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Hernán Godoy, DT de Santiago Morning:

"Tienen que jugar por sus condiciones y no porque su 'tata' es el entrenador"

domingo, 13 de agosto de 2017

Raúl Neira B.
Deportes
El Mercurio

Particular y bella historia en el elenco "bohemio", pues el legendario "Clavito" hizo debutar a sus nietos Emanuel López y Alejandro Muñoz en el torneo de la Primera B. El trío cuenta cómo se forjó este cuento y detallan la manera en que se maneja tan especial relación. Godoy aconseja y los muchachos escuchan. Todos sueñan en grande.



M ediodía del viernes 11 de agosto y Santiago Morning realiza bajo una intensa lluvia la última práctica de fútbol antes de jugar con Barnechea.

"¡Tienes que ser más vivo en la marca, hombre, más vivo!", le grita Hernán Godoy a Emanuel López, quien no solo es uno de sus defensas, sino también su nieto. "Pero si hice lo que me dijo", contesta, desafiante, el muchacho de 19 años.

"¡¿Por qué me contestas, por qué?! ¡Te callas, haces lo que te digo y no me vuelvas a contestar!", grita "Clavito".

Al rato, López es sustituido. Deja el campo enojado, reclama inocencia y parte rumbo a camarines. Cuando la práctica ha terminado, vuelve a la cancha. Conversa con su abuelo. Ya más calmado, el DT le explica: "Tienes que demostrar que estás acá por tus condiciones y no porque el técnico es tu 'tata'. Algún día no voy a estar acá y cuando eso pase, cada gato se va a tener que rascar con sus propias uñas".

Primos hermanos

No es fácil llegar al complejo deportivo que Santiago Morning tiene en Quilicura y donde la urbanización todavía no aparece. Hay que atravesar un camino en mal estado y luego un barrial. La escenografía la completan caballos y vacas, y donde entrenan los bohemios venden, incluso, huevos de campo.

Para Emanuel López -hijo de Claudia, una de las hijas de "Clavito"- es todavía más difícil. "Vivo en La Florida, cruzo todo Santiago. Tomo metro y micro y después me recoge un compañero o el 'tata'", dice el zaguero que probó suerte, sin éxito, en Audax Italiano.

Alejandro Muñoz, su primo, tiene más suerte: vive en Quinta Normal y viaja con "Clavito".

Ambos, en todo caso, tienen algo en común: desde pequeños se enamoraron del fútbol. "Íbamos con mi abuelo a las concentraciones, a los partidos, estábamos en los entrenamientos. Desde chicos fuimos iguales", cuenta Muñoz, quien por las noches estudia para ser preparador físico. "Llego todos los días cerca de la medianoche. Es duro, pero mi 'tata' siempre nos inculcó que no dejáramos los estudios", agrega el volante, quien a los 10 años perdió a su padre, Hugo. "Él estaba separado de mi mamá y no lo veía mucho, pero igual fue difícil.

Emanuel hace una pausa y retrocede: "Este año tengo que dar la PSU, porque el año pasado me fue mal. ¿Cuánto saqué? Ni me acuerdo... Pero no me alcanzaba para estudiar lo que quería: kinesiología o preparador físico".

-¿Se acostumbraron, ya, a los gritos del abuelo Godoy?

Responde López. "Es igual con todos: cuando me tiene que retar, me reta. Reta fuerte, pero tengo que aguantar no más. Mi mamá opina igual: que así es la cosa y que está bien".

Precisa Muñoz: "Somos uno más. No tengo problemas en que me rete. Además no es rencoroso y saliendo de la cancha explica más calmado. En la casa hablamos de la vida, de fútbol, analizamos a los rivales. Pasamos pegados al CDF".

Hernán Godoy no duda: "Han progresado mucho, porque al principio estaban temerosos, con miedo, los molestaban porque el abuelo era el entrenador. Los reto porque así es el fútbol y para que se acostumbren a la verdadera presión, a la presión que van a encontrar en los partidos de verdad".

Ambos debutaron ante Unión La Calera. "Jugué poco, pero fue emocionante. Estaba feliz. Era algo que había soñado desde pequeño", recuerda Emanuel. "No se ve mucho que el abuelo haga debutar a sus nietos. Lo más común es que sean padre e hijo. Entré nervioso, ansioso. Me mandé una cagada... Me retó el 'profe' Justo Farrán".

-Don Hernán, ¿cuál es el principal consejo que les da a sus nietos?

"Lo primero, que no dejen de estudiar. Lo segundo, que sean perseverantes. Les recalco, además, que deben ser los mejores y demostrar que juegan por sus condiciones y no porque el ´tata' es su entrenador".

Muñoz detalla: "Nos dice que los buenos son medios flojos, pero que el perseverante llegará siempre". Su primo coincide: "Nos dice que los buenos jugadores son los más dejados y que al éxito llegan los perseverantes, los buenos para entrenar. Yo trato de ser siempre el primero en los trabajos físicos".

Los dos se tienen fe. Creen que llegarán a Primera, luego a un club grande y -"si se dan las cosas", sostienen- al extranjero.

"Clavito" los mira. Los reprende, pero al rato los regalonea. Sabe que los sueños de sus nietos son también los suyos.

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