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Propuesta curricular para 3° y 4° medio incorpora la asignatura de Educación Cívica:

La formación ciudadana hoy debería ir más allá de la mera civilidad

domingo, 26 de marzo de 2017

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

En proceso de definición, los especialistas apuestan por una asignatura inmersa en la realidad del alumno y que reconozca en él a un sujeto libre, que aporte al bien común, y manifieste sus deseos y búsquedas personales o colectivas.



Para definir cuáles serían los temas a los que darían relevancia en el nuevo año escolar, la comunidad del Liceo República de Italia (Isla de Maipo) decidió someter la decisión a una encuesta. Antes, cada estudiante podía entregar sugerencias de los temas que les gustaría abordar en los debates que se organizaron con este fin.

"Segundo ciclo trabajará la implementación de áreas verdes y un huerto escolar, mientras que enseñanza media se va a enfocar en una campaña de reciclaje", cuenta el profesor Sebastián Díaz sobre los resultados.

"También se trabajará realizando debates sobre problemáticas del sector de La Islita -lugar donde se ubica el establecimiento-, sumando a dirigentes vecinales, concejales y al alcalde", agrega el docente, quien enseña Formación Ciudadana a niños desde 7° básico a 4° medio. Para hacerlo, previamente se capacitó a través de cursos que imparte la Universidad de Chile.

Aunque poco común hasta ahora, la experiencia de Díaz de a poco podría empezar a replicarse en los colegios del país. A principios de mes, el Ministerio de Educación anunció que la nueva propuesta curricular para 3° y 4° medio incorpora la asignatura de Educación Ciudadana. Si bien todavía se encuentra abierta la consulta digital para que distintos actores de la sociedad entreguen sugerencias respecto de sus contenidos -cualquiera puede hacerlo a través del portal www.basesdelfuturo.cl -, en internet ya es posible acceder a un documento con lo que se espera de la asignatura, que sería obligatoria para todos los alumnos secundarios.

"El objetivo es desarrollar un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes para que los estudiantes se desenvuelvan en un sistema democrático y participen activa y corresponsablemente en la construcción de una sociedad orientada hacia el fortalecimiento del bien común y la justicia social", plantea.

Tres dimensiones

Como todavía no se definen específicamente los contenidos de la asignatura, "El Mercurio" consultó a especialistas del área cuáles serían los temas que se deberían incluir y la forma más adecuada de enseñarlos. "Los mejores modelos de enseñanza de educación ciudadana incluyen tres dimensiones: conocimiento sobre la democracia, que supone estudio de los principios y conceptos fundamentales del sistema político democrático; prácticas de participación en organismos representativos en la propia institución escolar; además de prácticas de vinculación y participación en el medio externo, como proyectos de servicio o análisis y propuestas respecto de problemas locales, nacionales o globales", comenta Cristián Cox, director del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la U. Diego Portales y coeditor del libro "Aprendizaje de la ciudadanía".

"En los años 90 se descubrió la importancia de hacer de este aprendizaje algo vivencial, no solo racional. Por eso se abandonó la asignatura de Educación Cívica, que se diagnosticó como excesivamente prescriptiva y cognitivista", dice Álvaro Ramis, coordinador de Formación Ciudadana del Programa de Educación Continua de la U. de Chile. "La nueva asignatura debería asumir algunos elementos de la antigua Educación Cívica, pero comprendiendo que la formación ciudadana va más allá de la civilidad. En el antiguo modelo, el alumno era preparado para ser útil a la nación y al Estado. En el nuevo enfoque, se reconoce prioritariamente a un sujeto libre, que debe aportar al bien común, pero también puede manifestar expectativas, anhelos, búsquedas individuales o colectivas en coherencia con su proyecto de vida", agrega.

En este sentido, las actividades prácticas y ligadas al acontecer se vuelven claves. "La investigación nos dice que nadie aprende si no se le demuestra que los contenidos presentados le servirán para algún propósito que forme parte de su vida. Una buena idea sería partir desde situaciones concretas, preguntando, por ejemplo, qué pasa cuando alguien sube imágenes íntimas de una persona a internet, qué derechos se están vulnerando en esta situación, a qué autoridad se debe acudir o qué se debe esperar de la justicia en un caso como este. Es necesario partir desde ejemplos significativos para la vida de los estudiantes y desde ahí movilizarse a la teoría", indica Laura Valledor, académica de la Facultad de Educación de la U. Católica.

Para esta profesora de Historia, la educación ciudadana "debería ser evaluada del mismo modo que debiera ser enseñada, a través del planteamiento de situaciones reales o plausibles que efectivamente tengan lugar en la realidad y que permitan a los estudiantes aplicar conocimientos relevantes del funcionamiento de una sociedad democrática. Esto implica la necesidad de ayudar a los profesores a desarrollar instrumentos de respuesta abierta y apoyarlos en la construcción de buenas pautas de corrección; salirse un poco de la evaluación centrada en preguntas de selección múltiple".

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