Kale, el vegetal que conquista Chile

lunes, 08 de mayo de 2017
Florencia Prieto Bravo
Reportaje
El Mercurio

La venta de semillas en el país sería equivalente a plantar unas 250 hectáreas. Se proyecta que tiene un buen potencial para la exportación y la elaboración de otros productos, como cápsulas, harina o jarabe. Por ahora se exportan sólo semillas.

De un color verde intenso, hojas arrugadas y sabor más bien agrio el kale es una mezcla de repollo y coliflor, repleto de nutrientes y beneficios para la salud. Si bien existe desde hace ya tiempo, en los últimos años esta especie de la familia de las brassics gana espacios bajo la etiqueta de ser un superalimento y empujado por la creciente tendencia a consumir alimentos naturales y funcionales.

Fueron precisamente esas características, y que no había una producción comercial en el país, lo que llevó a Gonzalo Fernández, agricultor de la V Región, en el año 2015 a conseguir los permisos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y del SAG para importar las semillas orgánicas y comenzar a cultivar.
 
Hoy tiene una hectárea de kale en su viña El Ermitaño -donde además produce vino orgánico- ubicada en el valle de Leyda, en la provincia de San Antonio. Cultiva cuatro variedades: Blue Curled, Lacinato, Siberian Dwarf y Red Russian y las comercializa a diferentes empresas que se dedican a la venta de productos orgánicos.

Si bien no existen datos oficiales sobre el aumento de la producción de este vegetal, el crecimiento en la venta de semillas ha sido considerable, de acuerdo a lo que indican quienes la comercializan. Winston Colvin, gerente general de South Pacific Chile, una de las empresas que vende semillas, explica que a pesar de que estimar superficie es difícil, ellos venden semillas para aproximadamente 250 hectáreas.

Por su parte, Rosita Salinas, dueña de Buencampo.cl y quien además de comprar a Gonzalo Fernández cultiva sus propios kale, comenta que hace algunos años en las ferias del país no se encontraba este vegetal y en cambio hoy se puede hallar en todos lados.

Gonzalo Fernández comenta que tras de este crecimiento estarían las propiedades del vegetal, ya que los estudios indican que además de tener pocas calorías -una porción tiene 33- contiene más calcio que la leche, más hierro que la carne y un alto contenido de vitaminas A, K y C.
 
"Creo que Chile ha cambiado su mentalidad alimenticia en el último tiempo y un producto con tales propiedades no me cabe duda,  a medida que la gente lo vaya conociendo, lo van a integrar a su dieta, por lo tanto, soy optimista al pensar en el potencial del cultivo", comenta Fernández.
 
Claro que el kale todavía tiene que recorrer mucho camino hasta conquistar los paladares de los chilenos, quienes son más bien tradicionalistas al momento de enfrentar un nuevo producto. Al menos así piensa Arturo Guerrero, locatario y relacionador público de la Vega Central, quien explica que los compradores de frutas y verduras son muy tradicionales, por lo tanto, es difícil que el kale reemplace a vegetales como el brócoli, que ocupa un espacio importante en la ensalada de los chilenos.

Un buen lugar para producir

Al comenzar a cultivar kale, Fernández investigó qué clima era mejor para producirlo. Si bien desde siempre ha sido un cultivo estacional de invierno, que tiende a darse en países de climas muy fríos, en Chile ocurre algo particular: se puede cultivar durante todo el año, lo cual implica mejores proyecciones para desarrollar este vegetal.

Esto, según Rosita Salinas, también puede traer otros beneficios, como la exportación, ya que al producirse en verano se puede enviar a otros países en épocas en que ellos no lo tienen disponible.

"Es una hoja que dura harto tiempo; en un frigorífico, una variedad de kale perfectamente puede durar una o dos semanas sin mayores cuidados. Sin duda alguna es un producto que puede tener un gran potencial en otros mercados", dice Salinas.

Por ahora Chile ya está exportando semillas kale. Según datos entregados por la Asociación Nacional de Productores de Semillas (Anpros), durante el 2016 se exportó un total de 6.477 kilos a tres países: Japón, República Checa y Corea del Sur, lo que significó una ganancia de aproximadamente 215 mil dólares.
 
Winston Colvin comenta que en el caso de Japón la demanda de esta semilla ha aumentado debido a que ellos en general buscan alimentos con altos contenidos de calcio, por lo que más empresas exportadoras decidieron apuntar en esa dirección.

Las oportunidades para el kale no son solo como ensaladas o un ingrediente para mezclarlo con otros vegetales, sino que también se están utilizando para hacer otros productos, como cápsulas. A ello también apuesta Fernández, que ahora busca desarrollar jarabe y harina de kale.

33 calorías tiene una porción. También un alto contenido de calcio y hierro.

6.477 kilos  de semillas de kale exportó Chile durante 2016.