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No renunciar a la alegría

martes, 18 de julio de 2017

neva milicic, psicóloga
Escuela para padres
El Mercurio




Que la vida es a veces muy dura y está llena de dificultades como enfermedades, problemas de los hijos, de pareja y complicaciones en el trabajo, entre muchas otras, no es una novedad para nadie, pero tener la entereza de no renunciar a la alegría por causa de las dificultades y ser capaz de recuperarse de la adversidad requiere de una enorme entereza y fortaleza interior. Supone tener una visión de la existencia centrada en reconocer los elementos positivos que nos acompañan y agradecerlos.

Ser capaz de disfrutar y valorar la compañía de quienes queremos, la conversación con un niño, una tarde con una amiga, una caminata en un día de otoño, una buena película y tantos de esos simples momentos que pueden ayudarnos a recuperar la alegría. Padres que son capaces de crear atmósferas alegres y divertidas, a pesar de los problemas por los que puedan estar atravesando, constituyen un modelo y un testimonio para los hijos que va a favorecer el desarrollo de una personalidad más optimista y capaz de visibilizar y valorar lo que tiene, más que quejarse por lo que no puede tener.

No se trata de negar los aspectos dolorosos ni de disociarse negándolos o desconectándose de las legítimas emociones de tristeza o de frustración. Estas emociones necesitan poder expresarse y tener un espacio de contención, pero tienen que tener un tiempo y un lugar y evitar que nos invadan.

Pero quizás el mayor riesgo es amplificar, a veces, dificultades pequeñas y sobrefocalizarse en los aspectos negativos de la realidad y transformar leves contratiempos en verdaderas tragedias que tiñen el resto de los acontecimientos de negatividad. No podemos dejar que por el quiebre de un vaso se arruine una comida.

La alegría es una emoción muy contagiosa, al igual que su opuesto, la amargura. Para los hijos ver a sus padres alegres, además de ser un buen modelo, los ayuda a conectarse con el lado más luminoso de la existencia. Y cuando esto sucede se activan las sinapsis en la zona de las emociones positivas, con lo que se consolida una personalidad más optimista y abierta a mirar la realidad desde una perspectiva luminosa. Recuperar la alegría es un ingrediente indispensable para una buena calidad de vida familiar. ¦

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