lunes, 10 de julio de 2017
Marisa Cominetti
El Mercurio
De esta forma, nuestro país se ubicó como líder en Sudamérica, superando por lejos a naciones como Brasil, Colombia, Argentina y Perú.
Positivo fue 2016 para la industria chilena del financiamiento colaborativo o crowdfunding, luego que los aportes de capital más que se duplicaran y estuvieran a solo pasos de superar la barrera de los US$ 100 millones. En total, las plataformas digitales locales donde se realizan estas operaciones alternativas sumaron US$ 97,8 millones, cifra 106% superior a lo registrada en 2015, de acuerdo con el último informe anual que elaboraron en conjunto las universidades de Cambridge y Chicago sobre el comportamiento de este nuevo mercado en el ecosistema americano y que contó con el apoyo del BID y CME Group Foundation. De esta forma, nuestro país se ubicó como líder en Sudamérica, superando por lejos a países como Brasil, Colombia, Argentina y Perú. Considerando los tres tipos de sistemas existentes en el mercado chileno, de recompensa, acciones y de préstamos, se observa que este último explicó el 95% del total, llegando a US$ 92,9 millones en 2016, el doble de 2015. Le sigue el modelo de recompensa, con US$ 3,5 millones y un 3,6% de participación, y el de inversión accionaria, con US$ 1,4 millones. Modelo de préstamos a empresas impulsa avance Gonzalo Kirberg, gerente general de Cumplo, principal crowdfunding de deuda, señala que el fuerte crecimiento del mercado se explica por la mayor participación de estas plataformas como opción de préstamos a las pymes, un sector que accede a menos opciones o bien estas son más caras. En este caso, el ejecutivo señala que Cumplo -que movió US$ 77,6 millones en 2016, explicando el 84% del total- busca potenciar su rol en las pymes, donde aún queda mucho espacio por crecer. "Si bien en 2016 dimos un fuerte salto, aún somos insignificantes en el mercado global de las pymes, por lo tanto, en vez de verse desacelerada la tasa de crecimiento en el mediano plazo, esta se verá acelerada dados los requerimientos de capital de las pymes". Asimismo, Kirberg destaca que el salto que dio la industria nacional en esta área les permitió quitarle a Canadá el segundo lugar dentro del continente americano, que es liderado por EE.UU. Según el informe, en 2016 el crowdfunding de deuda movió US$ 23 mil millones en total, de los cuales US$ 22.400 corresponden a EE.UU., mientras que US$ 47 millones correspondieron a Canadá, la mitad de lo que colocó Chile en el mismo período. "Nuestro país va a la vanguardia porque, por un lado, el modelo partió antes respecto de otros mercado de la región y, por otro lado, porque Chile ha sabido adaptarse a las necesidades de las pymes y a su competencia. Eso nos ha hecho ser un ejemplo a seguir en la región, hemos sido muy consultados y copiados desde afuera", dice. Similar es la visión de José Antonio Berríos, cofundador de Broota, principal plataforma de inversión accionaria, quien destaca el sostenido crecimiento de la industria, el ingreso de nuevas plataformas y el espacio por abarcar en el mediano plazo. Agrega que el crowdfunding, ya sea de préstamo, recompensa o inversión, normalmente está asociados a las pymes y es una herramienta clave para los emprendedores. Incluso, a nivel mundial se estima que en 2016 el dinero total transando a través de estas plataformas supera al volumen de capital de riesgo. "Hoy día el venture capital ya no es el más fuerte en términos del financiamiento de las pymes o emprendimiento de fase temprana, sino que está el crowdfunding como una potente herramienta. Hay un cambio de paradigma".
