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Investigación del oceanógrafo Charles Moore:

El plástico del Pacífico Sur se acumula entre Isla de Pascua y Juan Fernández

domingo, 23 de julio de 2017

AMALIA TORRES
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Una expedición científica internacional recorrió las aguas chilenas durante meses. En la travesía vieron todo tipo de desechos flotando en el mar.



El ejercicio era sencillo: durante un minuto, los tripulantes de la embarcación tenían que sentarse en la proa y contar cuántas piezas de plástico veían flotando en el mar.

Mientras el cronómetro avanzaba, trozos de botellas, tapas, mallas de barcos pesqueros, una boya y muchos pedazos inclasificables de plástico pasaban frente a ellos.

"En un minuto contabas fácil 60 pedacitos de microplástico. Es impresionante el tipo de contaminación que los humanos ejercemos sobre el planeta", dice Constanza Hernández (24), licenciada de Oceanografía y quien acompañó durante dos meses al capitán Charles Moore y a su tripulación a recorrer las aguas chilenas.

Moore, un oceanógrafo estadounidense famoso por haber descubierto, hace 20 años, un gran "parche" de plástico en el giro del Pacífico Norte y creador de la fundación de investigación marina Algalita, terminó el mes pasado una expedición que lo llevó desde Los Ángeles (EE.UU.) hasta aguas chilenas, incluyendo Isla de Pascua y Robinson Crusoe.

"El parche de basura del Pacífico Sur existe entre Isla de Pascua y Juan Fernández", dice Moore a "El Mercurio". Según explica, eso sí, no se trata de una "isla de plástico". "Es como una sopa de agua con pedazos de plástico".

Y agrega: "Es una isla en proceso de formarse. Si seguimos igual que ahora, en el futuro tendremos una verdadera isla. Por ahora se trata, principalmente, de fragmentos de entre uno y tres milímetros".

Durante la travesía, el barco llevaba una malla que recogía, cada cierta distancia, muestras de microplástico. La tripulación también tomaba muestras de peces para ver si se habían alimentado con esos desechos. "Sus estómagos estaban llenos de plástico", recuerda Hernández.

"Los peces no diferencian entre plástico y comida, y se lo comen, igual que las gaviotas", dice Cristóbal Silva (22), estudiante de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente, y quien fue voluntario en la travesía entre Coquimbo y Antofagasta.

Aunque recién la próxima semana en la U. Católica del Norte se harán los análisis de los microplásticos encontrados en el viaje, Moore dice que el "parche de plástico" que hay en el Pacífico Sur no es del mismo tipo de plástico que hay en el hemisferio norte. "En el Pacífico Sur, la fuente más importante ahora es la industria pesquera. En el norte, los productos de consumo son más abundantes", asegura.

Sin embargo, el daño no deja de ser importante. Hernández lo explica con la claridad de quien lo vio con sus propios ojos: "Por las corrientes marinas, toda la basura que desechamos se mueve por los océanos. Pero al final se concentra en ciertos giros, donde convergen las corrientes. En esos puntos es donde más concentración hay de esos materiales. En el Pacífico Sur Oriental hay un giro, que abarca parte de Isla de Pascua. Entonces para el territorio nacional, lo más afectado es Isla de Pascua. El problema es que el plástico jamás desaparece. Por la radiación solar, este plástico va transformándose en partículas más y más pequeñas. En 50 u 80 años más, este microplástico será una película, una delgada capa sobre el mar".

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