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El justiciero imaginario

sábado, 22 de julio de 2017


Reportaje
El Mercurio

Pablo Oporto se paseó por canales de televisión, diarios y radios, defendiendo un triste récord en el sistema penal chileno: había matado a 12 delincuentes en legítima defensa. Su historia, que incluso llegó al debate presidencial, lo transformó en símbolo de la batalla contra el crimen y en el ejemplo perfecto del fracaso de la lucha contra la delincuencia. ¿El único problema? No era verdad.



Aplausos en el estudio. Mónica Rincón, una de las conductoras, hace las introducciones:-Beatriz Sánchez -dice la periodista-. Aquí está Pablo Oporto.Pablo Oporto, con un bigote frondoso, toma un micrófono. Minutos antes, la nota introductoria del programa de debates presidenciales Aquí está Chile, producido por Chilevisión, había presentado su caso con imágenes de cámaras de seguridad: víctima de más de 100 asaltos en sus locales comerciales, había tenido que matar a 12 personas, 12 delincuentes.-Te voy a relatar un poco la historia -dice Oporto, intentando resumir en un minuto su vida. En la parte final, apremiado por el tiempo, hace su pregunta.-En 30 años tuve que capacitarme en el uso de armas de fuego. Desgraciadamente la he tenido que usar más de 60 veces. Hemos tenido más de 100 asaltos. Eso me llevó a abandonar nuestro negocio familiar. Ahora vivo en el campo. Cargo conmigo una mochila muy grande, que es la de ver a mi padre llorar por la vida de su hijo, a una esposa llorar por la vida de su esposo, y a unos hijos que han perdido totalmente la capacidad de asombro ya que se han criado entre balas y violencia. Tú en tu gobierno, ¿qué vas a hacer con el tema de la delincuencia? ¿Qué vas a hacer para que personas como yo no nos tengamos que ver obligados a matar a otro ser humano para proteger a nuestros seres queridos?La candidata se ve incómoda. Intenta contestar.-Es muy fuerte e impactante tu relato.

Pablo Oporto toma un huevo en sus manos.-Pero míralo.Mueve la mano, de arriba abajo, como tomándole el peso.-Pero míralo.Es, sí, un gran huevo. Oporto, de jeans y parka, un mes después del debate, aún con bigote, adentro de su auto, toma su teléfono y anota una dirección en una aplicación que usa para moverse por Santiago todos los días, desde que cambió de giro comercial, cansado y traumado por los asaltos: ahora tiene una granja en Calera de Tango y distribuye productos de campo. La voz femenina robotizada desde el teléfono da la instrucción: "Gire a la derecha en dirección a Pocuro". Oporto gira a la derecha.-Mi familia es del sur, del valle de Nonguén, una zona muy pobre. Mi papá era de una familia de 10 hermanos, no había perspectivas de crecimiento. Era una vida sana, sin delincuencia, pero porque no había qué robar. El 85 nos vinimos a Santiago, yo era chico. Nos instalamos en la población José María Caro.Hay plumas en el auto: la mitad por la frescura de los huevos, la otra por un tajo en su parka. "Detención a cinco minutos por Los Leones".-La pobreza fue chocante cuando llegamos -dice Pablo Oporto, mientras conduce-, cosas que no había visto antes: peleas con sables, salían chispas de los cables por gente colgada, gente consumiendo neoprén. Mi papá trató de trabajar apatronado, pero después empezó a hacer pan amasado en la casa y salía a venderlo en un triciclo. Lo trataban de cogotear mucho, era una odisea para él volver a la casa, tenía que espantarlos a palos, me tocó vivir todo eso. Pero le fue bien. Al tiempo ya tenía una amasandería, empleados, vendía casi siete mil panes diarios. Le puso Magnum, pero no por las pistolas, por su significado: grandeza y prosperidad.El auto de Oporto cruza sobre el río Mapocho, toma la autopista rumbo a la cordillera: su primera parada hoy es en La Dehesa. La voz de teléfono advierte un largo rato antes de tomar el camino de Santa Teresa.-Yo pude ir a la universidad: saqué 810 en matemáticas y 790 en verbal. Fui puntaje nacional. Me ofrecieron beca en la UC, pero preferí estudiar ingeniería comercial en la Central, que me permitía trabajar al mismo tiempo. Saqué la carrera en cuatro años, pero no me gustó, porque te enseñaban a ser empleado, no a ocupar el ingenio. Después puse los minimarkets con mi papá.Oporto llega a un condominio de La Dehesa. Le piden el carné a la entrada.-Nunca perdí contacto con mis amigos del barrio: hay algunos en situación de calle, muchos presos, otros muertos en asaltos o en problemas de drogas. Cuando se enteran de que por la circunstancia he tenido que dispararle y matar a algún delincuente, me han felicitado, porque es gente que viene a robar de otros sectores. Tienen códigos bastante extraños. No me gusta que me feliciten: yo no pedí esto.Oporto se estaciona frente a una casa. Pasa las bandejas de huevos. La primera entrega del día. Vuelve al auto. Toma el teléfono, para ingresar la nueva dirección.-Son cosas muy fuertes. Una vez llegó una señora, muy trabajadora, a verme. Su hijo había entrado a asaltar mi minimarket, le enterró un cuchillo en el poto a una trabajadora. Tuve que defenderme. La señora me vino a pedir ayuda para el funeral, era muy cristiana, estaba arrepentida del daño que había hecho su hijo, porque no lo pudo controlar, se lo comió la calle.-¿Y qué hiciste?-Le pasé la plata. Pagué el funeral.

Con el estudio expectante, Beatriz Sánchez le explicó a Oporto que avanzar en una respuesta a su pregunta no era algo fácil: que por lo que le ha tocado vivir, las muertes, los asaltos, era posible que nada de lo que pudiera decirle valiera la pena. Luego, bajo la mirada clavada de Oporto, contestó:-Yo no quiero hacer promesas que no se puedan cumplir, porque con la delincuencia no se termina. Puedes ir bajando los índices y el temor a la delincuencia. Y hay varios caminos. Hay uno más largo, y que es avanzar en acortar las tremendas desigualdades que hay en Chile.-Disculpa -dijo Oporto, discrepando con la candidata-. Por lo que hemos vivido como familia, prácticamente trabajábamos como equipo con Carabineros. Desgraciadamente me ha tocado herir a muchos niños, jóvenes que sostienen 60, 50 detenciones. Es decir, Carabineros en 50 o 60 oportunidades hizo su trabajo.-No estoy tratando de estigmatizar a Carabineros -respondió Beatriz Sánchez-. Lo que digo es que hay que darles mejores herramientas. Nosotros tenemos una propuesta para terminar con el escalafón diferenciado y hacer un solo escalafón de Carabineros para que puedan hacer una carrera funcionaria con mayor capacitación...-Perdona que te interrumpa, pero parece que no estás entendiendo -insistió Pablo Oporto, generando el momento más tenso de la noche-. Un escalafón distinto. Qué tiene que ver un escalafón distinto si Carabineros hizo 60 veces su trabajo y quien lo soltó fue la justicia, en base a leyes que están mal hechas.Mónica Rincón aprovechó una seguidilla de interrupciones para hacer una última pregunta, dirigida a la candidata:-Ponte en el lugar de Pablo. Él, con su hijo de 7 años en brazos, entran los delincuentes armados, a matar, a disparar: tú eres Pablo, tienes un arma, ¿hubieras disparado?-Yo no tendría un arma -contestó Beatriz Sánchez, arrugando el rostro. Una mujer del público movió la cabeza de un lado a otro en señal de reprobación-. No me puedo poner en esa situación, Mónica, tan rebuscada.Oporto interrumpió nuevamente:-Lo mío no es una situación rebuscada. Es una situación que sufrimos todos los comerciantes de todos los barrios pobres.Esa noche, el programa fue tendencia mundial Twitter, donde la mayoría de los mensajes iban en apoyo al comerciante. "Muy bien Pablo Oporto. Clases a Beatriz Sánchez de educación cívica y uso de las armas. Realmente la candidata está sin argumentos", "Que gran tapabocas de Pablo Oporto a Beatriz Sánchez, ¡te las mandaste! Carabineros hace pega y justicia deja libres a delincuentes", "El héroe no es una persona feliz, carga un gran peso x decisiones altruistas en un mundo cojo. Pablo Oporto es un héroe al que Sánchez negó".Detrás de cámaras, el equipo que acompañó a la candidata aquella noche terminó amargado. Por el formato del programa, desconocían los testimonios ciudadanos que se presentarían. De hecho, pocas horas antes de que el espacio saliera al aire, la presencia de Oporto estaba en duda: dijo, de improviso, que no podría ir. Tuvieron que convencerlo sobre la hora. Beatriz Sánchez, con los focos apagados, también quedó extrañada: le había llamado la atención la cifra de muertos y le llegaron comentarios sobre la falta de "empatía" con el testimonio.Al día siguiente, su equipo midió el impacto de esos 20 minutos, cuando vieron títulos en distintos medios como: "'No estás entendiendo': el cara a cara que todos comentan entre Beatriz Sánchez y comerciante", o "La delincuencia coloca en jaque a Beatriz Sánchez en Aquí está Chile". El programa osciló entre los 10 puntos de rating; es decir, casi 700 mil personas lo vieron. El debate duró varios días. Esa misma semana,  la escritora Diamela Eltit, una de las intelectuales más reconocidas del país, publicó en el sitio El Desconcierto un ensayo titulado: "Aquí está Chile y Pablo Oporto: Espectáculo periodístico tétrico". En uno de sus párrafos, consignó: "Lo que en verdad me pareció inédito, asombroso y verdaderamente aterrador para la democracia y un real Estado de Derecho fue la presencia de la 'víctima de la delincuencia', Pablo Oporto. Un sujeto que mató en defensa propia a DOCE asaltantes y que hasta donde se vio en el programa, no había recibido ni una sola herida (ni él ni su familia) por parte de sus cien agresores. Más aún, lucía sus aptitudes paramilitares disparando, a la manera del Far West, en un territorio sin dios ni ley. Personalmente, me pareció semejante a un ajusticiador en serie de delincuentes. Pensé que bajo el ropaje de la víctima se escondía, quizá, una forma de placer retorcido, más allá de la exculpación jurídica".

La intervención de Pablo Oporto en Aquí está Chile no fue su primera aparición en medios. Cuatro años antes, su nombre circuló por noticieros y diarios del país, luego de enfrentar a tiros a un grupo de delincuentes que intentaron asaltar su minimarket, en 2013, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.El sitio Emol fue uno de los primeros en publicar la noticia, titulando: "Dueño de minimarket repelió a balazos a banda de asaltantes". La nota detallaba cómo Pablo Oporto disparó contra cinco sujetos con su pistola Taurus 9 mm, hiriendo en el abdomen a uno de los delincuentes: un menor de edad. Las imágenes de seguridad del local, transmitidas por los noticieros en televisión, mostraron el instante en que Oporto reaccionó rápidamente, desenfundando su arma y disparando.La Cuarta y Soy Chile.cl hicieron eco de la noticia y en mayo de ese mismo año fue invitado al matinal de Mega para relatar el episodio. Solo tres años después, el 13 de agosto del 2016, Oporto figuró nuevamente en los medios: apareció en el diario La Tercera, presentado como un récord del sistema penal: en siete ocasiones había matado delincuentes haciendo uso de la legítima defensa. El título de la nota fue una declaración del propio Oporto: "No quiero convertirme en Batman".En esa nota, por primera vez, relató su increíble historia, dilucidando, también, dudas sobre su poder de reacción ante el peligro: "Primero analizo rápidamente cuál es el delincuente que está más cerca o que tiene el arma. Reacciono contra él y lo reduzco en un lugar donde pueda repeler el asalto. A veces, los trabajadores o clientes actúan descontrolados, porque no tienen preparación, y mi preocupación principal es protegerlos a ellos. Después del hecho, siempre me pongo a analizar si es que podría haber hecho algo mejor". La noticia fue replicada por diversos medios, entre ellos las radios Bío Bío y Agricultura. El 22 de agosto de ese mismo año, La Cuarta lo presentó como figura principal de una nota sobre víctimas que se defendieron de delincuentes, destacando las siete veces que mató. En la fotografía, Oporto, sin bigotes, más delgado y con polera negra, empuñaba una pistola al interior del minimarket. Dieciséis días después, la mañana del 8 de septiembre de 2016, un enlace en directo del matinal de TVN Muy Buenos Días presentó en exclusiva a Pablo Oporto. Un periodista se encargó de la presentación:-Ha ejercido la legítima defensa en siete oportunidades. Es dueño de locales: pastelerías y panaderías. Él ha disparado, ha recibido golpes y agresiones y ha matado a siete delincuentes.Desde el canal, Jaime Coloma, Javiera Contador, Dominique Gallego, Yann Yvin y el periodista Gustavo Huerta entrevistaron al comerciante. Más tarde se integraría el abogado Claudio Valdivia, para precisar dudas sobre la ley de legítima defensa.Periodista: Llama la atención que han sido siete oportunidades. Siete delincuentes han fallecido a raíz de defenderte frente a lo que ellos han hecho.Oporto: Yo creo que más que destacar las 7, las 30, o las 50, o las 100, hay personas que han sido víctimas de un solo ataque y tú te sientes vulnerado. Te sientes violentado en lo más profundo de tu ser, porque estás en tu lugar de trabajo, estás siendo víctima de delincuencia.En la pantalla es posible ver las imágenes de las cámaras de seguridad del incidente de 2013, en el que Oporto disparó en defensa propia a los delincuentes. Las mismas del debate.Periodista: En estos siete delincuentes muertos ¿o eras tú o eran ellos?Oporto: Claramente sí.Javiera Contador: ¿Han sido accidentales estas muertes? ¿Ha sido lo que tú buscabas? Porque también podrían haber sido reducidos y quizá llamar a la policía. Porque obviamente llama la atención que sean siete veces. ¿Fue fortuito que esos delincuentes hayan muerto?Pablo Oporto: Javiera, mira, te voy a explicar algo. En la ley hay dos temas. Uno, que es la detención ciudadana y el otro es la legítima defensa, que es cuando la ley te faculta a usar una fuerza proporcional cuando tú estás siendo víctima de violencia. Desgraciadamente en los asaltos es un tema violento. A mí me encantaría poder reducir o tener súper poderes y reducir a un delincuente que está entrenado con un arma de fuego y son 5, 7 u 8. Me encantaría. De hecho, te cuento, yo practico artes marciales, yo sé defensa personal, me encantaría poder hacer lo que hacen las películas  y volar por los aires y poder detenerlos y quitarles a todos el arma. No se puede, desgraciadamente no se puede...Jaime Coloma: Te hemos visto muy calmado. De hecho la palabra "frío" ha surgido acá para comentar el relato. Yo quisiera que nos pudieras contar, a raíz de esta idea de reciprocidad en la agresión, si tú tienes este mismo temple en ese minuto o hay una carga más emocional. Tú tienes la capacidad de saber que tienes que dispararle a equis parte. ¿Cómo reaccionas realmente?Pablo Oporto: Soy un poco más frío por el tema de que estoy hablándole a la cámara, ni siquiera tengo un monitor, por lo que tengo una distancia física entre tú y yo. Si me hubieses invitado al estudio o a tu casa, créeme que sería mucho más jovial, pero estoy hablándole a un lente. Yo hice un curso de seguridad, en el cual me enseñaron a cómo reaccionar en cuatro segundos. Porque es un momento crítico, que te sube la endorfina.El 26 de septiembre de ese mismo año, Oporto fue invitado al programa Modo termómetro, de Chilevisión. Ahí debatió con los diputados Gonzalo Fuenzalida y Gabriel Silber y con el ex general director de Carabineros Alberto Cienfuegos. El conductor del espacio Iván Núñez hizo énfasis en los siete delincuentes muertos.Iván Núñez: Me imagino que no es un récord del que te enorgullezcas.Pablo Oporto: Era lo primero que iba a decirte. Es una triste forma de presentarme en la opinión pública.Siete meses después, Oporto entraba al mismo canal, frente a una candidata presidencial. El conteo de cadáveres había subido en cinco: casi un muerto más al mes. Eran 12: dos menos que Julio Pérez Silva, el psicópata de Alto Hospicio.

La voz del teléfono: "Doble a la izquierda en El Bosque".Pablo Oporto, con la carga de huevos, piensa en hacer caso, pero la aplicación se equivocó: no se puede virar aquí. En un semáforo explica la confusión con las cifras.-Lo que pasó con eso es que en la entrevista del diario dije siete porque me refería solo a los adultos que habían muerto y los otros cinco, los menores, me dio, cómo decirlo, vergüenza o pena incluirlo, por respeto a las mamás. Eran pobres niños, de 13 o 14 años, si los mencionaba era en el fondo decirles a esas mamás que tuve que matar a sus hijos, preferí que no. Y en el debate... no sé, era en vivo, con la candidata, los incluí todos.Es pasado el mediodía. Oporto toma una calle por el cerro San Luis, en busca de una dirección. Tras dos vueltas a la manzana da con el número. Se baja y toca dos veces el timbre. No hay nadie: le fallaron. La vista desde ahí es espléndida: se ve todo Providencia desde arriba. Hay mansiones alrededor.-Cuando ya tenía los minimarket, me fui de viaje a México, invitado por un amigo. Su papá era una persona importante del mundo del petróleo y estaba preocupado por los secuestros. Un guardaespaldas, que había trabajado protegiendo a senadores de Estados Unidos, le hizo un curso sobre seguridad y un curso de tiro. Me dijeron, ¿por qué no lo tomái? Yo ya sabía karate y lo tomé, porque me podía servir para lo que estaba pasando acá: nos habían entrado a robar muchas veces. Esa fue la primera vez que disparé. Y a la vuelta ya repelí varios asaltos a balazos. Uno va tomando más práctica, reacciona cada vez más rápido, más rápido. La primera vez que lo hice, el asaltante tenía un cuchillo, fue en la Avenida Central, me marcó mucho. Murió con el cuchillo en la mano. Ahí ya me sentí mal. No fue agradable, no había hecho ese curso para andar dañando personas. Tampoco me capacité para matar.-¿Nunca te da susto que tomen represalias? ¿Hay 12 familias en luto y compañeros de banda?-No, porque si tu vez la realidad de los hechos, fueron a atacarme a mi casa, a mi local: la ley es clara en eso. Nunca lo vi por el lado de la venganza. ¿Por qué me van a venir a buscar si ellos me atacaron primero? "Gire a la derecha en Coronel".-Una vez vino un primo de uno de los fallecidos, desde Bajos de Mena; me dijo que iba a cobrar. Yo le dije, ¿qué van a cobrar, si ustedes vienen a robarme a mí? Yo trabajo honradamente". Y nunca más apareció."Auto detenido en calle Suecia".-Y así pasó muchas veces. Uno ya se empieza a ver afectado, porque uno provoca que otras familias sufran y la de uno también se ve muy afectada. El episodio de 2013 rebalsó el vaso, me hizo cerrar. Llegaron cuatro niños armados y yo tenía a mi hijo en brazos. Tuve que disparar: quedaron dos tirados en el piso, uno falleció. Ahí dejé mis negocios, me fui a la granja, pero sé que eso no soluciona el problema. Mira.Oporto apunta al tajo en su parka de donde salen plumas.-El domingo pasado, un ladrón entró a mi granja. Quería robarse los brócolis. Mi hijo me avisó. Salí de la casa a buscarlo, lo perdí de vista y me atacó con un cuchillo. Solo me alcanzó a hacer este hoyo. Después lo inmovilicé.  "Destino a 400 metros".-Y mi hijo ha tenido que ver toda esa violencia, crecer entre disparos. Cuando juega con amigos a policías y ladrones, en vez de arrancar, se parapeta y se pone a disparar. No quiero eso para él. Me da pena, porque uno no busca verse envuelto en esto. Como le decía al curita de mi barrio el otro día: el que termina en la disyuntiva es uno, uno es el que queda con las manos con sangre.Oporto estaciona el auto. -Por malas políticas del Estado, uno tiene que hacer esas cosas, no es justo, no estoy orgulloso de lo que he hecho.Y emocionado dice:-Por eso son las apariciones en la tele y entrevistas. Es la oportunidad de darle a conocer a alguien con poder a lo que nos tenemos que ver expuestos nosotros, cuál es la verdadera realidad.

Pero Pablo Oporto no ha matado a nadie. Cualquier muerte, en legítima defensa o no, genera un número de investigación. La Fiscalía Sur confirma que no hay fallecidos en ninguno de los asaltos que sufrió en sus negocios. Y en los registros de la Subsecretaría de Prevención del Delito no hay ingresos a nombre de Pablo Oporto en los servicios del programa Apoyo a Víctimas.De hecho, hasta antes de su aparición en Aquí está Chile, Oporto solo había sido víctima de robo en tres ocasiones, según el registro de causas asociadas a su nombre: una en 2007, otra en 2008 y otra en 2013: la que llegó a los noticiarios. Según los partes, esa fue la única vez en que Oporto usó su arma para repeler a quemarropa a los cuatro delincuentes que ingresaron armados a su minimarket, la noche del 12 de marzo. Jessica Muñoz era empleada en el minimarket.-Uno de los delincuentes saltó sobre una de las máquinas de helados y apuntó al Pablo -recuerda Jessica-, pero él le disparó al que me estaba apuntando a mí. Yo quedé en shock. Mientras trabajé para él, que fue un año y medio, ese fue el único asalto que sufrimos. Tampoco supe de otros fallecidos, salvo el que recibió el disparo de Pablo y que fue trasladado al Barros Luco esa misma noche. Con la última llamada del fiscal, me enteré que el niño había fallecido. Pero el fiscal solamente se comunicaba con Pablo, no conmigo, así que Pablo era el que nos contaba lo que había pasado. Él me contó que el niño murió.El niño es E. Tolosa Velásquez, que efectivamente fue trasladado al hospital Barros Luco esa noche. Pero no murió. Desde su casa, contesta su celular para relatar detalles del atraco, que coinciden con el informe policial solicitado por la Fiscalía Sur.-El viejo no nos dio tiempo de nada -dice Tolosa, de 20 años-. Me pegó un balazo en la guata y corrimos. Me subí al auto que habíamos robado antes, y cuando íbamos escapando chocamos con un Transantiago. Nos dimos vueltas en trompo y quedamos tirados. Los demás libraron. Yo no pude correr, y con un loco que se quedó acompañándome caímos presos. Nos quitaron las dos pistolas a fogueo que andábamos trayendo.En su tránsito por los medios, Oporto ha relatado el episodio del joven baleado aquella noche de 2013. Según él, fue su propio padre el que se encargó de trasladar al menor herido hacia el hospital. Tolosa desmiente esa versión.-Llegaron bomberos, pacos, nos detuvieron y esperaron la ambulancia -dice-. Me fui esposado al hospital. Yo pensaba que me iba a morir. Después de la recuperación estuve dos años en un centro del Sename cumpliendo condena. Ahora lo veo en la tele. Lo he visto en el diario, la otra vez, diciendo no sé qué, que se creía Batman. Está mal del mate. Dice que ha matado 12 veces. Ni cagando. Lo matan. Le pegan altiro. No andaría dando reportajes en la tele.Los vecinos de Avenida Central también han visto a Oporto en televisión. En las calles de Pedro Aguirre Cerda, las opiniones sobre sus dichos y apariciones están divididas. Su amigo Juan Valdivia, por ejemplo, que arrienda a la familia de Oporto el local de la balacera, cree que Pablo sí ha matado.-He sabido que mató a algunos, pero no sé si 12 -dice Valdivia, al interior del local, donde ofrece pizzas, comida rápida y sushi-. Entre cinco y seis puede haber matado. Pero yo no lo he visto. Es que es lo que se cuenta. Yo no puedo asegurar. Últimamente, sí, la gente pasa por acá y pregunta si este era el local del sicario.Camila Pereira, su exesposa, recibe mensajes en su celular cada vez que Oporto aparece en televisión. Ella estuvo con él hasta 2015 y dice que hasta ese año no había matado a nadie. No le sorprenden sus apariciones: cuenta que Pablo Oporto acostumbra a mentir. Para este reportaje, de hecho, la Universidad Central aseguró que Oporto se matriculó en 2001 en la carrera de Ingeniería Comercial, pero no completó el primer semestre.-Siempre ha sido bueno para inventar historias -dice su exmujer-. Lo que sí es verdad, es que hacía sus peleas clandestinas de perros. Entrenaba sus perros, gastaba dinero en eso. Siempre recuerdo esto: una vez se le escapó una perra y se cruzó con un quiltro. Como él cruzaba los perros solo con otros de la misma raza, en vez de regalar los perritos, los mató. Les aplastó el cráneo con el pie, en el patio del local.El 2010, su nombre figuró dentro de una causa llevada por la ex fiscal de la Fiscalía Sur, Marisa Navarrete, que consiguió el desbaratamiento de una banda dedicada a las peleas de perros. En la causa, Oporto fue condenado por maltrato animal, luego que se acreditara el abandono y mal estado de sus perros en su parcela de Calera de Tango. El fallo especificó: "Pablo Oporto Leal mantenía en su poder la cantidad de 8 perros de raza Pitbull, en condiciones de abandono, toda vez que se encontraban permanentemente atados a los árboles con cadenas, cuya sujeción era insuficiente para permitir su adecuado desplazamiento, encontrándose además a la intemperie y sin suministro de agua ni comida, presentando, además, algunos de ellos lesiones en diversas partes de su cuerpo".En 2006, además, fue sentenciado por porte ilegal de armas. En total, ha sido imputado más veces de las que ha sido víctima, incluida una en 2013 por violencia intrafamiliar, que fue archivada. -Efectivamente fuimos engañados -dice Andrea Vial, productora ejecutiva del programa Aquí está Chile-. El propósito del testimonio era tocar el tema de la violencia, la inseguridad y la delincuencia, y ese objetivo, que era lo importante, se logró. Y agradezco mucho a Beatriz Sánchez su participación. Los periodistas del programa no tienen ninguna responsabilidad en la decisión de los casos que se seleccionan para introducir los temas de fondo.A la candidata Beatriz Sánchez, la interpelación de Oporto le quedó dando vueltas, tanto por la cifra, los 12 muertos, como por el mensaje enviado esa noche: que ajusticiar es una salida viable y sin castigo social o judicial: "La violencia no puede ser un show. Cuando medios y candidatos la convierten en un espectáculo, se olvidan que ese mismo show nos convierte en una sociedad más insegura".

Tras su comentada aparición en el programa de debates presidenciales, Pablo Oporto siguió dando entrevistas. En un contacto en vivo con el programa Un país generoso, de radio Zero, volvió a repetir su cómputo de 12 muertos en legítima defensa. Los tres animadores del espacio trataron de consultarle sobre datos particulares de cada ocasión, pero Oporto, como en la totalidad de sus entrevistas, contestó generalidades. Iván Guerrero, casi al final, le preguntó:-Pablo, ¿en algún minuto no te has cuestionado por qué a ti te pasan tanto estas cosas?-Sí -respondió-. De hecho, ayer, cuando estaba en la comisaría, el carabinero me dijo: "Yo creo que deberías pensar en encerrarte tú y así se va a acabar la delincuencia".Oporto hacía referencia al último incidente que sufrió cómo víctima, con un ladrón de brócolis en su granja: el que le hizo el tajo a su parka. Extrañamente, sobre ese incidente sí hay correlación con una denuncia. Según el parte, un sujeto entró a su parcela y fue atrapado por el dueño. Después de reducirlo, Oporto subió una foto del ladrón inmovilizado en el suelo a su perfil de Facebook. Como en el resto de los incidentes, no hubo fallecidos.-¿Cómo? -pregunta Oporto al teléfono desde su granja.-No hay registro de ningún fallecimiento asociado a los asaltos de los que fuiste víctima.-¿Cómo?-¿Alguna vez viste a alguien morir, algún cuerpo?-No.-¿Entonces?-Me decían que morían después, en el hospital. Yo me quedaba con eso.-¿Quién decía?-Un fiscal, no me acuerdo el nombre.-¿Las 12 veces un fiscal te dijo que alguien murió?-Sí.-¿Y pagaste un funeral?-Sí.-Pero funeral de quién, si no hay muertos.-Pero pasé la plata a la señora.-¿Por qué dabas esas entrevistas, adjudicándote muertos?-Es que me dijeron que habían muerto, pero, ¿sabe?Pablo Oporto se toma un segundo.-Me alegra.-¿Qué?-Saber que no maté a nadie. Era un peso que cargaba yo y mi familia, hemos sufrido mucho.El conteo vuelve a cero.- Es un alivio. 

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