sábado, 01 de diciembre de 2007
Constanza Hola
Economía y Negocios Online, El Mercurio
Director de Sernatur logró hacer ver a sus pares que la medida atentaría contra la actividad de países en vías de desarrollo y lejanos como Chile.
Ministros de Estado bailando al aire libre al son de la cumbia y el vallenato sólo se puede dar en una ciudad del mundo: Cartagena de Indias. Y es que Cartagena era una fiesta. Porque además de los colores alegres y la rumba característica del ícono turístico colombiano, la noble ciudad amurallada se vistió de gala para recibir durante toda la semana pasada al evento más importante del turismo a nivel mundial: la Asamblea General de la Organización Mundial de Turismo (OMT), que dejó divisas por casi US$ 2 millones para la ciudad.
No todo fue fiesta. El ítem más polémico -y uno de los que más tiempo tomó para dirimir- fue el tema del calentamiento global. El gasto excesivo de energía, el poco uso de energías alternativas y, especialmente, los viajes de largo alcance de los aviones fueron los mea culpa que hizo el sector. La Organización tenía una propuesta concreta para la Asamblea general, que se realizará en Bali, sobre el tema para comprometerse a reducir las frecuencias de vuelos de larga distancia, pero ardió Troya.
Fue el propio director de Sernatur chileno, Óscar Santelices, quien dio la voz de alerta. "Tengamos cuidado. Reducir las frecuencias para vuelos de larga distancia puede ser muy perjudicial para países alejados y en vías de desarrollo", comentó Santelices ante sus pares. Con el apoyo de otros representantes, lograron frenar la iniciativa inicial de declaración, reduciendo el tema a un reconocimiento global del ojo que debe ponerse en el peligro de las emisiones.
Más allá de la discusión puntual, la tónica de la jornada -que reunió a ministros y delegados de más de 120 países- estuvo marcada por potenciar el turismo como trampolín al desarrollo. No por nada la sede fue Cartagena de Indias. La organización -ligada a Naciones Unidas- está concentrada en impulsar destinos de países en vías de desarrollo como fórmula de crecimiento. El propio Presidente Alvaro Uribe fue una pulga en el oído para lograr que Francesco Frangialli, secretario general de la OMT, abogara porque Cartagena fuera sede. Uribe personalmente también desplegó un complejo sistema de seguridad e inauguró la cumbre dándole el número de su celular personal a las casi mil personas que se encontraban en el centro de convenciones escuchando su discurso, "porque en Colombia todos estamos comprometidos", señaló el Mandatario, quien obligó también a sus ministros y gobernadores a entregar sus celulares ante una atónita audiencia.
Según cifras de Proexport (organismo colombiano), el Estado colombiano gasta anualmente US$ 8 millones en promoción turística, el doble del gasto que realiza el fisco chileno, el cual sólo alcanza la cifra con el aporte de los privados.
Santelices y el calentamiento global
-Ud. intervino en el tema del cambio climático y llamó a tener cuidad, ¿por qué?
"Hay que tener cuidado de no perjudicar, sobre todo, a países en vías de desarrollo que se encuentran a gran distancia de los mercados principales, porque si achacamos todo a los vuelos de larga distancia podemos ver frenado nuestro desarrollo. No podemos atribuir el efecto invernadero sólo a este tipo de acción".
-¿Le hicieron caso?
"Logramos un acuerdo de no colocar el tema en la declaración. La propuesta era reducir las frecuencias de larga distancia y eso fue lo que relativizamos, respecto de la proporción real que esto representa".
-¿Qué pasó finalmente?
"Se acordó no colocar ese tópico y hacer un tratamiento parejo. Lo que sí se llevará en la declaración es que el tema sí nos importa, nos afecta y es un fenómeno mundial y el sector turístico va a presentar un conjunto de medidas a los gobiernos y a las empresas respecto de lo que es la generación de partículas".
