad: Michael es muy dinámico, inquieto; en cambio, Hall es más reservado. Estuve cinco años con ellos; fue una experiencia intensa y magnífica", cuenta Ewer, actual investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia (CINV), de la U. de Valparaíso.

"Me tomas el pelo", fue la primera reacción de Rosbash (73) al conocer la noticia por vía telefónica, según contó el secretario general del Comité Nobel, Thomas Perlmann. El investigador luego se declaró "conmocionado" por el anuncio. "Me senté con mi mujer, en pijama, a pensar en esto".

Rosbash -quien está casado con una chilena- tiene planeado venir al país en noviembre, invitado al XIV Simposio Latinoamericano de Cronobiología, que por primera vez se realiza en Chile y que organiza el CINV.

Luego, el 10 de diciembre, tendrá que estar en Estocolmo para recibir el Nobel junto a sus dos colegas. Además de un diploma y una medalla, los ganadores reciben nueve millones de coronas suecas (alrededor de $705 millones) como premio.

"El propósito del sueño es algo que sigue siendo bastante misterioso".
MICHAEL W. YOUNG
Universidad Rockefeller

"La llamada de esta mañana (para anunciar el premio), a las 05:10, destruyó mis ritmos circadianos despertándome".
DR. MICHAEL ROSBASH
Universidad Brandeis

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