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Ron Davis Álvarez, profesor de la orquesta de niños refugiados de Suecia:

"No es fácil cambiar el sonido de una bomba por los aplausos de un auditorio"

lunes, 12 de junio de 2017

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Los buenos resultados de su trabajo llevaron a que este año, el venezolano fuera destacado como uno de los mejores profesores del mundo.



Ron Davis Álvarez (31) tenía siete años cuando escuchó a Beethoven, Mozart y Tchaikovsky por primera vez. Lo hizo mientras vendía helados en el negocio que su abuela abrió en su casa de Guatire, pueblo venezolano al que llegó con su mamá y hermanos después de dejar Caracas en búsqueda de más oportunidades.

"Al frente estaba una escuela de música que forma parte del programa de orquestas y coros más importantes del movimiento musical del mundo, que en la actualidad inspira a más de 65 países y atiende a casi un millón de niños y jóvenes en Venezuela. El programa -que utiliza la música como herramienta de integración social- fue creado hace 42 años por el economista y músico venezolano José Antonio Abreu", cuenta Álvarez sobre El Sistema, el método que apunta a mejorar la condición social de los escolares, enseñándoles a tocar uno o más instrumentos.

Parte de la filosofía de este programa "es la práctica y la enseñanza colectiva de la música para desarrollar comunidades y alejar a los niños de la delincuencia y los vicios", explica el venezolano, quien tentado por lo que escuchaba desde el almacén que atendía, a los 10 años comenzó a estudiar música. Desde entonces, no paró: mientras que a los 14 años ya daba clases a otros, a los 16 asumió como director de la misma escuela que lo formó.

Traumas a un lado

En la actualidad, Ron Davis Álvarez acapara miradas desde Gotemburgo, lugar donde dirige la Orquesta de Sueños, una agrupación integrada por 42 jóvenes, en su mayoría refugiados que llegaron a Suecia provenientes de Siria, Afganistán, Albania, Eritrea e Irán. Inspirado en El Sistema, el objetivo de la orquesta es que los niños generen una conexión más fuerte con su nuevo país y así logren integrarse de mejor forma a él.

"El arte, en especial la música, es un canal flexible y adaptable a situaciones de emergencia: permite la expresión del ser humano y el desarrollo de su sensibilidad sin tener un lenguaje que lo limite", plantea Álvarez.

"En los ensayos ellos comparten sus historias conmigo. Antes de un recital, uno de los chicos de la orquesta me dice que estaba nervioso y muy emocionado. Este niño había caminado kilómetros para salir de Siria rumbo a Turquía. Después de pagarles a unos traficantes, se había subido a un improvisado bote de caucho, junto a más de 40 personas, para llegar a Grecia, dejando a su familia en su país. Para llegar a Suecia cruzó las fronteras de más de ocho naciones, pasando frío y hambre; durmiendo en el suelo. ¡Y este niño de 14 años estaba nervioso por tener un concierto!", cuenta.

El objetivo de la Orquesta de Sueños no es que los estudiantes se vuelvan necesariamente profesionales, sino que de a poco logren desligarse del trauma que acarrean, aumenten su confianza y conozcan a otras personas que viven situaciones similares a las suyas, creando indirectamente un grupo de apoyo.

"No es fácil cambiar el sonido de una bomba por los aplausos de un auditorio", comenta el profesor, quien gracias a su trabajo con comunidades vulnerables, fue destacado por la Fundación Varkey como uno de los mejores profesores del mundo. La organización reúne anualmente en Dubái a los educadores que, gracias a su trabajo, están generando cambios importantes en la vida de sus alumnos. Este año, Ron Davis Álvarez ofreció una conferencia sobre educación en emergencia, junto a la directora de la Unesco, Irina Bokova.

Adaptaciones

Según destacó durante el encuentro, para comunicarse con sus alumnos -en una clase se pueden reunir niños que hablan hasta siete idiomas distintos- un gran aliado son los movimientos de manos, además de los jóvenes que entienden inglés y ayudan traduciendo.

"Más allá de la barrera del idioma, se trata de entender las diferencias culturales y religiosas. Por ejemplo, hay conmemoraciones que para unos musulmanes significan una celebración y para otros, es un duelo. Entonces unos tienen prohibido escuchar música. Pero eso no nos detiene; en esas semanas estudiamos teoría musical", ejemplifica sobre las adaptaciones que va haciendo en el camino.

Respecto de sus reconocimientos y vida como director artístico de El Sistema en Suecia, Ron Davis Álvarez comenta que "a los 18 años y mientras iba a la universidad, no podía imaginar que aquel joven que vendía películas en la calle junto a su mamá, que se disfrazaba de payaso para animar fiestas infantiles o que buscaba algunos tarantines -cachivaches- en el basurero para formar la sala de su casa, hoy pueda inspirar a través del poder transformador de la música".

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