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Sara Alvarado, del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud de Colombia:

"Con juegos y arte se puede enseñar sobre convivencia ciudadana a los niños"

lunes, 03 de julio de 2017

M. Cordano
Educación
El Mercurio

Aprender sobre tolerancia y trato democrático no es tarea exclusiva de adolescentes y adultos, plantea la especialista. Mientras antes se toquen temas como discriminación o machismo, más claro se vuelve el mensaje.



A los cuatro años, los niños que participan en las actividades del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud (Colombia) aprenden sobre tolerancia y aceptación a través de un juego de recortes. Durante esta actividad cada uno recibe una serie de imágenes con personas de distinto género y etnia, además de otras con objetos para recortar. Estetoscopios, celulares, ollas, traperos y un auto son algunos.

Este tipo de juego sirve para mostrar que si no se les corrige desde el inicio, los niños tienden a replicar estereotipos sociales que aprenden de los adultos.

"Se les pide asociar cada elemento con las imágenes de las personas. En estos casos, no es raro que el estetoscopio pase a ser del hombre blanco, mientras que la mujer de piel morena se hace acreedora del trapero", indica Sara Victoria Alvarado, especialista en educación y directora del centro de estudios, institución que nació de una alianza entre la Universidad de Manizales y el Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano.

"Ante este panorama, el trabajo de los educadores es hablar con los niños sobre las justificaciones que ellos tienen para asociar los distintos objetos. Se realizan juegos de roles y se hacen preguntas como qué pasaría si le quitamos la olla a la mujer y se la pasamos al hombre. Con juegos y arte se puede enseñar sobre convivencia ciudadana a los menores", explica Alvarado.

La profesional participó en el seminario Comparte Educación, organizado por la Fundación Integra, donde expuso sobre el fortalecimiento de la educación cívica en niños de preescolar y enseñanza básica.

Diferentes y valiosos

La mayoría de los países latinoamericanos mira a la educación ciudadana como "algo que se posterga en educación, algo que se tiende a asociar a los grados superiores", indica Alvarado. La organización democrática, la erradicación del machismo o el fin de las relaciones jerárquicas -en las que un adulto siente que tiene el poder para someter al niño a hacer cosas que este no desea- "son temáticas que para que sean más efectivas deben sembrarse desde los primeros años. Si de pequeño un niño no aprende a quererse, a querer a otros y a reconocer a terceros como personas diferentes y valiosas, es difícil que después pueda vivir procesos reales de justicia y equidad", advierte Alvarado.

La especialista plantea que para fomentar el conocimiento de sus derechos y deberes, los niños de jardines infantiles y primeros años de escolaridad deben tener la oportunidad de tomar ciertas decisiones, lo que en la práctica pasa porque sus profesores los inviten a participar en votaciones grupales para decidir qué actividades realizar, o hasta de qué forma quieren instalar el mobiliario de la sala de clases, por ejemplo.

"Parte importante de formarlos como ciudadanos también pasa por darles la libertad de expresar cuáles son sus sueños a través de la narrativa, del dibujo y del juego, sin que nadie los condicione".

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