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Estrategias de comunicación y acogida:

Los niños autistas representan un desafío que la atención de salud debe abordar

lunes, 03 de julio de 2017

Sebastián Urbina
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Debido a lo difícil que es comunicarse con ellos, los padres son fundamentales para lograr un diagnóstico certero, ya que son los que mejor los conocen. Hoy falta capacitar a los profesionales para que aprendan a relacionarse con estos pacientes.



Cuando Valeria (44) comenzó a sospechar que su hijo Rafael (9) tenía problemas en su desarrollo, el niño tenía más de un año de edad. "Era silencioso, hablaba poco e imitaba los sonidos que escuchaba. Se concentraba mucho y repetidamente en los juguetes, y buscaba poco a las personas", explica.

Poco tiempo después, un neurólogo le hizo el diagnóstico de trastorno general del desarrollo, y alrededor de los tres años le dijeron que tenía trastorno del espectro autista. Una condición que conlleva una serie de retos al momento de recibir atención de salud. "Sacarle sangre o hacerle un electroencefalograma es todo un desafío", dice Valeria.

Pero incluso algo que parece sencillo, como que el médico examine al niño en la consulta, puede no serlo. Se trata de menores que muchas veces son muy sensibles y no se dejan tocar. Además es difícil comunicarse con ellos (ver recuadro).

Por esto, cuando la doctora Ana María Herrera -pediatra broncopulmonar de Clínica Santa María- atiende a Rafael por problemas de alergia y asma, le pide a Valeria que le ayude a contenerlo o, si no se deja tocar, le da las indicaciones para que ella le ayude a examinarlo.

"A veces hay que contener a estos niños entre dos o tres personas", dice la especialista. "Además, como no se pueden comunicar bien, tenemos que confiar totalmente en lo que los papás nos dicen para hacer el diagnóstico", agrega.

Relación médico-padres

"Hay que incorporar a los padres a la atención, porque son los que más conocen al niño. Y también hay que tener un vínculo de confianza con los papás, porque eso lo percibe el niño y ayuda mucho", explica el odontólogo Marcelo Valle, de la Clínica de Cuidados Especiales de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile. Allí, un equipo multidisciplinario, que incluye psicólogo, fonoaudiólogo, kinesiólogo y pediatra, entre otros profesionales, atiende a estos niños.

Para lograr una cercanía con ellos, les facilitan fotos de cada uno de los integrantes del equipo. "También tenemos dibujos, caricaturas y esos monos japoneses tejidos a crochet (amigurumis) que nos representan", agrega Valle.

La idea es darles una atención de calidad y evitar a toda costa tener que administrarles anestesia general para tratarlos, algo que antes era habitual.

"Lo importante es que estos niños tienen sus claves para poder acercarnos a ellos y atenderlos bien", dice el doctor Ricardo García, psiquiatra infanto-juvenil del Programa de Trastorno del Espectro Autista de la Clínica Psiquiátrica de la U. de Chile. Él recomienda que los padres tengan una lista escrita con lo que les gusta y lo que no. A veces, el niño tiene una figura regalona que los tranquiliza, como un dinosaurio. O la música de una película que les gustó, y los papás la pueden tener en el celular.

A estos niños hay que prepararlos antes de que se atiendan. "Se les puede explicar con dibujos cómo va a ser el examen médico", dice el doctor Matías Irarrázaval, psiquiatra de niños y adolescentes, e investigador del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (Midap). En su opinión, en el país hay una formación escasa en este tema. "Se requiere que las carreras de la salud incorporen en su malla curricular estos contenidos sobre cuidados para personas con necesidades especiales", agrega.

En tanto, la doctora Herrera reconoce que con paciencia ha ido ganando experiencia. "Esto gracias a que intuitivamente he desarrollado habilidades para atender a estos niños", dice.

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