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Local de Vitacura, que abrió sus puertas en 1994, fue destruido por el fuego

Incendio de Las Urracas: vida, pasión y muerte de la "disco" más insigne de Santiago

viernes, 19 de mayo de 2017

Nicolás Álvarez Arrau
Nacional
El Mercurio

Figuras de la farándula y del deporte nacional desfilaron por sus pasillos.



Fue en un instante. Y por razones que aún se investigan, según Bomberos. Las llamas que se propagaron desde las entrañas de la discoteque Las Urracas, en Vitacura, terminaron ayer con el escenario de un carrete que se inició hace 23 años.

En julio de 1994, Felipe Domínguez y Juan García-Huidobro, ambos publicistas, gestaron un proyecto cuyo nombre se inspiró en el clásico dibujo animado de "Las urracas parlanchinas".

Más adelante, en compañía de Jorge Echeverría, levantaron los cimientos y brindaron a los bohemios santiaguinos un espacio que, a la larga, sería uno de los más emblemáticos de la capital. Un recinto que atrajo inicialmente a jóvenes del sector oriente, pero que luego fue ampliando su clientela a medida que su nombre se hacía conocido.

"Las Urracas partió con un origen mexicano de tequila, margarita, nachos y quesadilla", rememora Cristián Fuentes, gerente de marketing de la empresa, mientras un par de bomberos se cuelga del segundo piso para romper las tablas desvencijadas por el fuego.

"El lugar fue afectado en el 100%", asegura el cuarto comandante Ivo Zuvic.

Sorprendido aún por la magnitud de la escena, Fuentes reconoce que con el correr de los años debieron adaptarse a necesidades más "cosmopolitas".

Farándula

Además de la piscola de $3.500 y el whisky (12 años) de $7.000, la fama del extinto local creció de la mano de modelos, artistas, futbolistas y hasta figuras de la política nacional que la frecuentaron en sus años de esplendor nocturno. Todos ellos desfilaron por la entrada de la avenida Vitacura para sumarse al jolgorio.

El cantante español Enrique Iglesias, por ejemplo, celebró su 33° cumpleaños en Las Urracas, en 2008.

Lo mismo hizo Miguel Piñera, en 2010 y 2012. El "Negro", acompañado de un centenar de comensales, festejó por partida doble junto a su familia.

De las cenizas

"Es lamentable que se pierdan lugares así. Con tanta historia farandulera, es como un ícono para todos los treintones", lamenta la modelo Adriana Barrientos.

Pese a perder casi US$ 2 millones y no poseer seguros, según Fuentes, igualmente se motivan en salir adelante. "Tenemos claro lo que sabemos hacer: preparar comida, hacer bailar a la gente y entretener, y para eso necesitamos un lugar", afirma.

En el mejor de los casos, agrega, la farándula y el carrete capitalino podrían resurgir de las cenizas en seis meses.

90 personas trabajaban en Las Urracas, informó ayer la empresa.

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