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US$ 2 millones de dólares ofrece la asociación de pilotos de aerolíneas y la de transporte aéreo de EE.UU. por datos que conduzcan a Bin Laden y US$ 100 mil ofrece el FBI por Víctor Manuel Gerena, un prófugo que asaltó una empresa de seguros.
En Chile hasta $10 millones han ofrecido empresarios como recompensa a quienes den datos sobre el paradero de quienes los asaltaron, y algunos dicen estar dispuestos a pagar hasta $30 millones, si es necesario. Aunque las cifras son distintas, la intención es la misma: pagar para lograr información que permita capturar a prófugos de la justicia.
El "Se Busca", típico del Far West, está instalado en Estados Unidos con todas las de la ley. En Chile el tema no está regulado ni tampoco está establecido de qué manera se debieran tributar estos montos, es decir, cualquiera puede ofrecer una recompensa y, aunque a Carabineros, al ministro Francisco Vidal o al presidente de la Corte Suprema no les guste, el fenómeno se está instalando en nuestro país.
Acelerar la justicia
"Lamentablemente contamos con un nivel de inseguridad ciudadana avergonzante", decía el comunicado que emitió la empresa San Jorge, luego de que mataran a dos de sus guardias para robar. Después de eso, ofrecieron una millonaria recompensa por datos sobre los asaltantes.
"A mí el Estado no me protege", dijo el dueño de Procam, Claudio Gavilán, y, aunque en Wagner dicen que no desconfían del actuar de las policías, el propietario de la empresa, Gabriel Vargas, dijo que lo interrogaron un fiscal y unos detectives "muy jovencitos, muy inexpertos".
¿Se necesita pagar para lograr justicia? San Jorge lo logró en menos de un mes y, aunque en los casos de Procam y Wagner los datos son confidenciales, las investigaciones avanzan.
"Hay gente que por dinero estaría dispuesta a ayudar. Ex carabineros y ex personal de Investigaciones que podrían investigar", dice el jefe de seguridad de Vitacura, Pedro Valdivia. Aclara que el tema se debiera regular para que la recompensa no se preste para engaño, venganza o para desviar una investigación.
La recompensa podría hacer retroceder una investigación; así ocurrió cuando el abogado chileno Cristián Espejo ofreció $10,5 millones por "Zakarach". Cuando el pedófilo supo la oferta, perdió la confianza en su grupo de protección en Bolivia, huyó a Brasil y la policía perdió su pista.
Valdivia aclara que la recompensa ayuda en un primer momento, porque reduce la red de apoyo del delincuente, ya que éste empieza a temer que lo pueden delatar.
El fiscal de Las Condes, Francisco Aguirre, no concuerda con este tipo de premios, ya que cuando un caza-recompensas empieza a investigar podría alertar al delincuente y se pierde el factor sorpresa. "El investigar interesado en un pago podría corromper o tentar a hacer cualquier cosa para demostrar lo que el investigador cree. Además, él podría incurrir en un delito al detener o interrogar a una persona", dice Aguirre.
No es ilegal
En EE.UU. el FBI es el organismo que reúne las recompensas de los privados y de los estatales, que son validadas por ellos. Donde las ofertas llegan hasta los US$ 27 millones. Hay incluso una página web con los buscados y los montos.
El tema puede ser muy rentable. Aunque es un trabajo peligroso y en algunos países ilegal. En México un juez encarceló a los caza-recompensas que capturaron a Andrew Luster, bisnieto del fundador de Max Factor, condenado a 124 años de prisión por violar a tres mujeres. La recompensa era de US$ 150 mil, pero sus captores no contaban con que en México esta actividad es ilegal. En Chile no lo es. El presidente de la Corte Suprema, Enrique Tapia, dijo el año pasado que, a pesar de que él era contrario a la recompensa que se ofreció por "Zacarach", ésta no es ilegal.
Después de tercer asalto, Procam ofrece $5 millones
Tres veces en un mes fue asaltada la empresa distribuidora de mariscos Procam. Su dueño, Claudio Gavilán, decidió que la mejor forma para lograr capturar a los delincuentes sería ofrecer una recompensa de $5 millones a quien entregue información que ayude a esclarecer el caso.
Durante el último atraco, las especies sustraídas fueron avaluadas en $10 millones. Robaron 16 pantallas de plasma, mercadería y dinero en efectivo.
"Vamos a ofrecer $5 millones de recompensa para que nos devuelvan nuestras cosas. Que entre el hampa, que entre los delincuentes, entre ellos hagan lo que quieran, eso me tiene sin cuidado. El Estado de este país a mí no me protege", dijo Gavilán.
Cecinas San Jorge pagó en 2003 a varios informantes
Ayudados por una millonaria recompensa, Carabineros demoró menos de un mes en dar con el paradero de los delincuentes que asaltaron en junio de 2003 las oficinas de Cecinas San Jorge, mataron a dos guardias y sustrajeron $32 millones.
El presidente ejecutivo de la compañía, Alberto Kassis, ofreció una recompensa que nunca ha querido revelar, pero que por esos años se especuló que era cercana a los $2 millones para quienes entregaran información.
"La empresa recaudó los datos, los evaluó y los entregó a Carabineros. Luego, dependiendo de cuánto sirvió el dato, se repartió la recompensa entre los distintos informantes", explica un ejecutivo de San Jorge.
$10 millones ofreció Wagner por secuestradores
Gabriel Vargas Guerra, dueño de la empresa de seguridad Wagner, ofreció $10 millones de pesos de recompensa para quienes entreguen antecedentes que permitan identificar a los delincuentes que el 20 de diciembre pasado asaltaron la casa de su hijastro y lo secuestraron junto a su señora y su hijo de diez meses y acudieron a su casa a pedir un rescate al que él se negó.
El empresario, que fue durante 12 años detective, está convencido de que no se trata de delincuentes comunes. A eso se podría deber su decisión de hacer todo lo posible por capturar a los asaltantes antes de que vuelvan a tomar venganza.
"Si es necesario ofrecer más dinero, lo haré. Veinte, treinta millones, lo que sea necesario", dijo cuando hizo la oferta.