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Moscú afirma que las maniobras son solo defensivas:

Rusia da inicio a ejercicios militares masivos que inquietan a sus vecinos y a la OTAN

viernes, 15 de septiembre de 2017

Nicolás García de Val
Internacional
El Mercurio

Los países del Báltico creen que el Kremlin podría usar los "Zapad-2017" para mover soldados y armamento a Bielorrusia.



Los países bálticos y del este de Europa están en alerta debido a los ejercicios militares lanzados ayer por Rusia y Bielorrusia bautizados "Zapad-2017" (Occidente-2017), que temen se conviertan en un "caballo de Troya" para introducir tropas y armamento ruso de forma permanente en suelo bielorruso, es decir, cerca de sus fronteras.

"Tiene lugar la preparación clara de una guerra contra Occidente", advirtió la Presidenta lituana, Dalia Grybauskaité.

Su par ucraniano, Petro Poroshenko, que perdió Crimea a manos de Moscú y enfrenta una insurgencia prorrusa en este del país, estuvo de acuerdo y no descartó que los ejercicios, que durarán una semana, sean utilizados como "cortina de humo" para invadirlos.

Maniobras rusas similares dieron paso en 2008 a la invasión de la región separatista georgiana de Osetia del Sur y en 2014 a la anexión de Crimea, como recordó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

"¿Y si, de repente, Rusia decide no retirar su despliegue militar de Bielorrusia una vez terminado 'Zapad'?", se preguntaba ayer el Centro de Análisis de Políticas Europeas en su sitio web. Acusación que fue desestimada por Rusia, alegando que son ejercicios "defensivos".

Muestra de poder

Los "Zapad" fueron los ejercicios militares que la URSS realizó de forma periódica desde 1973 como entrenamiento para un posible enfrentamiento con Occidente en el marco de la Guerra Fría. Tras una pausa de diez años, el gobierno ruso, con Vladimir Putin como Vicepresidente, revivió las maniobras en 1999 y, ya como Mandatario, las expandió en 2009.

Ahora, con la economía rusa recuperándose y tras una enorme campaña militar en Siria, Moscú quiere demostrar que sigue siendo un actor relevante.

"Con estos ejercicios Rusia quiere enviar un mensaje: 'no solo somos capaces de defendernos ante cualquier amenaza de la OTAN, sino que podemos usar la fuerza proactivamente'. Es una muestra de que el Kremlin ya no teme utilizar la retórica militar para presionar a Occidente", dijo a "El Mercurio" Mathieu Boulegue, experto en Rusia de Chatham House.

Este año los "Zapad" se celebran en polígonos militares en el oeste de Bielorrusia y las regiones rusas de Leningrado, Pskov y Kaliningrado, enclave encajado entre Polonia y Lituania.

Durante las maniobras, los participantes "deben hacer frente a grupos extremistas que han penetrado en el territorio de la Unión Estatal (de Rusia y Bielorrusia) para cometer atentados terroristas", explicó ayer el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Valeri Guerásimov.

El objetivo del plan es simple: evitar una agresión exterior en su flanco occidental, es decir, por parte de la OTAN.

"Pueden dormir tranquilos", les dijo el viceministro de Defensa, Alexandr Fiomin, a los países del Báltico, reafirmando el carácter defensivo del ejercicio.

Pero, hay un número que hará imposible que sus vecinos puedan conciliar el sueño: 100.000.

Este, según analistas, es el total de tropas que participan en las maniobras. Ese mismo número fue repetido recientemente por el Primer Ministro de Estonia, Jüri Ratas.

De ser cierto, convertiría a los "Zapad-2017" en las mayores maniobras militares desde el fin de la Guerra Fría.

Según Moscú, que denuncia la "histeria" occidental, en los ejercicios participan 12.700 soldados.

Ese número no es coincidencia, pues las maniobras militares que involucren a más de 13.000 soldados requieren observadores internacionales, según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la que Rusia forma parte.

"La falta de transparencia aumenta el riesgo de malentendidos, accidentes e incidentes que podrían ser peligrosos", alertó Stoltenberg, en un llamado a los rusos a que dijeran realmente cuántas tropas participarán. Pero esta "falta de transparencia" no es nueva, agregó.

"No me cabe duda de que Moscú desplegará esos 100.000, pero no lo hará en una sola operación. En el pasado, Rusia ha utilizado varias maniobras 'pequeñas' que, coincidentemente, se daban al mismo tiempo para justificar las bajas cifras que entrega", aseguró a este diario Gustav Gressel, del European Council on Foreign Relations.

La OTAN está consciente de esto y dispone desde hace dos años de cuatro batallones en los estados bálticos y Polonia, que han sido reforzados en los últimos meses (ver infografía).

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