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Tras dos años de crisis, sanciones internacionales y baja en el precio del petróleo:

Rusia logra salir de la recesión, sigue atrayendo inversiones, y Chile busca formalizar una relación comercial

domingo, 18 de junio de 2017

Constanza Capdevila de la Cerda
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Pese a la "trama rusa" y a diversos desafíos económicos que enfrenta, el país que hoy será escenario del debut de la Roja en la Copa Confederaciones sigue siendo objeto de interés para Chile. Nuestro país busca negociar un acuerdo en bloque con ellos a través de la Unión Económica Euroasiática.



Hoy Rusia estará presente, a través de los televisores, en la mayoría de los hogares chilenos. A las 14:00 horas se enfrentan las selecciones de fútbol de Chile y Camerún, en lo que será el debut para nuestro país en la Copa Confederaciones 2017, en el estadio Otkrytie Arena, que pertenece al Spartak de Moscú.

Pero la visibilidad que este año ha tenido Rusia en el mundo trasciende con mucho estos juegos deportivos. Y es que al margen de "la trama rusa", como se les ha denominado a las acusaciones de espionaje en las últimas elecciones de Estados Unidos, este año, además, el 25 de octubre -o 7 de noviembre, dependiendo del calendario considerado-, se conmemorarán los 100 años de la revolución bolchevique, que en 1917 cambió los destinos de esa nación, la llevó por la senda del comunismo y la economía centralmente planificada y, a la postre, alteró la relación entre Occidente o Oriente.

Hoy, además, a 25 años de que comenzara a desmoronarse aquel modelo y la URSS propiamente, la economía de Rusia -la sexta del mundo en 2016, según el FMI- está viendo la luz al final del túnel y, al parecer, dejando atrás dos años de recesión.

Es que la caída del precio del petróleo de los últimos años en el mundo y las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, por tensiones geopolíticas, golpearon fuertemente a Rusia, que hoy muestra en diversos indicadores signos de recuperación.

"La economía rusa ha salido de la recesión. La crisis ha terminado", dijo el jueves el Presidente ruso Vladimir Putin, en un programa en vivo transmitido por la televisión de ese país. Según JP Morgan, con cifras dadas a conocer el 9 de junio, en el primer trimestre, Rusia acumula un alza del PIB del 1,7%.

También la inflación está mostrando signos de mejoría, con una proyección de 4,1% para este año, en concordancia con la meta fijada por el Banco Central Ruso, o "Bank Rossii". Se trata de la cifra más baja desde que se disolvió la URSS, en 1991. Baste decir que en 1993 este índice llegó a 840% y el año 2000 a 20,2%.

El Banco Mundial también ha apoyado la tesis de la recuperación. En un informe publicado el 23 de mayo, el organismo concluye que "la economía rusa ha pasado de la recesión a la recuperación". El autor de la publicación, Apurva Sanghi, director del Banco Mundial para la Federación Rusa, precisa a "El Mercurio" desde Moscú que el país está mostrando signos alentadores que demuestran una clara mejoría.

"Nuestra proyección es un crecimiento de la economía de 1,3% para este año y de 1,4% tanto en 2018 como en 2019", adelanta Sanghi.

Los expertos consultados coinciden en que los factores determinantes en esta recuperación son la estabilidad macroeconómica y la mejora en los precios del petróleo, industria de la que Rusia depende enormemente. El 58% de sus exportaciones se explica por los envíos de crudo, petróleo y gas natural, y los principales destinos son Europa (60%) y Asia (30%). Estados Unidos, África y Latinoamérica, en conjunto, representan menos del 5%.

Para este año, estimaciones del Banco Mundial sitúan el precio del barril de petróleo en US$ 55, y para el 2018 y 2019 los valores serían de US$ 60 y US$ 61,5, respectivamente.

También han influido positivamente una política fiscal orientada a reducir el gasto fiscal y la leve mejoría en el desempleo, que este año se espera que sea de 5,1%, de acuerdo al FMI.

En términos de deuda externa, en 1999 esta se situaba en US$ 138 mil millones, un 78% del PIB ruso. Para comienzos de 2015 ya se había reducido a US$ 41.500 millones.

Aumenta la inversión extranjera, incluida la de Estados Unidos

El jueves, Putin aseguró que el país ha debido buscar ideas para contrarrestar la fuerte dependencia en sus exportaciones energéticas. Aprovechó también de mandarle un mensaje a Estados Unidos, calificando la decisión del Senado norteamericano de imponer nuevas sanciones como un intento de Occidente por "contener a Rusia, pero que solo han logrado lo contrario: fortalecerla", dijo a los televidentes.

El miércoles, la Cámara Alta en Washington, en su mayoría Republicana, apoyó la moción de aplicar medidas contra sectores económicos clave para Rusia (gas y petróleo), por haber supuestamente intervenido en las elecciones presidenciales de diciembre de 2016. El año 2014, y junto a la Unión Europea, ya habían castigado a este país por la anexión de Crimea, su apoyo a los separatistas en Ucrania y, también, al régimen sirio.

Pero a pesar de este panorama geopolítico, los capitales extranjeros parecieran haber perdido el temor en Rusia. "Durante el primer trimestre, la inversión directa desde el extranjero en la economía rusa ha ascendido a US$ 7.000 millones, el mejor resultado del primer trimestre de los últimos tres años", declaraba Putin a los asistentes al Foro Económico Internacional, realizado en San Petersburgo el 2 de junio.

A su vez, un estudio de la empresa consultora EY, publicado en su sitio web el 1 de junio, informa que Rusia ha subido a la séptima posición entre los países de Europa más populares como destino de capitales foráneos.

Por bloques, Europa occidental sigue siendo el mayor inversionista. En 2016 los capitales de esta región iniciaron 98 proyectos en Rusia, una cifra similar a las 100 iniciativas del año anterior. Alemania y Estados Unidos lideran en número de proyectos.

"La cantidad de proyectos con participación alemana se ha incrementado en casi 20%, desde 36 hasta 43 iniciativas. Estados Unidos ha batido un récord en Rusia en 2016, con un 31% de aumento, hasta alcanzar los 38 proyectos, el mayor índice desde que se recaba esta información", señala Alexander Ívlev, socio gestor de EY en Rusia.

Desafíos: competitividad y productividad

A pesar de esta mejoría descrita, Rusia sigue teniendo enormes desafíos. El crecimiento sostenido y a largo plazo, como advierten economistas internacionales, está frenado por la baja en los niveles de productividad.

"Aumentar la productividad es fundamental para lograr un crecimiento inclusivo, sostenible y acelerado. Además, enfrentar situaciones demográficas, como el envejecimiento de la población, y mejorar la competitividad le permitirá a Rusia aprovechar este impulso que hoy está viviendo", precisa en su informe el Banco Mundial.

En el detalle, la publicación identifica ciertos elementos que hoy hacen de Rusia una economía menos competitiva: el clima de inversiones, la falta de suficiente competencia, barreras físicas y no físicas en términos de infraestructura y conectividad. También la escasa innovación a nivel de empresas y la desproporción que existe entre el talento disponible y las reales necesidades del mercado laboral. Finalmente, hace hincapié en lograr más acceso a salud y educación de calidad.

El FMI también ha dado a conocer su opinión, tras una visita oficial realizada en mayo último a Rusia.

"La economía está saliendo de una recesión de dos años, gracias a la efectiva respuesta de las autoridades y las políticas implementadas para amortiguar los embates. Los riesgos de corto plazo, provenientes de mercados financieros volátiles y precios del petróleo, han disminuido. No obstante, el crecimiento a mediano plazo se espera que llegue a 1,5%, debido a cuellos de botella estructurales -demográficos y tecnológicos-, y los efectos de sanciones que podrían alejar a los inversionistas", publica el FMI.

La entidad señala que son cuatro las grandes tareas que Rusia debe poner en ejecución para sentar las bases para un nuevo modelo de crecimiento. La primera, introducir una regla fiscal que ancle la consolidación y genere provisiones suficientes que, indirectamente, amortigüen el impacto en la economía de la volatilidad de los precios del petróleo.

En segundo lugar, es fundamental alcanzar la meta de 4% de inflación y, a la vez, continuar con una flexibilización gradual de la política monetaria que sea capaz de contener los riesgos inflacionarios y los riesgos que supone la recuperación económica. Como tercer aspecto, impulsar reformas en el sector financiero que apoyen el crecimiento y, por último, avanzar decisivamente en una agenda de reformas estructurales que mejoren el potencial de crecimiento, con énfasis en sectores que no sean solo commodity .

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