Si algo ha cambiado en la última década en la pasarela neoyorquina es el riesgo de algunos creadores por moda más conceptual y artística, dejando atrás la vocación local por el ready to wear. Ahí están las excentricidades de la marca homónima de Jeremy Scott (responsable también de Moschino); el sello intelectual minimalista de Zero + María Cornejo, y nuevos nombres arriesgados como el colectivo Vaquera y la dupla Rochambeau.