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Soledad Matus

El camino de una científica

martes, 04 de abril de 2017

Por Carla Toledo A. Foto Sergio Alfonso López.
Reportaje
El Mercurio

La bioquímica Soledad Matus, integrante del centro "Gero Chile", dedicado al estudio integral del envejecimiento, estará en la próxima edición de Puerto de Ideas Antofagasta. Aquí explica cómo construyó su carrera en la ciencia a pesar de los obstáculos.



1 Curiosidad sin límites. Soledad Matus -42 años, bioquímica, doctorada y postdoctorada en Ciencias Biológicas- dice que se enamoró de la ciencia gracias a su padre, un trabajador de una empresa química cuya obsesión era la astronomía. Desde allí partió también su propia obsesión: el comprender. "Mi papá era como un científico loco. Era un hombre muy curioso y logró transmitirme eso. Él me explicaba por qué las órbitas de los planetas no eran circulares, sino elípticas; ese tipo de cosas. Con él vi esa curiosidad pura, y aunque no sabía bien lo que quería, tenía la curiosidad por entender cómo es la vida, cómo funciona".
2 Manejar las frustraciones. La investigación del envejecimiento en el país, desarrollada por el centro "Gero Chile" se encuentra en el segundo año de un proceso que tomará un total de diez. Los resultados no llegan rápido, explica Soledad, y así sucede en la ciencia en general. Esto incide en que, según ella, en Chile se viva una etapa complicada debido a la falta de recursos. "Esa es la espinita que uno tiene en el espíritu, porque cuando uno se mete en el mundo de la ciencia va conociendo que ese camino es largo y de hartas frustraciones, pero también es de muchas satisfacciones. Uno va entendiendo cuáles son los tiempos, que la respuesta a esta pregunta que me hago no la voy a tener ahora, pero sé cómo llegar a ella. Y eso en el mundo de hoy, de la inmediatez que está en nuestra conciencia, es precisamente lo opuesto a lo que uno vive en el laboratorio".
3 La experiencia de descubrir. Como los tiempos de la ciencia son distintos, muchas veces se piensa que elegir una profesión de esa área es un camino hacia el fracaso. "Es todo lo contrario", dice Soledad. El motor para seguir y ser "una eterna estudiante" es la fascinación por conocer cómo funciona la vida. "Es un camino maravilloso, porque uno se enfrenta con cosas que son únicas. Cuando tú tienes un resultado de un experimento que es un descubrimiento, quizás pequeño en términos de escala, que no cambia el destino de la humanidad, te enfrentas a la sensación de que tú eres la única persona en el mundo que encontró eso".
4 Romper las estructuras. Los dos años que Soledad lleva explorando el tema del envejecimiento la han llevado a hacerse preguntas sobre su propia vejez. ¿Cómo vivir más años sanamente? "Quizás la respuesta tiene que ver con cómo quiero estar en términos integrales a esa edad, tiene que ver con estar feliz, con sentirme plena. Y eso pasa por cuidar las amistades, por dedicarle tiempo a las cosas que uno cree importantes, por ir a mi grupo de teatro, por romper las estructuras que tengo tan clavadas en mi mente. Mis respuestas van por ahí, con la intención de sentirme plena. Con sentir amistades profundas y amores intensos".
5 Abrir caminos. El equipo con el que Soledad trabaja está integrado por tres mujeres y un hombre. Una formación excepcional para lo que suele ocurrir en la ciencia. Sacar la voz y demostrar que las mujeres en ciencia también son buenas, dice Soledad, es parte de la labor de una científica con trayectoria. "Es un deber que tenemos, en particular las mujeres como madres, como guías o como tutoras de alumnas. Hay que potenciar y decirles a estas chicas que están empezando: puede que a veces sea difícil, pero se puede". *

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