Aislamiento a Qatar pone en duda la continuidad de su ciudad universitaria
lunes, 19 de junio de 2017
M. Cordano
Educación
El Mercurio
Aunque en algún minuto se publicitó como el país del Medio Oriente más estable y seguro para los estudiantes, es probable que la actual crisis genere recortes presupuestarios y un importante daño de imagen.
Desde 1997, existe en Qatar un terreno de 14 km cuadrados destinado a albergar las sedes de algunas de las universidades más prestigiosas del mundo. Entre ellas destacan las estadounidenses Georgetown, Cornell, Texas A&M, Carnegie Mellon y Northwestern, además de la canadiense Calgary, la francesa HEC Paris y la University College de Londres, original del Reino Unido. Bajo el auspicio de la Fundación Qatar -organización que entrega fondos para instalar y mantener cada uno de estos campus en funcionamiento-, la ciudad universitaria de Doha nació para que los estudiantes del Golfo Pérsico recibieran educación de calidad sin necesidad de dejar la zona, contribuyendo a disminuir la fuga de talentos. Bajo este contexto, a los profesores extranjeros que optaron por vivir en Qatar se les prometió desarrollarse en un destino que era sinónimo de estabilidad y seguridad. Esta última afirmación quedó en entredicho hace unos días, cuando una serie de países árabes -Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, entre otros- rompieron relaciones con Qatar, acusándolo de apoyar a grupos terroristas como Al Qaeda. "Si el país empieza a ser visto internacionalmente como un lugar peligroso para vivir y estudiar, eso podría socavar la marca que la Fundación Qatar ha construido tan cuidadosamente y que permitió potenciar la imagen de esta nación como un lugar seguro para venir a experimentar esta zona del mundo", comenta a "El Mercurio" Kristian Coates Ulrichsen, especialista en estudios del Medio Oriente y académico de la Universidad de Rice, en Estados Unidos. "En cuanto a los países en disputa, es probable que los estudiantes egipcios sean los más numerosos en Qatar. Muchos de ellos estarán observando atentamente para ver si el gobierno egipcio impone restricciones sobre su capacidad de viajar y vivir allí", agrega Coates Ulrichsen respecto de algo que todavía no se ha podido aclarar: hasta agosto, la mayoría de las universidades van a estar cerradas por vacaciones. Estrés financiero A través de un comunicado, la Universidad de Virginia Commonwealth en Qatar indicó que "todavía es muy temprano para saber el verdadero impacto que esto va a tener en los planes de nuestros estudiantes, de nuestra planta académica y de otros empleados. Los representantes de la universidad en Doha están en contacto con la embajada de Estados Unidos, con decanos que tienen sedes en la ciudad universitaria, además de directores de la Fundación Qatar. Queremos saber si existen planes de contingencia relacionados con la situación diplomática que se vive; estamos monitoreando esto muy de cerca". Mientras Texas A&M dijo estar "en permanente contacto con los alumnos" para informarles de cualquier inconveniente que pueda surgir con la vuelta de clases, Calgary dijo estar monitoreando que la seguridad de empleados y alumnos no se vea alterada. Por ahora, el establecimiento lanzó un comunicado diciendo que it's business as usual (es decir, que todo funciona como siempre). La firma Times Higher Education es poco optimista. En su página web, la organización británica indica que "este centro de educación está irreparablemente dañado" por la crisis de Qatar. A esto se agrega que "la Fundación Qatar ha pasado por varios años de recortes presupuestarios bastante grandes. Por lo mismo, no parece estar tratando de ampliar el número de universidades extranjeras en este momento. De hecho, la University College de Londres anunció recientemente que abandonaría Qatar cuando su contrato de diez años expire en 2020", indica Kristian Coates Ulrichsen. "Si las medidas contra Qatar llevan a un mayor estrés financiero en la economía qatarí, en el futuro se podrían ver muchos recortes presupuestarios adicionales".
