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Obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular:

Dieta mediterránea puede prevenir las tres pandemias del siglo XXI

viernes, 07 de julio de 2017

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Un estudio que combina este estilo de alimentación con restricción calórica y actividad física muestra que es la forma más efectiva de reducir peso, colesterol e hipertensión.



"Un sofrito preparado en la sartén a fuego muy lento, con aceite de oliva extra virgen, el tomate cortado en trocitos, con cebolla, ajo, pimentón si hay, o algo de apio, y lo vas removiendo de a poco...". Al doctor Miguel Ángel Martínez González le brillan los ojos y se entusiasma cuando describe una de las preparaciones base de la milenaria dieta mediterránea.

Director del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la U. de Navarra y profesor adjunto de Nutrición de la U. de Harvard, Martínez es uno de los principales investigadores y promotores a nivel mundial de esta alimentación, basada en la dieta de las comunidades rurales del sur de Italia y Creta en los años 50 y principios de los 60 (ver infografía). En estos lugares, la tasa de mortalidad por enfermedad cardíaca a mediados de los 60 era cinco veces menor que la registrada en Estados Unidos.

De visita en Chile por tercera vez, invitado por el Programa de Magíster en Nutrición y el Centro de Nutrición Molecular y Enfermedades Crónicas de la Escuela de Medicina de la U. Católica, Martínez compartió con "El Mercurio" algunas de las principales razones que avalan convertir a este patrón dietario en la base de una estrategia de "prevención primordial" de riesgo cardiovascular.

"La prevención primaria apunta a reducir factores de riesgo como sobrepeso, colesterol alto o hipertensión. Lo primordial es un paso previo: crear en la sociedad las condiciones para que no emerjan siquiera los factores de riesgo", explica el investigador.

Alimentación con un plus

Martínez ha coordinado dos de los estudios más importantes en el área de la nutrición: PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), un seguimiento por cinco años a 7.447 personas con alto riesgo cardiovascular que siguieron tres dietas distintas. Aquellos con dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra virgen o con frutos secos tuvieron 30% menos riesgo de infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares y muerte cardiovascular que quienes solo debían reducir su ingesta de grasas.

A este estudio le siguió PREDIMED Plus, en curso desde 2013 con 6.800 voluntarios. La mitad de ellos es un grupo de control que consume una dieta mediterránea. La otra mitad sigue la misma dieta, pero con una reducción de 30% en las calorías consumidas -"les restringimos carnes rojas, mantequilla, pan blanco, arroz y pastas refinadas"-. Además, siguen un programa de actividad física que incluye 45 minutos diarios de caminata seis veces por semana y 10 a 15 minutos diarios de ejercicios de equilibrio, flexibilidad y fuerza.

Hasta ahora, han visto que al cabo de dos años pierden cuatro veces más peso que el grupo control.

Han reducido el perímetro de cintura en 20% vs. 4% en el grupo de control su gasto energético es mayor. También hay una diferencia significativa en su reducción de glucosa en la sangre, hemoglobina glicosilada, colesterol y triglicéridos respecto del grupo de control.

Con todos estos antecedentes, Martínez afirma categórico que "una dieta mediterránea, más restricción calórica y actividad física regular es la forma más inteligente de combatir las tres epidemias del siglo XXI: obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular".

Y su afirmación no solo se basa en que esta es la dieta con más estudios observacionales y de ensayos clínicos aleatorios que muestra beneficios cardiovasculares.

"Además tiene una tradición milenaria de uso sin evidencia de daño. Nutricionalmente es la que mejor cumple con objetivos de aporte de micronutrientes y es una dieta que las personas mantienen a largo plazo porque es sabrosa. Nada de esto existe para la dieta Bay Watchers, ni para la Atkins o las altas en grasas, bajas en carbohidratos y tantas otras que se ponen de moda cada cierto tiempo".


"Con ella no se recupera peso porque no es una dieta-tortura. Y es sostenible en el tiempo, porque a la gente le gusta lo que come". DR. MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ Dpto. Med. Preventiva y Salud Pública, U. de Navarra




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