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Disidentes acusan manipulación de los números

CUT elige directiva en medio de nueva polémica: Central reconoce 158 mil socios y el Gobierno le atribuye 236 mil

domingo, 28 de mayo de 2017

Pablo Obregón Castro
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Las otras dos centrales vigentes alegan que el Ejecutivo apela a cifras "incomprobables" para favorecer la posición de la CUT y dejarla instalada como única representante de los trabajadores en el Consejo Superior Laboral, que es una instancia clave para determinar el destino de las platas sindicales incluidas en la reforma laboral.



En dos días, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) irá por su tercer intento eleccionario en menos de nueve meses, en medio de una crisis que ha dejado en evidencia la creciente fragmentación del movimiento sindical, su escasa representatividad y sus viejas rencillas por recursos públicos.

El que fuera presidente de la CUT durante doce años, Arturo Martínez (PS) está en plena construcción de una nueva central obrera, la que sería la cuarta organización de este tipo para un exiguo universo de seguidores: en Chile hay del orden de 940 mil trabajadores sindicalizados, equivalentes al 13% de la población asalariada. Y de ese número -de por sí escaso-, las tres centrales legalmente constituidas tendrían en total 252 mil adherentes, equivalentes al 3,4% de los asalariados del país.

Esta semana, además, el sindicalismo agregó un nuevo motivo de discordia, luego de que el Gobierno decidiera apuntar a la CUT como el único representante de los trabajadores en el Consejo Superior Laboral, que es la principal instancia creada por la reforma laboral para que Gobierno, empleadores y empleados discutan sobre políticas laborales y también sobre el destino de los millonarios fondos con que el Estado apuntala a estas organizaciones.

La CUT reconoce 158 mil trabajadores y el Gobierno le atribuye más de 236 mil

Hasta agosto de 2016, se suponía que la CUT era por lejos la multisindical más representativa del país, con un padrón de entre 400 mil y 500 mil trabajadores con cuotas al día, entre los que se contaban los sindicatos "inflados" descubiertos en esa instancia. Sin embargo, desde entonces la real representatividad de esta organización y de cualquiera de las otras centrales es un misterio.

"El Mercurio" tuvo acceso a un oficio de la Dirección del Trabajo, con fecha 13 de abril pasado, en que la autoridad le atribuye a la CUT una representatividad de 236 mil trabajadores, repartidos en 538 organizaciones activas, más 267 organizaciones en receso. El problema es que ni siquiera la CUT pone sobre la mesa esas cifras en sus procesos internos: para la elección de este martes, la CUT publicó un padrón oficial de 131 organizaciones y 158 mil trabajadores.

¿Qué ocurre? Que hay organizaciones afiliadas formalmente a la CUT que dicen tener 20 mil trabajadores, pero en la práctica solo pagan sus cuotas por la mitad de ellos. Y como para participar de la elección se requiere tener al menos un año de cuotas al día, los que no pagan, no figuran en el padrón.

Consultada la DT sobre las diferencias entre los números de la CUT y los que maneja la autoridad, señaló que las cifras registradas por este organismo se construyen con la información que las propias organizaciones sindicales entregan al momento de realizar algún acto formal, ya sea constitución de sindicato, renovación de directorio, reforma de estatutos, y lo que allí declaran como socios es el registro que se mantiene: "no tenemos facultad para requerir al sindicato la nomina de socios ni sus libros o registros".

La DT agrega que si una organización se afilia o desafilia de una central, ésta debe registrar dicho acto para actualizar la información del sistema: "si no lo realiza no contamos con elementos para definir quienes la conforman o no".

Diferencia de 68 trabajadores a 1 a favor de la CUT

En el oficio del 13 de abril también se revela la escasa representatividad que tendrían las otras dos multisindicales vigentes: la Central Autónoma de Trabajadores (CAT, creada en 1995) tendría solo 12.295 trabajadores y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT, fundada en 2014), apenas 3.465 afiliados, cifras que son rebatidas por estas dos organizaciones, las que se atribuyen más de 100 mil trabajadores cada una.

"La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) es la central sindical de mayor representatividad entre las tres centrales legalmente constituidas en Chile, en una proporción de 19 a 1 en relación a los afiliados de la CAT y en una proporción de 68 a 1 en relación al número de afiliados de la UNT", indica el oficio.

¿Pero por qué importan tanto las cifras que se atribuyen a uno y otro referente sindical? Las cifras contenidas en el oficio -según se desprende del propio documento- son las que utilizó el Gobierno para justificar su decisión de incorporar a tres dirigentes de la CUT como integrantes del Consejo Superior Laboral, que es una instancia tripartita creada por la reforma laboral.

Los integrantes que finalmente se sumaron a ese Consejo son los dirigentes de la CUT, Bárbara Figueroa (PC), Nolberto Díaz (DC) y José Sandoval (conductores de camiones). Los dirigentes de las otras centrales también aspiraban a integrarse.

Participar o no en el Consejo no es trivial. Es una instancia que tiene, entre otras misiones, la tarea de formular propuestas para la asignación de los fondos con que el Gobierno apoyará a los sindicatos. Se trata de tres fuentes de financiamiento consagradas también por la reforma laboral: los recursos asignados por la Ley de Presupuestos al Fondo de Relaciones Laborales Colaborativas ($1.022 millones para este año), más los recursos que se originen por las multas pagadas por prácticas antisindicales y las donaciones de terceros.

Los presidentes de la UNT, Segundo Steilen, y el secretario general de la CAT, Alfonso Pastene, acusan que, detrás de la decisión de dejarlos excluidos del Consejo y de favorecer a dirigentes de la CUT que ocupan cargos interinos, subyacen no solo razones políticas -la CUT es la central donde prevalecen los dirigentes de la Nueva Mayoría-, sino también la protección de intereses económicos, toda vez que los fondos de la Subsecretaría del Trabajo son una de las principales fuentes de financiamiento de la actividad sindical en el país.

"En el Consejo, el gobierno no quiere voces disímiles, ni que haya fondos para que se puedan educar y formar otras organizaciones que no sean las que estén bajo el amparo de la CUT, las que obedecen a los partidos de la Nueva Mayoría", indica Pastene.

"Nosotros vamos a recurrir a los tribunales juntos con la CAT", agrega Segundo Steilen.

"El Mercurio" intentó obtener la visión de la presidenta interina de la Central, Bárbara Figueroa, sin respuesta.

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