lunes, 14 de agosto de 2017
Economía y Negocios
Patricio del Sol
Ph.D. Stanford University
Si no lo experimentas vivencialmente es imposible imaginar lo atrasado que estamos en relación a la cultura de negocios de los lugares más productivos e innovadores.
Con alumnos de educación ejecutiva de la Universidad Adolfo Ibáñez, fuimos recibidos por 21ejecutivos, emprendedores e investigadores chilenos que viven y trabajan en Silicon Valley. Ellos nos ayudaron a experimentar la extraordinaria cultura de negocios que se vive en este lugar que va a la vanguardia en el mundo.
Aprendimos de primera mano sobre los nuevos y exitosos modelos de negocios de las empresas de mayor valor del planeta, las que están liderando estos tiempos de “la internet de todas las cosas”. Y también conocimos el papel fundamental que tiene la Universidad de Stanford en este ecosistema.
Tuvimos exposiciones y compartimos con nuestros amigos chilenos. Ellos nos invitaron a conocer Google, valorada en US$ 681 mil millones, Facebook, valorada en US$ 476 mil millones, Intel valorada en 163 mil millones y Synopsys, valorada en 11 mil millones.
Ellos también nos recibieron en la Universidad de Stanford, corazón intelectual de Silicon Valley, con un campus de 3.310 ha, 16.336 estudiantes, 2.180 profesores, 19 premios Nobel, un presupuesto anual de investigación de US$ 1,6 mil millones y un Endowment de US$ 22,4 mil millones.
Aprendimos que las empresas que aprovechan las oportunidades cuentan con reglas simples e incentivos para alinear una organización descentralizada. En ellas sus talentos gozan de libertad, acceso a la información, igualdad para proponer y experimentar ideas, y toman decisiones ágilmente usando datos.
Comprobamos que en este lugar lo que importa es el valor agregado que aporta cada talento a la empresa, no su cargo, ni su vestimenta, ni el horario y lugar donde trabaja. Y que la responsabilidad de generar valor agregado recae en el talento no en sus jefes.
También nos entusiasmó el desafío deportivo y de trabajo en equipo de ir en bicicleta desde la ciudad de Sausalito a la ciudad de San Francisco cruzando por el Golden Gate.
Quedamos profundamente agradecidos de los destacados chilenos que nos recibieron. Valoramos su generosidad al compartir con el grupo sus conocimientos técnicos y de la cultura del lugar, sus experiencias profesionales y de vida, sus motivaciones, aspiraciones, fracasos y logros. Esto con claridad, honestidad, sencillez y humildad.
