La idea surgió mientras ocurrían los grandes incendios de comienzos de año en la zona centro-sur de Chile. En la comunidad de Facebook, Pewos -dedicada a compartir información útil sobre perros, además de organizar campañas solidarias y educar sobre tenencia responsable-, hicieron una colecta para llevar ayuda a los damnificados por los siniestros. Tras recorrer las áreas afectadas de la VII Región, se les ocurrió otra idea, una que realizarían después que pasara la emergencia: intentar reforestar el bosque rápidamente para que aquellos animales que se quedaron sin su ecosistema volvieran a los lugares desde donde debieron huir. Y en una técnica pionera en el mundo, equiparon a tres border collies con semillas para ayudarlos a replantar parte de los bosques quemados de esa región. La primera fase de la "operación reforestación" fue localizar los sectores donde harían la intervención. Para eso, recorrieron zonas afectadas como Colín y Linares de Perales, ubicadas a menos de 20 kilómetros de Talca. Francisca Torres, fundadora de Pewos, entrena perros de asistencia y Das, su propia border collie, la acompañó a esas primeras etapas de reconocimiento. En la fase de replantación, cuatro personas y tres perros (equipados cada uno con una pequeña mochila con agujeros para liberar lentamente el contenido) recorrieron los lugares esparciendo las semillas que incluyen, por ejemplo, flores como diente de león, caléndula y amapolas, pastos como avena y trébol, y árboles nativos como quillay, boldo y peumo. La idea de llevar a las tres border collies (Das, Summer y Olivia) va de la mano con el espíritu de la comunidad que crearon y porque los perros les permiten abarcar mucho más terreno de lo que ellas pueden, además de llegar a lugares elevados de difícil acceso para los humanos. "Como yo sé que la Das tiene bien lograda su obediencia, y que si ve a un conejo o un zorro no le va a hacer nada, me atreví a hacer esto de las semillas con ella. Además, está el tema de la distancia que pueden recorrer", explica Torres. La relación humano-canina ha sido parte importante desde los albores de la civilización y las tareas que los canes pueden hacer ahora junto con los seres humanos van en aumento. Estudios recientes sugieren que la relación entre humanos y perros prehistóricos habría comenzado entre 11 y 16 mil años atrás. Las teorías apuntan a que ambas especies reconocieron el beneficio de trabajar en conjunto en esos difíciles tiempos. Así habría nacido uno de los lazos más importantes en la historia de la humanidad y que se mantiene inexorable hasta este día, aunque ha ido modificándose gradualmente con el paso de los siglos: los perros pasaron de ser meros rastreadores o cuidadores a desempeñar actualmente un rol importantísimo como compañero del ser humano. Tanto así que gran parte de la sociedad los ve como un miembro más de la familia. Las consecuencias del fuego Entre enero y febrero de este año, la zona central de Chile sufrió la peor ola de incendios de su historia. En el peak de la emergencia había más de 140 incendios activos en el país, que afectaron en total más de 580 mil hectáreas, según información recogida por Conaf. Además de casas y terrenos, once personas perdieron la vida, al igual que un indeterminado número de animales. Aquellos que no fallecieron, se encontraron con un panorama desolador después de que el fuego cesó: su hábitat había desaparecido por completo. Zorros, conejos, monitos del monte, pudúes, ratones, lagartijas y todo tipo de aves e insectos, se vieron obligados a abandonar el ecosistema del que eran parte. Según datos entregados por el Ministerio de Medio Ambiente, más de 185 especies de animales fueron afectadas por los siniestros. "Un día, uno de los dueños de caballos más afectados de la zona nos contó que se le quemó todo y que no iba a tener con qué alimentarlos. Todo estaba negro. Que lo único que podíamos hacer era sembrar un poco", cuenta Torres. Fue luego de esa conversación que nació la idea de crear un equipo y reforestar rápidamente aquellas áreas quemadas y así volver a dar una luz de esperanza tanto a personas como animales. La iniciativa tomó forma y, junto con una ingeniera agrónoma perteneciente a la comunidad, acotaron una lista de semillas que querían recolectar para luego esparcir en esos terrenos inertes. Algunos pensaron que el resultado no iba a ser exitoso, pero ellos decidieron seguir a pesar de esas dudas. "Cuando propusimos la idea, muchos dijeron que el suelo iba a estar acidificado, que no iba a salir nada, que las semillas se iban a perder... Recibimos todo tipo de críticas, pero decidimos intentarlo igual. Al principio llevamos las semillas a un área superacotada y funcionó. Ahora si vas ahí, está muy verde. Incluso hay flores", asegura Torres. Fue el 29 de marzo, casi un mes y medio después de los incendios, que el grupo fue a esparcir esas primeras semillas. ¿Cuánto se demora un ecosistema en volver a funcionar? Es relativo, según explica el doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción Pedro Victoriano. "Va a depender mucho del estado sucesional en el que estaba el lugar cuando ocurrió el siniestro. Si el área que se incendió tenía un cierto grado de madurez del ecosistema en cuanto a biodiversidad, con árboles y todo tipo de vegetación, se va a demorar mucho más que aquella que tenía una forma predominante en pastizales, matorrales y otras plantas. Por ejemplo, el bosque nativo maduro demora cientos de años en volver a ser lo que era", apunta el científico. Para Victoriano, lo ideal habría sido tener datos actualizados de la estructura vegetacional de los sectores a reforestar antes de empezar a esparcir las semillas, pero valora que esta replantación permita solucionar en parte el problema de la erosión. "Lo ideal sería que los propágulos (semillas) que se usen en el sector a reparar sean de poblaciones lo más cercanas posibles al área en que se está restaurando. La probabilidad que sobrevivan las plantas y que permitan la llegada de los colonizadores animales depende de la procedencia de los propágulos. Si son de un clima distinto, no sobrevivirán", recalca. Escuadrón canino Las tareas de reforestación que realizan las border collies de Pewos en los bosques de la VII Región no tienen símil en ninguna parte del mundo y demuestran el amplio abanico de tareas que pueden realizar los perros con el adecuado entrenamiento. Según los expertos, las razas que tenían tareas de pastoreo o cacería junto al ser humano hace miles de años son las más "entrenables". "La raza más receptiva para el adiestramiento y que aprende mucho más rápido, es sin duda, el border collie", afirma José Manuel Leal, profesor de Biología y entrenador de perros de Adiestramiento.cl. Todos los canes pueden ser entrenados, pero hay algunos que tienen mayor capacidad para el aprendizaje. "Hay perros que son súper inteligentes para resolver sus propios problemas; por ejemplo, los terriers, pero son difíciles de adiestrar. Entrenar significa que el perro haga algo que tú quieres que haga y los terriers usualmente hacen las cosas que a ellos les gustan", explica Leal. Eso casi no ocurre en razas como Labrador, Golden Retriever y Border Collie. "Esas razas tienen una mayor capacidad de servir o complacer al hombre. Son perros de trabajo que se sienten contentos cuando pueden ayudar en algo a su amo o disfrutan haciendo cosas junto al ser humano", apunta el profesional. En cada trayecto, las border collies de Pewos pueden recorrer en promedio más de seis kilómetros. La ruta es casi libre para Das, Summer y Olivia, que al correr van botando las semillas que llevan en sus mochilas y dan el inicio a la replantación de esas áreas carentes de vida. La otra parte la hace la lluvia y la propia naturaleza. Los resultados que se han visto en menos de dos meses han sido espectaculares. Muchos de los sectores por donde pasó el "escuadrón" se encuentran con vegetación y ya se pueden ver algunos seres vivos volviendo a habitar esos bosques. Llevan hasta el momento más de nueve lugares por donde han pasado y la idea es que sigan haciéndolo antes de que llegue el invierno. "Ojalá que desde ahora y hasta fines de 2018, puedan germinar flores tanto para las abejas como para otros insectos. Por eso, aparte de pasto y hierba, plantamos flores. Para que lleguen los polinizadores. Esa fue la idea desde el comienzo", recuerda Francisca Torres. Tanto ella como sus perros seguirán recorriendo caminos poco transitados y lugares remotos para tratar de devolverle vida al bosque chileno.