lunes, 05 de noviembre de 2007
EDUARDO OLIVARES C.
Economía y Negocios
El economista plantea que el Gobierno podría reponer el mismo proyecto de ley que Bachelet tramitó cuando era ministra de Defensa.
Este lunes parte a Varsovia y luego sigue a Moscú y Londres. "Cada vez tengo más viajes", cuenta el economista Mario Marcel, socio de la consultora Politeia. El 15 de noviembre tiene agendado otro compromiso: exponer en un seminario organizado por la Caja de Compensación Los Héroes, sobre el comportamiento de los adultos mayores para el retail.
Los intereses de este especialista en políticas públicas son múltiples. Y uno a los que más tiempo dedicó en su período de director de Presupuestos (2000-2006) fue cómo modificar el peso fiscal que significa el sistema previsional de las Fuerzas Armadas.
Según cálculos que hacía entonces, la mitad en el aumento del gasto previsional se lo llevaban 150 mil personas de las entidades castrenses, y la otra mitad se repartía entre 1,5 millón de chilenos. "Es una situación injusta", comenta. Es más: el gasto de pensiones en Defensa es mayor al de personal, describe."Es un tema pendiente y cuanto antes se resuelva, mejor", plantea como propuesta al gobierno. Recuerda que la reforma previsional a las Fuerzas Armadas estaba contenida en un proyecto de ley de 2004 que impulsó la entonces ministra de Defensa y hoy Presidenta de la República, Michelle Bachelet. "Por razones políticas (a Bachelet le estaba yendo bien en las encuestas presidenciales), la oposición le votó en contra el proyecto en el Congreso", cuenta.
"Creo que siempre es un buen momento para reintentar este tema", apunta. Y dice que es perfectamente posible reponer la misma iniciativa, que, entre otras materias, restringe el privilegio de las hijas de los militares jubilados que perciben extensas pensiones.
La reforma principal
Pero eso será materia de una nueva discusión. Mientras tanto, observa atento el curso del proyecto de ley sobre reforma previsional -así, a secas-, que crea un Pilar Solidario e introduce modificaciones a la industria.
Como presidente de la Comisión para la Reforma Previsional, Marcel habla con autoridad. Está contento con el debate parlamentario y estima que se cumplirá con los plazos para entregar los primeros beneficios a mediados del próximo año.
Cree que el Congreso mejoró el proyecto con sus modificaciones al Seguro de Invalidez y Sobrevivencia, pero, por otro lado, siente que se le ha dado demasiada importancia a si deben entrar los bancos al negocio previsional o no.
A su juicio, la inyección de mayor competencia es más eficiente si se separan la administración de las cuentas de los afiliados con la inversión de los fondos.
Reconoce que se genera un problema respecto del pago del IVA, pues las AFP tendrían que pagar ese impuesto si subcontratan un servicio de administración, cargo del que hoy están exentas al realizar ellas mismas esas funciones.
Marcel postula que no haya exención, pero que el IVA se les devuelva a los afiliados, de modo que éstos así neutralicen el mayor costo de administración que cobrarán las AFP. Sobre el BancoEstado, piensa que sería bueno su ingreso si su objetivo será captar a trabajadores que no cotizan, como los independientes.
Ante las críticas de la economista Alejandra Cox Edwards, quien espera que la reforma no se apruebe porque teme que la Pensión Básica Solidaria (PBS) desincentive el ahorro de los cotizantes, es más reacio.
"Los súper expertos en pensiones, como Alejandra Cox Edwards, están muy enamorados de sus modelos", dice Marcel.
Agrega que para eso se han hecho encuestas de protección social, que dan cuenta de cuán necesarios son los beneficios que entregará el proyecto de ley.
"Por razones políticas (a Bachelet le iba bien en las encuestas presidenciales), la oposición le votó en contra el proyecto en el Congreso"
Subsidio al adulto mayor
Mario Marcel critica cierto reduccionismo cuando se habla de los adultos mayores. "Se les da mucha importancia a las pensiones y hay otros temas que son tanto o más relevantes", afirma.
En particular, estima que sería buena idea focalizar un subsidio a la contratación para personas mayores de 50 años, para quienes resulta muy difícil reincorporarse al mercado laboral cuando quedan cesantes. En los países desarrollados suelen implementarse políticas laborales ad hoc, dice.
Considera que ahora que la tasa de desocupación está bajando y se descomprime el uso de los actuales subsidios, bien pudiera cambiarse su mecanismo desde uno general a uno focalizado tanto en jóvenes como en adultos, y todo con la misma plata. "Si bien puede contribuirse desde el Estado a un subsidio al salario -explica-, también puede hacerse en capacitación o en inserción en programas sociales".
