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Dos premios Nobel trabajan en los centros de investigación del Laboratorio Novartis y cerca de 100 mil personas colaboran en el desarrollo de productos.
Este año, los creadores de medicamentos como Ritalín y Glivec vendieron Gerber a Nestlé, y en los primeros nueve meses de 2007 aumentaron las ventas netas en un 13%, llegando a US$ 28 mil millones.
Luis Villalba, presidente para Latinoamérica del laboratorio, estuvo de visita en Chile y se reunió con Soledad Barría, ministra de Salud, para hablar, entre otras cosas, de cooperación, propiedad intelectual y patentes de medicamentos.
"Si a Novartis le quitan la propiedad intelectual, nos asfixian. Nosotros sin propiedad intelectual no existimos. Este tema está en mi agenda como en la de todos los intermediarios con los que he interactuado porque lamentablemente, y esto no es exclusivo de los países en desarrollo, el valor y la trascendencia de la propiedad intelectual es entendida en algunos lados, no muchos; es aceptada más o menos en otros y está asimilada por muy pocas personas".
-En la reunión con la ministra de Salud, ¿percibieron interés de parte del Gobierno por protegerla?
"Lo que percibí es que la Ministra está preocupada por los retos de su ministerio. Tocamos el tema de la propiedad intelectual y dijo que la intención es respetarla. Además hablamos del tema de la protección de los datos y ella tomó nota de que teníamos cierta preocupación en esa área. Es que pareciera que es relativamente fácil acceder al expediente que se somete a revisión de la autoridad".
"Hablamos sobre cómo trabajar conjuntamente para que medicamentos de alta calidad lleguen a la mayor cantidad de pacientes. Le hablé de la voluntad nuestra de cooperación".
-Ustedes están en Chile hace varios años, ¿cómo van las operaciones acá?
"Estamos creciendo al doble en participación de mercado que nuestros competidores. Hemos tenido un muy buen año. Tenemos toda la intensión de crecer, pero en los países se tiene una conformación de mercado y dentro de ella es que uno trata de moverse. Quizás eso mismo fue lo que hizo más difícil que nosotros creciéramos".
"Hace unos años pensábamos: ¿cuándo llegaremos a vender US$ 50 millones en Chile? Hoy estamos pensando: pronto llegaremos a los US$ 100 millones. El progreso será mayor en la medida en que la rutina de la propiedad intelectual cale en el operar de la sociedad".
-Son el único laboratorio que tiene una marca de genéricos: Sandoz. ¿Es el escenario del que usted habla el que no les ha permitido aterrizar en Chile?
"Por supuesto. Para mi es una espina no tener a Sandoz en Chile. Una de las preocupaciones que yo le expresé a la ministra es que como genéricos no podemos entrar hasta que la implementación de la norma de calidad no esté más difundida. Nuestra división de genéricos no puede producir con la calidad que nosotros no sacrificamos y vender a los precios que prevalecen en el mercado".
"Un genérico no es producto de segunda, que es barato, sino que es un producto de primera calidad a precios más accesibles, porque no tiene la carga de la investigación. Ya cedió esa fase de su vida, entonces puede venderse de otra manera".
-¿Pero no hay planes establecidos en el corto o en el largo plazo?
"De aquí a un año podría ser si vemos que la tendencia regulatoria del mercado es exigir niveles de calidad que obliguen a que podamos competir en igualdad de condiciones".
-El crecimiento para ustedes depende de la investigación y el desarrollo de nuevos productos.
"La innovación es el motor de la compañía. A nivel global invertimos entre US$ 12 y US$ 13 millones diarios. Por eso es que la propiedad intelectual es como oxígeno, es que si no la tenemos es insostenible una inversión de esa naturaleza. La innovación no es opcional. No solamente hay que mantenerla, hay que aumentarla. La salud cuesta más, pero la necesitamos más. Somos más viejos y más longevos. La innovación es para evitar una catástrofe. Es por esto que las patentes no son un lujo opcional".