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Joanna Mora, ilustradora

La chilena que ganó el Óscar de los libros de cocina

martes, 15 de agosto de 2017

Sofía Beuchat.
Reportaje
El Mercurio

ganó en China el Gourmand Cookbook Awards, el premio más importante a nivel mundial en libros relacionados con la gastronomía. Desde Limache, donde vive, Joanna cuenta cómo logró insertar su nombre entre los ilustradores más destacados del país.



a noticia cayó como una pesada bomba en el clan Clivati-Mora. Luego de crear una editorial propia en Barcelona, de volver a Chile, de instalarse en Limache y de soñar con una vida apacible y a escala humana, llegó el diagnóstico: Mauricio Clivati, brasileño, casado con la diseñadora e ilustradora chilena Joanna Mora, tenía una enfermedad autoinmune. El síndrome de Still lo asustó con sus dolores articulares, altas fiebres, sarpullidos. También le dio ganas de dejar de lado su profesión, el diseño, y dedicarse a cocinar.

Su mujer y sus dos hijas se embarcaron entonces en un proyecto personal, destinado a levantar el humor de Mauricio, que llamaron "broma gráfica". A pulso, mientras Joanna se abocaba a sus usuales trabajos de diseño, comenzó a dibujar y escribir, con la intervención esporádica de las niñas, lo que más tarde se convirtió en su primer libro autoral: "La famosa (y secreta) receta de papá", una serie de lúdicas viñetas que se ríen de una situación por entonces frecuente en esa casa: los viernes, Mauricio acostumbraba a apoderarse de la cocina para preparar una "receta secreta". Por supuesto, dejaba todo hecho un desastre. Pero su familia quedaba más que satisfecha con los sabores, olores y texturas que él era capaz de producir.

El libro no nació para ser impreso. Menos aún, para ganar premios. Pero luego de reunirse con Karina Maluk, gestora -en la misma Limache- de la editorial Una Casa de Cartón, Joanna se animó a postular a algún tipo de apoyo para poder llevar a librerías lo que hasta entonces era solo un archivo de PDF impreso. Así obtuvo el Fondo del Libro 2016, entregado por el Consejo Nacional de La Cultura y las Artes. Se imprimieron dos mil ejemplares. Y un día, no saben muy bien cómo, el libro fue invitado a participar en los Gourmand Cookbook Awards, el premio más importante a nivel mundial en libros relacionados con la gastronomía. Conocido como el Oscar de los libros de cocina, participan en él más de 20 mil volúmenes provenientes de más de 200 países. Cerca de cinco meses más tarde, en una ceremonia realizada en Yantai, China, obtuvo el primer lugar en este premio, en la categoría ilustración, y además el segundo lugar en la categoría "Mejor Libro de Sándwich". La distinción, para la que compitió con otras dos publicaciones chilenas, es un logro inesperado que tiene a Joanna llena de expectativas.

-Cuando llegó ese mail que nos invitaba a participar, al principio creímos que era una broma. No sabemos dónde fue que los organizadores del premio vieron el libro; ha sido un largo debate entre todos nosotros. ¿Tal vez buscaron los IBM en internet? Como sea, cuando Karina me preguntó ¿qué hacemos?, yo le dije: no veo que haya alguna trampa o algo raro en esto. Solo hay que mandar dos libros -cuenta Joanna desde su casa en la V Región.

El premio la inserta, a sus 48 años, en la nueva camada de ilustradores nacionales que está dando que hablar a nivel internacional, como Alberto Montt, Paloma Valdivia o la joven Luisa Rivera, quien ha colaborado con la revista Variety y The New York Times. En Chile, Joanna se hizo conocida principalmente por su labor en "El moco de Clara", libro que hizo junto a la escritora Andrea Maturana y que fue publicado por Alfaguara en 2010.

-Andrea es amiga mía desde la infancia. Cuando éramos chicas nos juntábamos a hacer cuentos, encuadernaciones, esas cosas. Entonces un día, ahora de adultas, le propuse que volviéramos a jugar y ella me dijo que tenía un cuento ya escrito, sobre el que podíamos trabajar. Lo pasamos muy bien haciéndolo. Al ponerme a ilustrar me di cuenta de que eso es lo que yo realmente quería hacer -recuerda Joanna, quien después de esa experiencia ha ilustrado cuatro libros más.

En su adolescencia, Joanna quería dedicarse al cómic. No encontró mejor camino para eso que estudiar diseño en la Universidad Católica, pero por entonces -dice- "no se estimulaba mucho la ilustración". Recién titulada, partió junto a su marido a España, donde trabajó primero con una farmacéutica -"diseñaba cajas para remedios", cuenta- y luego en una revista de decoración rural, "Vivir en el campo". La maternidad, además de su reencuentro con Andrea, la hicieron volver a conectarse con sus ganas de dibujar. Ojalá a mano alzada, pero también con ayuda de su computador.

-Cuando nacieron mis hijas, entré en un estado caótico, de esos en los que sientes que tienes que organizar muchas cosas, solucionar muchos problemas. Eso me puso creativa, me dieron ganas de no seguir solamente en el diseño gráfico tradicional y volver a la ilustración -cuenta con entusiasmo, para explicar por qué no solo volvió a dibujar, sino que además creó un blog donde recoge el trabajo de ilustradores de todo el mundo.

Con todo, reconoce que hacer libros es un trabajo de hormiga que no siempre tiene las gratificaciones esperadas.

-Me encantaría seguir haciendo libros, pero es muy difícil en Chile; se necesita mucho tiempo y no es muy bien remunerado. Tienes que afirmarte económicamente en otras cosas, pese a que hoy la ilustración en Chile está experimentando un auge y tiene mucho prestigio -acusa.

Mientras tanto, la familia Clivati-Mora tiene una razón más para celebrar: Mauricio finalmente superó su enfermedad autoinmune, y además cumplió su sueño de dedicarse a cocinar. La pizzería Pizzati, en Limache, es todo un éxito. *

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