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Piloto con 40 mujeres de sectores vulnerables de Santiago:

Madres aprenden estrategias para estimular a sus hijos en sus primeros mil días de vida

lunes, 03 de julio de 2017

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Programa Conversemos Mamá les entrega herramientas para fortalecer el desarrollo cerebral y lingüístico de los niños desde la gestación.



Cuando Edith Paulino muda a su hija Antonella, de siete meses, la interacción es constante. "La miro a los ojos y voy conversando con ella: '¡Hiciste pipí, mi pequeña! Este es el pañal que te voy a poner, estas son las toallitas. Vamos a limpiar por aquí, mi amor...'". La misma dinámica ocurre cuando la viste o la baña. Y el resultado que Edith percibe es casi siempre el mismo: "Ella me mira y se siente feliz".

Claudia Martini aplica las mismas estrategias con su hija Isidora, de 8 meses. "Mientras hago costura, le cuento lo que estoy haciendo, le canto, le pongo música y ella me deja trabajar". Mientras Isidora duerme en su coche, Claudia reflexiona: "Me estreso mucho menos y estoy mucho más tranquila y relajada que cuando tuve a mis otros dos hijos".

Las estrategias que aplican a diario Edith y Claudia con sus hijas son parte de lo que han aprendido en el último año en los talleres de Conversemos mamá (www.conversemosmama.com), un programa piloto de investigación y estimulación temprana en el que participan 40 madres de sectores vulnerables de Recoleta, Huechuraba y Santiago.

La iniciativa -que se enfoca en los primeros mil días de vida de sus hijos, desde la gestación- entrega a las madres conocimientos y estrategias concretas para que pongan en práctica lo que la ciencia ha descubierto para fortalecer el desarrollo neurocognitivo y del lenguaje.

Hoy se sabe que esos primeros mil días son claves para la conformación del cerebro y de sus conexiones neuronales. También que durante la gestación y la temprana infancia hay factores que limitan la formación de esas conexiones. Entre los principales están el estrés sostenido de la madre durante el embarazo y la falta de estimulación cognitiva. Estos factores, que ocurren con mayor frecuencia en condiciones de pobreza, son los que busca revertir Conversemos Mamá.

"A las mamás gestantes les damos contención emocional y estrategias para reducir el estrés, como yoga y meditación, les ayudamos a reconocer y activar las redes de apoyo que necesitarán durante la crianza, a fortalecer el vínculo con su hijo escribiéndole cartas, cantándole y hablándole", ejemplifica María José Reyes, monitora de los talleres.

Estimular el lenguaje

Tras el nacimiento, hay un énfasis en fortalecer las habilidades parentales y la estimulación del lenguaje.

Las mamás les cantan a sus hijos canciones acompañadas de movimientos, aprenden formas de hablarles amorosamente y les conversan, describiendo lo que están haciendo o harán, nombrando objetos del entorno, explicándoles o nombrando sus sensaciones ("debes estar incómoda", "tienes hambre").

Otras técnicas incluyen responder a los balbuceos o intenciones de comunicarse de la guagua. "Por ejemplo, dice Reyes, si apunta hacia una fruta, la mamá le dice 'estás mirando la naranja, fruta jugosa y redonda' y se la pasa para que la explore".

El énfasis en conversarle a las guaguas desde la gestación responde a que "las conexiones neuronales se hacen a través del lenguaje y este es la base de los futuros aprendizajes", explica Rosita Puga, directora de Educación del programa. Una desventaja importante para los niños de sectores vulnerables, añade, es que a los tres años han escuchado 30 millones menos de palabras que los de familias con recursos. "Las consecuencias se traducirán en menor aprendizaje escolar, más dificultad para acceder a educación superior y trabajos de menores ingresos. La desigualdad se perpetúa", dice el psiquiatra Rodrigo Aguirre, director científico de Conversemos Mamá.

"Lo que queremos demostrar es que si la madre tiene una contención y preparación integral desde la gestación, sus hijos van a tener más lenguaje, mayor capacidad cognitiva y de autorregulación y un desarrollo emocional más armonioso", concluye Puga.

"Acá aprendí a tranquilizarme. Si ella llora, no me desespero, porque sé cómo calmarla"
EDITH PAULINO Y ANTONELLA

"Siento que mi hija me entiende y hace caso. Si le digo 'eso no se toca', ella no lo hace".
CLAUDIA MARTINI E ISIDORA

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