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Distintas formas de prevenir la aparición de várices

miércoles, 23 de agosto de 2017


Ediciones Especiales
El Mercurio

Muchas veces la genética, el embarazo o los malos hábitos contribuyen a la aparición de varicosidades en las piernas. Y, cuando estas se hacen visibles, solo la cirugía puede hacerles frente. Es por eso que la prevención es muy relevante para evitar estas ingratas marcas.



No existen estudios concluyentes, pero se estima que alrededor del 30% de la población mundial tiene várices. Estas surgen como el resultado de un mal funcionamiento del sistema venoso superficial de las piernas, que, al tener que hacer que la sangre de esta zona retorne al corazón contra la gravedad, transmita su peso a las paredes de las venas, las que van alterándose y perdiendo elasticidad, derivando así en las ya conocidas dilataciones o inflamaciones que se hacen patentes debajo de la piel.

Pese a lo que se cree, este no es un problema solamente de mujeres. En su aparición priman factores como la predisposición genética y permanecer por muchas horas de pie. También la favorecen las alzas de peso, el sedentarismo, tabaquismo, los tratamientos con hormonas e incluso el embarazo.

Hay várices o varículas pequeñas que no duelen y que no implican ninguna molestia para quien las tiene, pero hay otras que son grandes y molestas que pueden producir síntomas, como hinchazón, dolor, cansancio, pesadez y picazón en piernas y tobillos sin presentar mayor gravedad. Se debe poner atención, eso sí, en algunos casos -no numerosos- en que podrían verse acompañarse de trombosis, sangrados o úlceras.

¿Cómo se evalúa si es necesario operar? El Dr. Felipe Corvalán, cirujano vascular de Clínica Santa María, explica que esta decisión se toma en conjunto con el paciente, de acuerdo a los síntomas que este presente. Para eso es necesario realizar una ecografía doppler de las piernas, la que permite saber dónde se encuentra el problema, de modo de orientar la intervención.

"En la actualidad, la operación tradicional de várices se ha ido reemplazando por procedimientos menos invasivos que usan calor para tratar la vena desde adentro (láser o radiofrecuencia) o bien sellándola mediante algún agente químico. Al intervenir, debiera tratarse el problema de base, que normalmente es el mal funcionamiento de las venas safenas o perforantes, y de paso eliminar las várices visibles. Con las nuevas técnicas el resultado es bueno y con menor impacto", comenta el especialista.

No existen medicamentos ni remedios para combatir las várices. En la actualidad, se pueden encontrar productos a base de flavonoides o castañas de la India que son útiles para disminuir los síntomas, pero no es esperable que las marcas desaparezcan.

En definitiva, los especialistas aseguran que la cirugía es la única forma de eliminarlas.

Para no llegar a eso, lo más importante es la prevención; sin embargo, no hay que olvidar que el componente genético es importante en estos casos.

Buenas medidas de prevención son: mantener un peso adecuado, realizar ejercicio físico de manera regular, reposar con las piernas en alto al final del día, aunque sea por breve tiempo, y usar medias de compresión elástica graduada.

También hay especialistas que recomiendan los masajes de drenaje efectuados por especialistas y el uso de tinas de hidromasaje para favorecer una adecuada circulación sanguínea. Evitar los ambientes excesivamente cálidos y usar ropa cómoda también son consejos razonables.

EJERCICIOS ÚTILES

Para aquellos cuya profesión implica permanecer largas horas sentados también es importante tomar en cuenta la utilidad de establecer "cortes" en su rutina, obligándose a realizar caminatas cortas. Una buena forma de hacer esto es usar escaleras para cambios de piso cortos e intermedios, pues ese ejercicio es particularmente activo con la pantorrilla.

El doctor Felipe Corvalán, cirujano vascular de la Clínica Santa María, recomienda hacer ejercicios de flexión y rotación de los pies en su posición de trabajo cada media hora. Luego, en la misma posición, moverlos arriba y abajo. "Estos son ejercicios de bombeo, cuyo objetivo es contraer la pantorrilla para que fluya la sangre", explica.

Otra alternativa es en el mismo asiento simular el movimiento del pedaleo con las piernas, además de pararse y sentarse repetidas veces.

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