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Existen todavía 100 millones activas en el mundo:

Científicos crean una bacteria fosforescente para detectar minas

miércoles, 12 de abril de 2017

Alexis Ibarra O.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

El desminado es una tarea lenta y en extremo peligrosa. Con esta nueva técnica es posible identificar la ubicación de las minas mediante la luz que emanan microorganismos.



Una bacteria fluorescente, modificada por el hombre y que fue desarrollada por científicos israelíes, puede ser la solución ante la compleja tarea de eliminar las minas terrestres. Se trata de un grave problema humanitario, ya que se calcula que medio millón de personas en el mundo han sufrido accidentes a causa de minas personales y, cada año, entre 15 mil y 20 mil personas mueren o son heridas por la acción de estos explosivos.

Según estimaciones, existen unos 100 millones de minas que aún están "sembradas" en cerca de 70 países; entre ellos, Chile.

La tarea de desminado es compleja, lenta y peligrosa. En el país, por ejemplo, se usan dos técnicas. Una utiliza soldados altamente capacitados que rastrean centímetro a centímetro el terreno con detectores de metales. La otra usa vehículos blindados, que se controlan en forma remota (Minewolf y Bozena), que pasan sobre el terreno y hacen explotar las minas sin sufrir daños de importancia.

Ahora una nueva técnica, desarrollada por científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, mezcla varias disciplinas (biología, ingeniería y matemáticas) para detectar las minas de una manera más rápida y segura.

Esta consiste en el empleo de bacterias, que actúan como biosensores, cuyas moléculas fueron modificadas para que emitan una señal fluorescente cuando entran en contacto con los vapores que desprenden los explosivos de las minas enterradas bajo tierra.

En sus pruebas, los científicos encapsularon las bacterias con alginato (un gel creado a partir de algas) y las esparcieron por la superficie de un campo minado. Luego, usaron un escáner láser para detectar los puntos fluorescentes, y mediante un algoritmo diseñaron un mapa con su localización.

"Para que esto fuera posible, tuvimos que superar varios retos, como aumentar la sensibilidad y estabilidad del sensor de la bacteria, mejorar la velocidad de exploración del láser para cubrir grandes áreas y hacer el aparato de escaneado más compacto para instalarlo en dispositivos no tripulados", dijo Shimshon Belkin, investigador de la Universidad Hebrea.

Este tipo de desarrollos -explica Patricio Manque, microbiólogo del Centro de Biología Integrativa de la Universidad Mayor- es parte de una nueva disciplina denominada biología sintética, que lleva cerca de 10 años. "La idea es transformar microorganismos como las bacterias en máquinas biológicas. En este caso, por ejemplo, son biosensores capaces de reaccionar ante los químicos presentes en los explosivos", dice.

Para crear este tipo de bacterias no se necesita un laboratorio demasiado complejo, porque es una técnica sencilla, dice el especialista. "Sus usos son múltiples: bacterias que detectan la presencia de cianuro o de metales pesados en un lago, incluso conocer dónde hay floración de marea roja, entre otros. Las bacterias que actúan como sensores pueden ser fluorescentes o producir un pigmento que las haga detectables", agrega.

Consultados sobre la factibilidad de usar esta técnica en Chile, el Depto. de Comunicaciones del Estado Mayor Conjunto, donde está radicada la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de Desminado Humanitario, dijo que aún no hay suficientes antecedentes técnicos que permitan emitir un juicio de valor respecto de su utilidad.


146.367 minas personales han sido destruidas en Chile hasta octubre de 2016, de un total de 181.814, lo que representa un 80,5%.

2020 es el plazo que se dio Chile para desminar la totalidad del territorio, cinco años antes de lo que se acordó en la Convención de Ottawa.










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