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Carlos Larrazábal, presidente del gremio empresarial Fedecámaras:

"El único estímulo que tiene hoy el empresariado venezolano es el compromiso por su país"

domingo, 30 de julio de 2017

GASPAR RAMÍREZ
Internacional
El Mercurio

El economista dice a "El Mercurio" que la "única agenda que tiene (Maduro) es cómo mantenerse en el poder, cómo profundizar el control social, y los temas económicos no los toca nadie".



Carlos Larrazábal asumió el 18 de julio la conducción de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela, la organización de gremios empresariales de ese país, más conocido por el acrónimo Fedecámaras.

Larrazábal, economista con 30 años de experiencia en empresas de los sectores alimentario, manufacturero, forestal, administrativo y financiero, y directivo de la Asociación Latinoamericana de Industriales (AILA), entre otros cargos, asumió en medio del proceso constituyente impulsado por el Presidente Nicolás Maduro.

"Nos preocupa sobremanera que lo que se trata de imponer en una nueva Constitución son las causas que nos han llevado a la grave crisis económica que tenemos en los actuales momentos, de desabastecimiento de todo tipo. Eso provocó esta iniciativa del paro", dice a "El Mercurio" el titular de Fedecámaras, el equivalente venezolano a la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) de Chile.

-Maduro dice que impulsa la Constituyente por dos razones: una, recuperar la economía del país. ¿Esto puede lograrse con una nueva Constitución?

"No, para nada. La Constituyente lo que va a hacer es agravar esa situación. Si vamos a las causas de los problemas que tenemos, de la crisis económica venezolana, que no es de ahorita, ya llevamos tres años consecutivos de caída del PIB -este año se estima que va a caer entre un 7 y un 10%, y eso ya nos daría una caída acumulada en tres años, de entre 30 y 34% de descenso del PIB, algo que es realmente catastrófico-. Esto comienza con el Presidente Hugo Chávez en vida, cuando empezó a expropiar empresas, a confiscar tierras. Y esas tierras, más de 5.200.000 hectáreas que fueron tomadas por el gobierno, hoy no producen nada. Más de 1.500 empresas que fueron tomadas, hoy no producen nada. Y eso es buena parte de la causa.

Entonces, el gobierno ha seguido con un esquema populista de controles de precios, obligando a las empresas a producir a pérdida, cosa que es por tiempo limitado, hasta que las empresas quiebran. Tienen mecanismos de persecución de todo tipo contra sindicatos y empresarios.

Hay todo un cerco económico que impide que puedas tener un país competitivo y moderno, como todos aspiraríamos. Y esas causas son las que aspiran a poner en la Constitución".

-¿Qué aspectos quieren poner en la Constitución?

"El gobierno tiene un plan social que se llama las bolsas CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción), que consiste en que cada tres semanas le dan algunos comestibles a un precio bajo a la población. El gobierno aspira a poner eso como un derecho constitucional, cuando en nuestra opinión el derecho constitucional tiene que ser que tú tengas una economía que le permita un trabajo digno, bien remunerado, donde puedas ir al supermercado o a la tienda de la esquina, comprar con variedad y tener dinero con qué hacerlo. No tratar de convertir en un derecho constitucional la precariedad que tenemos ahora".

-La segunda justificación para la Constituyente es llevar la paz a Venezuela. ¿Esto se consigue a través de la Constituyente?

"Para nada. Obviamente, si no hay paz y estabilidad política es muy poco probable conseguir el desarrollo, pero cuando una minoría que tiene una aceptación ni cercana al 20% -como la que, según las encuestas, tiene el gobierno nacional- trata de imponer sobre una mayoría una ideología política, todo indicará que en vez de tener más paz, vamos a tener más conflictividad, sobre todo cuando en la Constituyente habrá solo una tendencia política representada".

-Fedecámaras presentó 17 propuestas para la solución de la crisis política, económica y social que vive Venezuela. ¿Han recibido alguna respuesta?

"En nuestro último congreso anual, que fue en Maracaibo, la semana pasada, presentamos un documento basado en un texto de Naciones Unidas, donde se establecen las 17 condiciones básicas para que los países latinoamericanos y del Caribe tengan empresas sustentables y podamos lograr los retos del milenio, de abolir la pobreza. Ahí hay una cantidad de temas que son esenciales para cualquier desarrollo económico y social, como es la paz social, la separación de poderes, los sistemas educativos y de salud, etcétera; 17 aspectos.

Y lo que medimos fueron las brechas en esos aspectos. En Venezuela hay grandes brechas en esa materia. Nosotros lo hicimos público, y como ustedes también conocen, el gobierno venezolano está, no desde ahorita, sino desde hace mucho tiempo, abocado a una agenda política, y no aborda la agenda económica. La única agenda que tiene es cómo mantenerse en el poder, cómo profundizar el control social, y los temas económicos no los toca nadie".

-Maduro acusa a los empresarios de ser parte de una supuesta "guerra económica". ¿Qué dicen ustedes?

"Sí, ellos tienen un argumento, que la crisis venezolana es una 'guerra económica'. Obviamente no existe tal concepto. En las encuestas, la población venezolana ni siquiera la considera. En tal caso, la 'guerra económica' ha existido en estos 18 años donde el gobierno ha tratado de acabar con la empresa privada. De hecho, en el programa de desarrollo, llamado Plan de la Patria (2013-2019), se dice taxativamente que uno de los objetivos de la revolución es sustituir a la empresa privada por nuevas formas de propiedad.

Bueno, ese proceso de sustitución es el que ha ido haciendo esta destrucción que yo le comentaba al principio de la entrevista, pero no la ha sustituido con nada. Cuando tuvimos el precio del petróleo cercano a los 100 dólares el barril, se vivió una burbuja porque el gobierno llevó a importar 66 mil millones de dólares, cosa insólita para una economía como la venezolana.

En ese mismo período fue destruyendo las empresas. Ahora no tenemos el precio del petróleo a esos niveles, pero tampoco tenemos las empresas que en ese momento producían. Aquí teníamos más de 12 mil establecimientos industriales, y hoy tenemos apenas unos 4.500 operativos, y trabajando entre un 30 y 35% de capacidad instalada. Entonces, ese es el ataque que hay.

Los empresarios hacemos milagros para seguir operativos y tratando de abastecer lo poco que se puede, pero es una situación sumamente compleja".

-¿Hay algún estímulo para los empresarios en Venezuela actualmente?

"Estímulo como tal no hay ninguno; el único estímulo que tiene el empresariado venezolano es el compromiso por su país".

"Los empresarios hacemos milagros para seguir operativos y tratando de abastecer lo poco que se puede, pero es una situación sumamente compleja".

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