LONDRES.- Un petróleo caro afecta a ciertas economías y sectores económicos, al tiempo que beneficia a los países productores y a grandes sectores industriales.
Los perdedores
—Los países menos desarrollados, que se ven obligados a importar todo su petróleo: la subida de los precios, que repercute en el coste de los carburantes, amenaza con paralizarlos y entorpece sus esfuerzos por reducir la pobreza.
—Las compañías aéreas, grandes consumidoras de queroseno, que ven reducidos sus márgenes, y en general los transportistas.
—Los otros sectores consumidores de petróleo y carburantes, cuya factura energética sube, como la industria pesada, la pesca y la agricultura en general.
—Los automovilistas, para quienes llenar el depósito de gasolina supone un golpe a su presupuesto financiero.
Los ganadores
—Los países productores, en particular las monarquías petroleras del Golfo (Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar), que aprovechan este maná para multiplicar los proyectos inmobiliarios colosales, las compras de empresas y de grandes plazas bursátiles occidentales.
—Las grandes compañías petroleras, que acumulan beneficios récord a pesar de unos costos de explotación cada vez más altos.
—Los actores lanzados en el desarrollo de energías alternativas: fabricantes de paneles solares, industriales del sector eólico, agricultores que desarrollan cultivos de cereales para la producción de biocarburantes.