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Segunda mesa redonda organizada por la Universidad Católica y la Universidad de Chile, junto a "El Mercurio":

La nueva cuestión social y el rol del Estado, en la mirada de tres ex ministros, académicos y líderes de organizaciones sociales

domingo, 27 de agosto de 2017

P.O., A.G. y C.A.
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Bajo el título "Los mínimos sociales: el justo equilibrio entre el esfuerzo personal y el rol asistencial del Estado", los expertos plantearon sin tapujos los problemas que está teniendo el Estado para focalizar los recursos. ¿Un ejemplo? Los 80 mil jóvenes que han desertado del sistema escolar, y que, para el caso de las mujeres de dicho grupo, significará que más del 70% no podrá ingresar a la fuerza de trabajo.



La propuesta era directa: reunirse para hablar de la cuestión social. Sí, en pleno 2017 y en Chile, el objetivo fue entrar de lleno a debatir sobre los "mínimos sociales" a los que el país debe aspirar, y cómo y quién debe proveerlos, en un contexto de crecientes demandas en educación, salud, pensiones, vivienda o espacio público, por nombrar solo ejemplos de urgencias que emergieron con fuerza en los últimos años.

El guante lo recogieron destacados académicos, ex ministros, dirigentes gremiales y líderes de organizaciones sociales, quienes se reunieron en la segunda mesa redonda organizada por la Universidad Católica y la Universidad de Chile, junto a "El Mercurio", titulada "Los mínimos sociales: el justo equilibrio entre el esfuerzo personal y el rol asistencial del Estado".

La primera mesa redonda, realizada en julio pasado, había reunido a otros expertos para hablar de crecimiento y empresa.

¿Los protagonistas de este segundo encuentro? Pedro García, ex ministro de Salud; Luis Larraín, director ejecutivo de Libertad y Desarrollo; José Pablo Arellano, ex ministro de Educación; Rafael Epstein, prorrector de la Universidad de Chile; Nicolás Majluf, de la UC; Alejandra Pizarro, directora ejecutiva de Comunidad de Organizaciones Solidarias; Angélica Zegers, presidenta de la Fundación Impacta; Patricia Matte, presidenta honoraria y miembro del Consejo de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP); Máximo Pacheco, ex ministro de Energía; Marcos Lima, académico de la UC; e Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico.

Para introducir el debate, abrió los fuegos Nicolás Majluf. Citando una carta de San Pablo -en la que en un párrafo se plantea "el que no trabaja, que no coma"-, el académico manifiesta que se debe reconocer que "hay personas que hacen sus mejores esfuerzos, y que igual no lo consiguen, no llegan, no lo logran (...) El rol asistencial del Estado debe valorizar el esfuerzo personal. Para mí esta es una complejidad en política pública. ¿Cómo reconocer a quien hace el esfuerzo, con el fin de ser justo y ser solidario?", se cuestiona.

A su turno, Marcos Lima, apuntó a que se echa de menos en el debate público un mayor rigor en los fundamentos técnicos para buscar soluciones.

De inmediato afloraron algunas ideas compartidas. Uno: los mínimos sociales son por naturaleza cambiantes, deben ir actualizándose y revisándose periódicamente, porque -en palabras de Luis Larraín-, "lo que nos conformó hace 20 años, no es lo que nos conforma hoy". Pero además, dependen de las capacidades de un país. Si en un momento fue la cobertura, ahora es la calidad, agrega Alejandra Pizarro, mientras Patricia Matte dice categórica: "No es mínimo para todos igual. Hay mínimos diferentes, hay mínimos que tienen urgencia de vida y otros que no tienen urgencia de vida".

Dos: el rol del Estado no debe entenderse como asistencialista. José Pablo Arellano incluso prefiere hablar de un Estado habilitador, que promueva el emprendimiento de la sociedad en la solución de problemas públicos. O "promocional", según Alejandra Pizarro, que apunte a desarrollar las capacidades de las personas.

HAY CONSENSO en que los mínimos sociales van cambiando y deben ir actualizándose. Hoy son parte de la ecuación la calidad y no solo la cobertura.

AMBIÉN SE HAN SUMADO temas de ciudad y entorno, lo que ha dejado en evidencia las grandes disparidades que hay en acceso a áreas verdes, por ejemplo.

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