Carlos Maldonado: "Llega un momento en que para seguir creciendo es necesario matar al padre"
domingo, 09 de abril de 2017
Javiera Barrueto
Nacional
El Mercurio
El ex ministro de Justicia cita al psicoanalista Sigmund Freud para argumentar que se debe seguir un camino propio. Defiende las primarias y acusa a Camilo Escalona de "levantar fantasmas" para presionar al PS.
El ex ministro de Justicia habla en medio de la incertidumbre del PS para definir su abanderado. Carlos Maldonado (PR), coordinador del equipo económico del senador Alejandro Guillier, defiende esa candidatura presidencial y llama a respaldarla, por sobre la del ex Presidente Ricardo Lagos. -Camilo Escalona dijo ayer a "El Mercurio" que si el comité central del PS no apoya a Ricardo Lagos, significa que está desplomando su postulación. ¿Qué le parecieron sus dichos? -Escalona, quien merece todo mi respeto, lamentablemente consideró oportuno cerrar la semana agitando, una vez más, todos los fantasmas que el laguismo y, en cierto modo, algunos DC han tratado de levantar, buscando darle a la definición del PS -sin duda, muy importante- una dimensión dramática y catastrofista que no tiene ninguna justificación y que constituye un intento de presión indebida a la libertad de los integrantes de su comité central. -¿Cree que ha habido una presión indebida hacia los militantes? -En todo caso, no dudo que ellos tomarán su decisión conforme al sentimiento de la militancia que los acaba de elegir, y a sus propias convicciones. -Se ha dicho que dependiendo del resultado del comité central del PS, la DC podría evaluar su participación en las primarias de la Nueva Mayoría . -Raúl Rettig nos enseñó que en política hay cuestiones de principios y cuestiones de oportunidad. Ir a primarias, plantear nuestras ideas, nuestras propuestas y nuestros liderazgos de cara a la ciudadanía, para que sean las personas las que elijan el abanderado o abanderada que nos represente, es una cuestión de principios, de convicción democrática y de afinidad política, de clara señal de pertenencia al amplio domicilio de la centroizquierda, del progresismo. -Pero también hay un tema de realismo político, y en eso las encuestas son bastante claras. -No puede ser una cuestión de oportunidad, donde la decisión de ir o no esté condicionada a las encuestas, a quiénes son los otros competidores, a las proyecciones y a las probabilidades. La primaria debe ser un gran examen ante la ciudadanía, que es la única soberana para indicarnos el camino a seguir, aunque, eventualmente, nos duela su respuesta. -En caso de realizarse la primaria, ¿cómo vislumbra que será? Nadie puede pretender una primaria "entre algodones". -Siendo usted un actor importante de la campaña de Alejandro Guillier, ¿cómo ve el futuro del ex Presidente Ricardo Lagos? -Llega un momento en que para seguir creciendo es necesario matar al padre. Esto lo dijo Freud hace más de un siglo, refiriéndose al momento en que los hijos se liberan de la tutela paterna, para seguir su propio camino. Y no es un acto de traición ni de ingratitud; muy por el contrario, es un acto necesario para renovar y proyectar el legado paterno. Esto es igualmente válido en política. Los grandes hombres -Lagos, sin duda, lo es- cumplen un rol histórico, pero luego de cumplirlo siguen proyectando su sombra de una manera que limita la renovación, el enriquecimiento y la proyección de los propios postulados que, en su momento, ellos encarnaron. -¿Cómo ha visto la relación de la Nueva Mayoría con Ricardo Lagos? -Mi visión es que ha llegado el momento en el mundo de la centroizquierda en que se necesita dar ese paso: valorar, agradecer, atesorar la figura de Lagos y su legado, pero soltar su mano y salir de su sombra, para seguir avanzando hacia el futuro. Probablemente, él mismo es consciente de que ha llegado ese momento. -¿Qué representa el periodo de Ricardo Lagos para Chile? -Sin duda, el ciclo que Lagos simboliza, el fin de la dictadura, la consolidación de la democracia y la modernización del país, fue un gran ciclo de 30 años, los 30 años que ya pasaron. Lo que está en juego ahora son los 30 años que vienen. El Chile que queremos ser en el siglo XXI.
