Los drones son ahora más inteligentes, se controlan con gestos y usan realidad virtual
domingo, 28 de mayo de 2017
Alexis Ibarra O.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio
Estos aparatos están sumando tecnología que los hace cada vez más fáciles de manejar e ideales para tareas de mayor dificultad.
La última década marcó el "despegue" de los drones como un producto de consumo masivo. De a poco se convirtieron en dispositivos de entretenimiento, tanto por el placer que significa manejarlos, como por su capacidad para lograr fotografías y videos en ángulos y perspectivas antes imposibles. El concepto de dron no es nuevo. Se denomina así a toda nave no pilotada, aunque los profesionales prefieren usar la denominación UAV ( unmanned aerial vehicle ). Los drones de uso militar incluyen aviones de largo alcance y autonomía, mientras que un dron de uso masivo es una especie de minihelicóptero con cuatro rotores. "Día a día los drones se hacen más fáciles de controlar, sus baterías logran mayor autonomía en vuelo e incorporan cámaras de alta calidad, con sensores que pueden captar buenas fotografías con poca luminosidad, y capaces de grabar video en 4K", dice Rodrigo Salcedo, director de HStore, tienda especializada en estos dispositivos y que acaba de abrir en Chile su primer DJI Store de Latinoamérica. Existen drones para cada necesidad. Aunque es posible dividirlos en dos grupos: los que requieren licencia para manejarlos (que entrega la Dirección General de Aeronáutica Civil) y los que no. La diferencia radica en el peso; sobre 750 gr es necesario tener permiso. Con gestos Esta semana se anunció DJI Spark, un dron de tan solo 300 gramos. Se maneja con un celular o un control clásico, pero también puede ser operado mediante movimientos de las manos. Para lograrlo, usa dos procesadores de visión Intel Movidius Myriad. "Combinan el procesamiento tanto de algoritmos de visión geométricos tradicionales con los de 'aprendizaje profundo', es decir, Spark no solo consigue una percepción espacial, sino que tiene también conciencia del contexto", dice Remi El-Ouazzane, director de la división Movidius en Intel. Con solo apuntar la palma de la mano al cielo, Spark entiende que el usuario quiere que vuelva ahí. Si se dibuja un cuadrado con los dedos, el aparato comprende que debe sacar una foto, por ejemplo. También tiene un modo de vuelo, ActiveTrap, en que el usuario fija un objetivo (una persona o un auto, por ejemplo) y el dron lo sigue, manteniendo el encuadre de la cámara centrado en él. El problema es que la batería, por su tamaño, dura solo 16 minutos. En Chile, ya se vende el Mavic Pro, un dron de 680 gr que destaca por su tecnología LightBridge, una especie de wifi que permite controlarlo a una distancia máxima de 7 km. "Obtiene videos en 4K y tiene sensores para operar en el modo Flight Autonomy, que le permite evitar obstáculos evadiéndolos o desacelerando y así no sufrir daños", dice Roger Li, representante de DJI, fabricante de drones chino con el 70% del mercado mundial. Otra empresa es Parrot, que acaba de incluir tecnología de mapeo 3D, que permitirá que sus drones Bebop y Disco puedan crear mapas tridimensionales del área que sobrevuelan. Además de recreativos, este tipo de aparatos tendrán aplicaciones en áreas como la construcción o planificación urbana. También existen drones específicos para el rubro audiovisual. Es el caso del dron DJI Inspire 2, que graba video en 5,2K (una resolución muy alta). Es considerado el Ferrari de los drones, ya que alcanza una velocidad de 94 km/h. Esto le permite, por ejemplo, grabar desde el aire una persecución automovilística. También se puede combinar el uso de drones con el de anteojos de realidad virtual. Goggles, por ejemplo, permite ver lo mismo que está observando la cámara del dron. La tecnología también detecta el movimiento de la cabeza del usuario. Así, al rotarla hacia la derecha, por ejemplo, la cámara del dron también lo hace.
