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La historia del hombre clave en el título de la U:

Felipe Mora, un viaje a sus orígenes

domingo, 28 de mayo de 2017

Ramiro Fuenzalida Torres
Deportes
El Mercurio

El goleador del Clausura dio sus primeros chutes en la población Los Copihues de La Florida, donde vive toda su familia. Su padre, "9" igual que él, lo motivó en el fútbol, y de su abuelo heredó la sangre azul.



"¿Ve esa reja? Es azul, porque mi papá era tan fanático de la U que la pintó así y le dijo a mi mamá que no le cambiara nunca el color. Esa promesa se la vamos a cumplir. Siempre decía: 'Ojalá que mi nieto Felipe juegue en la U y salga campeón'. Era su sueño. Desde arriba debió ver el gol a San Luis, el del título". Mónica Mora, tía de Felipe Mora, el goleador y héroe de la 18ª estrella de Universidad de Chile, brilla al hablar de su sobrino y al recordar a su padre, Julio, el abuelo del atacante, quien falleció hace dos años y que en la última parte de su vida cada fin de semana preparaba sagradamente un termo de café y la colación del "Pipe" para llevarlo a la cancha.

"En la población Los Copihues de La Florida, la familia Mora Montecinos no es una más. Su historia también es nuestra. Felipe es un crack . No solo por lo que ha ganado, sino por cómo es: solidario, buen amigo y porque sigue siendo el mismo niño sencillo, querendón y apegado a los suyos", dice la señora Celinda, su primera entrenadora en el club del barrio, el "Resto del Mundo".

"Mi hermano Julio, el papá de Felipe, también jugaba de '9' y le decían 'Lete', por Juan Carlos Letelier", relata César Mora, tío del atacante de la U. "La infancia de Felipe transcurrió en esta casa de Los Copihues, todo pasó acá. Nosotros somos súper unidos y en ese entonces, mi hermano y mi cuñada construyeron un departamento atrás y se instalaron. Felipe jugaba desde los cinco años y cuando tenía 12, mi hermano se encontró en un banco con un entrenador de Audax y le comentó que tenía un hijo bueno para la pelota. Ahí empezó su historia", añade el tío del atacante.

"Siempre fue 'juguito de pelota' con los chiquillos de acá. Y no ha cambiado en nada. El miércoles vino y estuvo con sus amigos en la multicancha donde jugaban cuando chicos. En mi caso, dos hijas nacieron con una enfermedad terminal. Una falleció en enero y a Magdita, que estuvo de cumpleaños el viernes, Felipe siempre la regalonea y nos ayuda de muchas formas", revela César Mora.

"La señora Adriana, la abuela materna de Felipe, también ha sido muy importante en su vida. Cuando les salió su casa al Julio y la Paola (Aliaga, la madre del jugador), como tenían que trabajar, la abuela Adriana lo cuidó y lo regaloneaba", añade Mónica Mora.

"Esto que vive Felipe y nuestra familia es hermoso. Me emociona mucho verlo jugar en la U, era el sueño de mi marido. Nunca había ido al estadio, pero ahora no me pierdo partido. Estuve en la final y celebré el gol del título. Si se tiene que ir al extranjero, lo vamos a extrañar, y si sigue en la U, lo vamos a seguir regaloneando", dice María Magdalena Montecinos, la abuela paterna, en el hogar donde arrancó la historia del hombre-gol del campeón.

"Estando en la escuela de fútbol de la U, me saqué una foto con Rivarola. Hasta hoy bromeamos con Diego por esa imagen, por el peinado que él tenía, mientras que yo no he cambiado en nada".
FELIPE MORA Y UNA FOTO QUE DATA DEL AÑO 2000, CUANDO EL ACTUAL GOLEADOR AZUL TENÍA SIETE AÑOS Y RIVAROLA SE LUCÍA EN EL PRIMER EQUIPO DE LA U.

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