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La líder de la derecha populista francesa encabeza las encuestas para la primera vuelta presidencial:

Le Pen visita a Putin, otra señal de la injerencia rusa en la política occidental

sábado, 25 de marzo de 2017

Alicia Tagle Crichton
Internacional
El Mercurio

El Mandatario ruso dijo que no quiere influir en los comicios de Francia, pero su inusual reunión con una candidata se suma a las críticas que recibió por sus declaraciones antes del Brexit y de la victoria de Trump.



Un solo mes para las elecciones presidenciales en Francia y la favorita de cara a la primera vuelta, Marine Le Pen (derecha populista), llegó ayer al Kremlin para visitar al Presidente ruso, Vladimir Putin.

"Soy partidaria de desarrollar las relaciones con Rusia en el marco de la larga historia que une a nuestros dos países", dijo Le Pen al principio del excepcional encuentro, ya que el Mandatario no suele recibir a candidatos poco tiempo antes de los comicios. De acuerdo con el protocolo, normalmente se reúne solo con Jefes de Estado de su rango, o de manera ocasional con jefes de gobierno de países con régimen parlamentario.

"Es interesante discutir con usted la forma de desarrollar nuestras relaciones bilaterales y la situación en Europa. Sé que usted representa un espectro político europeo que evoluciona bastante rápido", dijo Putin a la líder del partido de derecha radical Frente Nacional (FN).

En la reunión, de una hora y media, no se habría abordado el tema de los seis millones de euros que la formación de Le Pen asegura que necesita para financiar la campaña electoral, según un consejero de la líder política, Ludovic de Danne. Un asunto que algunos medios suponían que sería abordado después de que en 2014 el FN ya había conseguido un préstamo de nueve millones por parte de un banco ruso.

Le Pen destacó que Francia y Rusia deben unir sus esfuerzos para hacer frente a la globalización y al fundamentalismo islámico, que señaló como las dos mayores amenazas que enfrenta el mundo. Y en su esfuerzo por demostrar cercanía, recordó que desde un comienzo su partido aprobó la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea en 2014 y además se opuso a las sanciones que impuso la UE a Moscú por la crisis ucraniana. "Considero que es injusto; más aún, es tonto", juzgó.

"No creemos ni en la diplomacia de las amenazas ni en la diplomacia de las sanciones, que, lamentablemente en el último tiempo, la Unión Europea aplica con cada vez más frecuencia en relación a Rusia", agregó Le Pen.

Momentos antes se había reunido también con el líder del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, y con los miembros del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma, a quienes comentó que "no hay motivo que justifique la actual actitud hostil hacia Rusia".

El encuentro con las autoridades rusas se convierte en una nueva señal de la intromisión del Kremlin en las elecciones de líderes políticos occidentales.

El año pasado Putin manifestó abiertamente su interés por que el Brexit triunfara en el referéndum de Reino Unido sobre la salida de la UE. Entre las ideas que repetían las autoridades rusas estaba la suposición de que sin Reino Unido en la Unión Europea, nadie defendería tan celosamente las sanciones contra Moscú, que a la vez comenzaba a observar el desmembramiento de un bloque occidental luego de que en las últimas décadas fuera la OTAN la que viera fragmentarse a la Unión Soviética.

En Estados Unidos, el FBI está investigando los alcances que tuvo la interferencia de Rusia mediante hackeos en la campaña presidencial del año pasado, así como la posibilidad de una "coordinación" entre el círculo de Donald Trump y el Kremlin. El caso llevó a que las autoridades holandesas decidieran contar los votos manualmente tras los recientes comicios generales, por temor a ser víctimas de un hackeo ruso.

El temor que ha manifestado el gobierno de Alemania es que las elecciones generales de septiembre en el país sean el próximo objetivo de Rusia, cuya Canciller, Angela Merkel, es uno de los principales promotores de las sanciones a Moscú. El jefe de los servicios secretos alemanes, Bruno Kahl, aseguró a fines del año pasado: "Estamos recibiendo ciberataques que no tienen otro sentido que generar inseguridad política". Además, dijo tener "indicios" de que estos ataques fueron "aprobados o deseados" por el Estado ruso.

Una política "realista"

Sin embargo, Putin negó ayer que su país pretenda intervenir en las próximas elecciones presidenciales francesas al haber recibido a Le Pen. "De ninguna manera queremos influir en los acontecimientos, pero nos reservamos el derecho de hablar con los representantes de todas las fuerzas políticas, como hacen también nuestros socios incluso en Europa y EE.UU.", comentó. Su canciller, Sergei Lavrov, había salido a defender el jueves a la líder del FN, quien, en su opinión, no es una política "populista" tal como se le acusa en medios franceses e internacionales, sino que es una "realista".

El mutuo interés está en que "Le Pen quiere demostrar que es una estadista que se reúne con estadistas en países grandes, en contraste con su situación en Francia, donde está aislada por otros partidos políticos. Ella está dando a Rusia una clara señal de que si es elegida, va a derogar las sanciones contra Rusia y va a dar un giro en la política exterior francesa, por ejemplo, retirando al país de la UE y también de la OTAN", comentó a "El Mercurio" Jean-Yves Camus, investigador del Institut de Relations Internationales et Stratégiques.

Las relaciones con Rusia han sido uno de los temas más polémicos de la campaña electoral francesa, con acusaciones contra Moscú de inmiscuirse en el proceso. De todas formas, el viaje de Le Pen a Moscú no es el primero al extranjero que hace un candidato en la actual campaña electoral. Tanto el centrista Emmanuel Macron -segundo en los sondeos- como el derechista François Fillon han sido recibidos por Merkel, quien a su vez dejó claro que no tiene interés en reunirse con Le Pen.

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