SANTIAGO.- "Está complicada la cosa. Es el peor escenario. Es el cuento del zapato chino del que muchos han estado hablando", acusa preocupado -pero no asustado- por la alta inflación de diciembre, el economista jefe de Banchile y académico de la Universidad de Chile, Raphael Bergoeing.
Para el economista, el que 2007 cerrara con un IPC de 7,8%, "no cambia el escenario que se ha venido configurando en los últimos 8 meses, pero sí ajusta cualquier proyección. Si uno limpia los datos por combustibles o vivienda, y en meses anteriores por alimentación, vemos que la trayectoria de la inflación es la misma".
Por eso, según Bergoeing, el mensaje es uno solo, inequívoco: "cualquier proyección que haya hecho el mercado y los analistas con respecto a las tasas de interés del Banco Central para estos meses, se va a quedar corta".
Pero lo peor, según Bergoeing, será cuando veamos cuando el Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) de diciembre se muestre "cercano al 4%. Eso sí que vendrá aponerle más pelos a la sopa".
Un poco más moderada es la visión del director de estudios y economista jefe de Santander Investment, Pablo Correa. El experto explica que si bien hay efectos de segunda vuelta (como servicios básicos) a través de los "precios indexados y el alza mayor a la estimada en ítems no afectados por los efectos coyunturales asociados a alimentación, como equipamiento de vivienda y salud, creemos que estos aún se encuentran en línea con lo esperado, con lo que vemos que la inflación podría caer hacia el rango alto de la meta del Banco Central hacia fines de 2008, pero con una velocidad menor a lo estimado anteriormente".
Asimismo Correa estima que es fundamental que las expectativas de inflación "no se desanclen de 3%, con lo que el Banco Central podría aumentar la tasa de referencia durante el primer trimestre de este año, apoyando con ello las expectativas de inflación y debilitando el consumo, lo que está en línea con una debilitación de la demanda para que la transmisión de IPC en precios no afectados por la coyuntura no sea de magnitud significativa".
Presiones políticas y alza de tasas
Otro aspecto a considerar, señala Bergoeing, es el hecho que éste es un año de elecciones municipales. "Si bien el ministro de Hacienda ha acuñado suficiente reputación con los ahorros producidos por los mayores precios del cobre, habrán muchas presiones políticas, aumentando, por un lado, el escenario de riesgo, y afectando por añadidura las expectativas de las personas".
Además, el académico de la U. de Chile apuesta por que todo el año 2008 estaremos con una inflación anualizada sobre 4%, lo que más impactará en las expectativas de las personas.
Con este escenario, se aumenta también la presión sobre el Banco Central para que suba las tasas. Bergoeing estima que lo más probable es que "en la próxima Reunión de Política Monetaria, el Central debería subir, al menos, 25 puntos base. Así, es muy esperable que el piso para el Banco Central en 2008 sea de 6,5%", lo que contrasta ferozmente con la apuesta del mercado de situar el 6,5% como el techo de la tasa de interés.
Correa, por su parte, proyecta que de mantenerse el escenario inflacionario "mantenemos nuestra visión de que el instituto emisor revertirá la dirección de la política monetaria hacia fines de 2008 o principio de 2009, pues el debilitamiento del dinamismo de la economía, sumado a la posible reversión fuerte de la inflación en el segundo semestre de 2008, no justificaría la mantención de la TPM en un nivel que se encuentra en la parte más alta de las estimaciones de tasa neutral".
A la postre, termina Bergoeing, el alza de tasas generaría el efecto negativo de afectar la construcción y al mercado laboral. "La posibilidad que veamos la dinámica vigorosa del escenario laboral se comienza a desdibujar. La tasa de desempleo estará sobre 7% este año. Es poco probable que lleguemos a los niveles de mediados de los ‘90".