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CULTURA, FE E INTERNET Jefe de Comunicaciones del Papa Francisco:

"El Instagram del Papa se vive como un abrazo"

domingo, 30 de abril de 2017

ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ
Artes y Letras
El Mercurio

Redes sociales, cine, plataformas multimedia, divorcio entre fe y cultura. Pocos temas se escapan a la mirada de Dario Edoardo Viganò, quien dirige la Secretaría para la Comunicación creada por el Papa Francisco.



Aunque nació en Río Janeiro hace 55 años, la estampa del sacerdote y académico Dario Edoardo Viganò es cien por ciento italiana. Hasta recuerda sutilmente a algún actor italiano de cine, ese arte que constituye uno de sus principales intereses. La relación entre cine e Iglesia fue, de hecho, el tema del doctorado que realizó a instancias del cardenal de Milán, Carlo Maria Martini, quien también lo ordenó como sacerdote. Desde 2015, Viganò (que estuvo a cargo de la Televisión Vaticana) dirige la Secretaría para la Comunicación, creada por el Papa Francisco. "Soy el primero y espero no ser el último", dice riendo.

- ¿Es cierto que el Papa Francisco vio la última película de Scorsese?

"No, el Papa no la vio. Pero sí estuvo con Scorsese, a quien llevé al Vaticano. También hicimos una proyección de 'Silencio' en la Filmoteca".

- ¿Qué opina del filme?

"Es una cinta interesante, bien construida, que confirma mi pensamiento sobre Scorsese. Es un hombre habitado por una inquietud por lo sagrado, que refleja en algunas de sus películas".

- ¿Es difícil hablar hoy de Dios en los medios de comunicación?

"Hay que considerar que durante siglos, y hasta hace alrededor de 50 años, distintas expresiones culturales -la arquitectura de la ciudad, la pintura, la música- conducían a una experiencia trascendente, tenían una resonancia de Dios. Pienso también en el cine, en directores como Bergman. Sus obras cuentan historias de lo humano, pero abren a la experiencia de Dios. Eso ha ido cambiando. Ya Pablo VI y Juan Pablo II mostraron cómo se produce un divorcio, una ruptura entre fe y cultura, aunque Juan Pablo II señala que en el corazón de cada cultura está presente el misterio del hombre y de Dios.

Hoy, aunque la cultura no muestra un vínculo evidente con la experiencia de Dios, presenta trazas, rasgos, aperturas. Se da una relación más bien parabólica, que puede reconducir a esa experiencia. Por tanto, el sujeto es responsable, está llamado a buscar, a través de aquellas trazas, el camino hacia Dios. En este contexto, creo que sí se puede contar la experiencia de Dios en los medios.

- ¿Visualiza un público reacio a saber de Dios o más bien, ansioso de encontrar respuestas?

"El público no es monolítico. Hay personas que hoy sienten desilusión, otros mantienen vivas preguntas trascendentes sobre Dios, el amor, el sentido de la vida y la muerte. El lector, el espectador, el usuario mantiene un claroscuro en el corazón, distintos tonos de gris. La verdad jamás es digital, con opciones de 0 o 1. Aparece en los momentos de la penumbra, exige tiempo y paciencia".

David, Goliat e internet

La Secretaría para la Comunicación fue creada en junio del 2015 por el Papa Francisco. "Era necesario repensar absolutamente nuestro sistema comunicacional. Entre otras razones, porque se había generado un nuevo contexto de convergencia digital, que hacía necesario un sistema coordinado, con una dirección editorial unitaria y no medios compartimentados. Y en segundo lugar, debíamos saber afrontar una situación de crisis, para lo cual ciertamente no estábamos preparados".

- ¿Cómo es la mirada del Papa Francisco sobre las comunicaciones ?

"La mirada del Papa es que la Iglesia debe tener una comunicación que vaya al encuentro de las preguntas de hombres y mujeres concretos. El paradigma es user first ("usuario primero"). La Iglesia no debe partir de una percepción autorreferente, de lo que queremos decir, sino abrir las ventanas y responder a las preguntas de quienes lo necesitan. Esta es la comunicación que crea una cultura de encuentro".

-El Papa Francisco tiene más de 33 millones de seguidores en su cuenta de Twitter, en distintos idiomas. Es una persona muy popular en los medios, mucho más que la Iglesia.

"Él tiene un liderazgo carismático, que siempre va a ser mayor que el carisma institucional. Pero vivimos un momento de gracia al tener a este hombre tan carismático, que ha guiado una reforma institucional muy importante. El éxito de esta reforma, probablemente, será una Iglesia con más capacidad de convocar, acoger y fascinar".

-La Iglesia ya está en Twitter, Facebook, Instagram. ¿Cuáles son hoy los nuevos desafíos?

"Hoy no basta con habitar en la red; es necesario habitarla como hombres y mujeres discípulos del Maestro. Por tanto, ser capaces de usar instrumentos y lenguajes propios para contar -con un plus de humanidad- los eventos de la historia. La Iglesia quiere subrayar, en este momento de desarrollo digital, el aspecto humano y antropológico.

Al abordar las redes sociales, a veces algunos se sienten incómodos porque es una cultura que no siempre les es propia y se pueden producir desorientaciones. En ocasiones, incluso, aparece la tentación de mantenerse al margen. No es la solución; creo que, en cambio, debemos inspirarnos en la experiencia de David y Goliat. No se trata de equiparar las fuerzas, sino de encontrar lo específico para poder batir al gigante. Lo específico se describe con dos gestos: sacarse la armadura que bloquea los movimientos libres de David y escoger las cinco piedritas justas para lanzar.

-Y dentro de las "cinco piedritas", ¿hay alguna red social que lo sorprenda?

"Tal vez Instagram, que tiene un público más joven que Twitter. Cuando estábamos preparando el Instagram del Papa, los expertos nos sugirieron que mostráramos el backstage papal, la trastienda. Pero no podíamos hacer eso. Decidimos, en cambio, poner en Instagram las fotos que sacaba el fotógrafo oficial y ha resultado un gran éxito. ¿Por qué? Creo que el motivo se relaciona con mostrar el cuerpo del Papa Francisco".

"Cuando Francisco se presentó como Papa tenía una disposición corporal algo impasible. Pero eso fue cambiando, y hoy Francisco habla con su cuerpo, se inclina, besa, abraza a los enfermos. El cuerpo es para él un sacramento donde se manifiesta la presencia de Dios, él mismo habla de la carne de los pobres, de la carne de Cristo. Los jóvenes, al ver sus fotos o se toman selfies con él, lo perciben como un cuerpo disponible, que abraza. No les importa no encontrar fotos del backstage . Instagram funciona porque las personas viven estas imágenes como una ocasión de dejarse abrazar por el Papa".

- ¿Qué otros desafíos comunicacionales tiene hoy?

"Estamos desarrollando un nuevo sistema comunicativo que dará forma a un content hub que será multilingual, con una dirección editorial y un desarrollo multimedial de la información. Quedarán dos portales: Vatican.va , de carácter institucional, y otro informativo, con podcasts, videos, textos e imágenes.

La herida de la pedofilia

- La opinión pública tiene, en general, una negativa impresión sobre la transparencia con que la Iglesia manejó una serie de hechos, entre ellos, los casos de pedofilia de sacerdotes. ¿Está cambiando esta percepción?

"No sé si está cambiando la percepción, lo que estoy seguro que está cambiando es la práctica eclesial. Ciertamente, la reforma económica de la Curia ha sido un paso importante. En lo que se refiere a la dramática herida de la pedofilia, diría que la Iglesia se está moviendo con una gran determinación, que creo que no tiene parangón con otras instituciones acusadas, como las instituciones educativas no católicas. Aunque la transparencia no puede definirse hoy para siempre, es un estilo que debe mantenerse y renovarse día a día.

-Hay enseñanzas de la Iglesia que no despiertan adhesión o directamente, son muy impopulares. ¿Es correcto que se apele a herramientas, como el marketing , para acercar el mensaje?

"Que una enseñanza no sea popular no significa que se deba cambiar esa enseñanza. Así como también creo que la Iglesia Católica no tiene como primer criterio de verificación de su acción los razonamientos de la opinión pública. Además, hoy es difícil comprender la complejidad de esta opinión, cuando es habitual el fenómeno del acceso no mediado a las noticias".

"No creo que la Iglesia deba usar herramientas de marketing para anunciar el Evangelio. Creo, recordando a Pablo VI, que la Iglesia debe contar con testigos y no maestros. Un testigo es fascinante porque vive lo que dice y así es capaz de encantar con el misterio de Dios. Sobre la experiencia de la fe, no debemos olvidar que no hay nada de lo humano que pueda ser excluido del Evangelio. Por otra parte, la fe es un fenómeno que no es uniforme. Vive momentos de luz y de sombra, no es estática".

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